¿Quién es el fanático, Marcos Novaro?

Por Daniel Mundo (*)

Que un sociólogo se refiera a Carl Schmitt y no a Max Weber para hablar de la relación entre el líder y el liderado, cuando el vínculo es de admiración y carisma, es sintomático de lo que se va a leer en la nota: las conclusiones están cantadas. 
 
El fanático no discierne, comparto esta idea que desprende el texto de Marcos Novaro: “xxx”. Pero el intelectual puede tener una imagen del “fanático” un poco estereotipada, como alguien que se niega a ver la realidad, monotemático y obtuso, que repite monomaníacamente su mismo prejuicio una y otra vez.  
 
Digo que es una imagen estereotipada porque hay un fanático más complejo, que argumenta y se presenta como alguien reflexivo. El bucle reflexivo que practica desde su supuesta neutralidad, imparcialidad y objetivismo, en verdad termina siendo un círculo vicioso en el que al final del recorrido lo único que se logró es reafirmar las ideas (llamémosle ideas, suelen ser prejuicios) que se tenían al principio.  
 
No es culpa del sociólogo Novaro esto, pero él sin duda colabora en reproducir este “pacto de lectura” perverso en el que lo único que se hace es martillar una consigna en el cerebro de los lectores. 
 
Comparar el lawfare con el libro Los sabios de Sion es otro disparate, coherente con la idea que Novaro tiene de Cristina Kirchner: una dictadora que desea apropiarse del Estado para imponer su dictadura. Que una persona desinformada (o sobrexcitada) de Recoleta piense esto, bueno, vaya y pase. Pero que lo haga un intelectual y comentador mediático da cuenta de las fuerzas políticas que representa.  
 
De la idea y el imaginario de la Grieta nada bueno puede surgir.

(*) @danimundo . Dr. en Ciencias Sociales, docente de la UBA.