Periodismo militante
Por Rita Mantione
De repente llegó a nuestros oídos, a nuestros ojos, nos invadió como nos invade la lluvia incesante que cae repentinamente, sin avisar, sin pedir permiso.
Empezó a resonar en todas las voces, a reflejarse en todas las pantallas, a resaltar entre todas las palabras impresas.
Dos palabras fuertes, precisas, cargadas de un significado y un significante muy diferentes…¿Realmente muy diferentes???
“Periodismo militante”, escupían las voces airadas desde las radios.
“Periodismo militante”, se alarmaban los gestos de conductores televisivos.
“Periodismo militante”, se indignaba la tinta que asomaba desde los diarios y revistas.
¿Cómo podía explicarse aquello? Que a una palabra como Periodismo, tan digna, tan neutral, tan objetiva; de repente se le haya unido otra tan procaz, tan provocadora, tan insurrecta.
Que una profesión tan independiente, intempestivamente se encontrase ligada a un accionar tan comprometido.
-“Eso es Periodismo militante”, señalaban con el dedo acusatoriamente, indignados, enojados, asustados.
-“El periodismo tiene que ser independiente”, explicaban con palabras atildadas y carentes de contenido, mientras militaban y dependían de los grandes dueños, de las grandes empresas.
Mientras trabajaban incansablemente en atacar y destruir el nuevo proyecto de país que se había gestado.
Mientras participaban activamente en pos de los intereses de los grandes grupos de poder. Pero el “Periodismo militante” lo ejercían los “otros”, los que defendían al gobierno, los que se comprometían con las causas populares, los que alzaban su voz para pronunciarse en contra de los abusos, los que se cruzaban de vereda para no participar de las operaciones mediáticas.
El “Periodismo militante” se transformó en una mala expresión, sucia, deshonesta, cargada de la más negativa de las connotaciones. Usada despectivamente para delimitar el “ellos” y el “nosotros” dentro de la profesión. ¿Pero quiénes son “ellos” y quiénes “nosotros”? ¿Quiénes militan y quiénes trabajan de manera independiente? ¿Los que muestran las garras y dientes que tienen para defenderse, o los que se ocultan bajo la piel de cordero que les proporciona el poder? “Periodismo militante”.
Así, imprevistamente como apareció en todos los medios masivos de comunicación, desapareció también de la misma manera.
Súbitamente todos los periodistas fueron independientes, objetivos, imparciales. Los “militantes” pasaron a ser “opositores”, y se los fue corriendo de a poquito del mapa comunicacional, llevándolos hacia las fronteras, haciéndoles pagar por su “militancia”.
Porque en la ley de la selva triunfan los más poderosos, los que tienen los medios para destruir a los más débiles, a los que luchan, a los que militan, a los que no se dan por vencidos.
Pero “ellos” siguen de pie, fieles a sus ideales, a su compromiso, a su profesión; porquelos lobos continúan aullando, envueltos en sus pieles de corderos.