Recortes en el Estado: cuando la Salud deja de ser un derecho
Por Oscar Trotta
Se consumó el derribo de la estructura que conformaba el Ministerio de Salud de la Nación. Esta decisión de degradación del Ministerio de Salud a Secretaría de Salud es el corolario, la consecuencia lógica, de lo hecho en estos 33 meses de gobierno de Cambiemos en materia de salud. Esta decisión representa el fin del gradualismo mutilante que en políticas de salud viene ejecutando el Gobierno y constituye el tiro de gracia a la ya malherida salud pública. Es también la manifestación más dolorosa del cruel ajuste que en salud impone el FMI.
No queríamos creer que llegarían a tanto. Lo pensábamos. Lo temíamos. Y llegó.
La degradación del área sanitaria no es sólo una estrategia de reordenamiento administrativo, es la expresión acabada del abandono del estado de una de las políticas sociales más importantes con que cuenta un país. Significa la resignación por parte del gobierno de la conducción estratégica y la rectoría de un sector altamente sensible al bienestar de la gente.
El gobierno de Cambiemos, entre diciembre de 2015 y agosto de 2018, dispuso el cierre de programas preventivos, planes sanitarios, recorte en la entrega de medicamentos e insumos médicos (tiras reactivas, bolsas de colostomía, etc) a los afiliados de PAMI, quita de pensiones a discapacitados, reducción del número de medicamentos entregados por plan Remediar, desarticulación de la dirección de enfermedades vectoriales, suspensión del programa de procreación responsable, desarticulación del programa odontológico Argentina Sonríe, desarticulación y abandono de trailers sanitarios del programa de abordaje territorial, suspensión del programa Médicos Comunitarios, abandono de la ley de Salud Mental, falta de entrega de medicamentos oncológicos a través de la DADSE y recortes presupuestarios y despidos en hospitales emblemáticos y de referencia como el Posadas, el Cruce y el Hospital de niños Garrahan.
La última vez que se relegó el Ministerio de Salud al rango de Secretaría de Salud, su presupuesto pasó de 3,08 % en 1966 al 1,90 % en 1972. Y fue durante la dictadura Ongania-Levingston-Lanusse. Además durante esos años de plomo, las áreas de Defensa y Seguridad aumentaron su presupuesto de 17,31 % a 18,40 %.
Solo para estar atentos. En ese periodo (1966-1972) se derrumbaron los indicadores sanitarios en Argentina. Aumentaron la mortalidad infantil, el número de nacimiento de niños con bajo peso, la mortalidad materna y las enfermedades infecto-contagiosas.
Significativamente, Salud fue “absorbida” por Desarrollo Social y no al revés. Es de esperar entonces que el impacto en las políticas y programas sanitarios sea devastador. Se privilegia así la contención social ante las penurias a la que es sometida la población, producto de las políticas económicas de este gobierno, por sobre su derecho al acceso a la salud y la dignidad.
La coordinación de políticas sanitarias entre el gobierno nacional y los gobiernos provinciales se verá gravemente afectada. La decisión también impactará en la programación federal y la distribución de insumos y recursos.
En definitiva la decisión del gobierno nacional retrograda el derecho a la salud y es de esperar el hundimiento y deterioro de todos los indicadores sanitarios.