#NiUnaMenos: "Nos toca hacernos cargo, somos hombres en una sociedad desigual"
Por Francisco Pelegrini
Tengo 32 años, nací en Buenos Aires y hoy voy a ir al Congreso a marchar por una consigna tan amplia como positiva: #NiUnaMenos. Claro, ¿quién podría estar de acuerdo con que haya una mujer menos en el mundo? ¿Quién podría decir #UnaMenos?
Moria Casán adhiere, Susana Giménez adhiere, Tinelli adhiere, Jorge Altamira adhiere, Mauricio Macri adhiere, Cristina Kirchner adhiere y así un largo y gigantesco espectro de personas adhieren a esta convocatoria en la que no habrá oradores. Simplemente la lectura de un documento en algún punto de la tarde-noche de miércoles.
Un grito a viva voz que recorrerá gran parte nuestro país y alrededores. Soy machista y trato constantemente de comenzar a dejar de serlo. Mi vieja es machista. El chino de enfrente de mi casa es machista. Mis amigos son machistas. Mi hermana es machista. La maestra de jardín de mi hijo es machista. La sociedad es machista y punto. Es una relación desigual. Las mujeres en el rol de oprimidas y los hombres en el rol de opresores. Es así. Las mujeres no “piropean” a los hombres por la calle y le dicen “cómo me gustaría chuparte el culo” a las 8 AM cuando algún hombre está saliendo para su trabajo. Es al revés. Y tengo muy claro que a mí no me resultaría agradable que me lo dijeran. Es más, probablemente, terminaría a la piñas.
Las mujeres no pueden hacer eso. La consecuencia última de este abuso verbal es la violencia física y su corolario, el asesinato. La desaparición de la mujer. Esto sucede cada 30 horas. Si, leíste bien. Quizás gracias al #NiUnaMenos lo leíste varias veces. Ojalá se nos quede grabado. Cada 30 horas matan a tu madre, tu hermana, una amiga, etc. en crímenes relacionados con el género.
Hoy una artista a quién respeto y quiero mucho, Miss Bolivia, decía “podría hacerme la foto con el cartel como lo hicieron muchos hijos de puta misóginos, pero prefiero arremangarme y marchar.” Yo creo que no se refería a mí sino a los Tinelli y a los Macri que se sacan fotos con el cartelito y también festejan a las mujeres como envases e incluso dicen que las mujeres lo disfrutan, como es el caso del Jefe de Gobierno de la Ciudad.
Pero yo también soy misógino, yo no le digo nada a las mujeres por la calle porque me da verguenza, jamás violaría a un ser humano ni golpearía a una mujer. Pero soy machista, soy misógino. ¿Por qué? Porque no hago nada. Porque veo en la calle cuando una mujer se siente vulnerada por un hombre y no hago nada, me resulta completamente natural escuchar barbaridades hacia otra persona que, definitivamente, no me gustaría escuchar hacia mí.
A nadie le sienta cómodo identificarse con el rol del opresor (o por lo menos a los que no somos unos hijos de puta) sin embargo, nos toca hacernos cargo. Somos hombres en una sociedad desigual. Yo elijo la igualdad, yo quiero la igualdad. Por eso apoyo este #NiUnaMenos.
Por mis amigos, mis amigas, mi familia y mis vecinos. Espero verlos por ahí. ¡Saludos! “Al fin y al cabo, el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”, dijo Eduardo Galeano.
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