Reflexiones a partir del libro “Conocer a Perón”: ¿tiene doctrina el peronismo?
En el libro “Conocer a Perón”, Juan Manuel Abal Medina –quien fuera el ultimo secretario general de Movimiento Nacional Peronista- ofrece un testimonio único que expone la intimidad política de lo que fue el proceso de regreso del General Juan Domingo Perón a la Argentina tras 17 años de proscripción y persecución.
Entre muchos otros valores, el texto permite comprender también, con una mirada valiosísima, cómo se fueron generando las divisiones internas del Movimiento Nacional que derivaron tras la muerte de Perón en el debilitamiento del Gobierno y posteriormente en el golpe de Estado de la dictadura genocida.
De esta manera, el texto no ofrece solamente una reflexión histórica sino también se vuelve un espejo para pensar el peronismo en la actualidad. Las discusiones en torno a la imposibilidad que tuvo la gestión frentetodista (hoy Unión por la Patria) para ofrecer una visión económica y social - un proyecto de país - que contenga al conjunto de la Nación. Además de expresar una visión y un porvenir.
En su texto, Abal Medina recuerda con exactitud la incomprensión que sintió por el desencuentro entre la Tendencia y Perón en lo que también fue un desacuerdo de orden doctrinario, entre una nueva generación de clases medias que se sumaban a la causa nacional en un contexto internacional en el cual la influencia de la Revolución Cubana y las experiencias revolucionarias se encontraban en auge. Así fue como se expresó tras el asesinato de Rucci con quien había compartido una ardua militancia por el regreso del líder de la causa nacional a la Argentina.
“El asesinato de Rucci fue para mí un punto de no retorno en mi relación con Montoneros. La falsedad histórica de atribuirse excluyente en el Luche y Vuelve, como la tontería de pretender compartir la conducción con el General eran hechos corregibles. Lo mismo los balbuceos marxistas del documento que me había pasado Perón, que si bien me alejaba de sus autores entendía que era consecuencia del proceso de unidad con la FAR”. Quien escribe estás palabras no es otro que el hermano de Fernando Abal Medina, uno de los fundadores de Montoneros, y también uno de los actores clave en el regreso del líder a la Argentina.
Saliendo de los hechos trágicos vinculados a la coyuntura, lo que se puede vislumbrar en aquel desencuentro es una profunda incomprensión de la doctrina justicialista. El mismo General haría hincapié en este problema, en un congreso partidario citado por Abal Medina: "Los sectarismos son para los partidos políticos, pero no para los movimientos nacionales como el nuestro. Pero todo tiene un límite. Es indudable que no es suficiente con que yo diga que soy peronista para que todos crean que lo soy, porque en este sentido lo que uno dice no tiene el valor de lo que uno hace; y pensamos que dentro de nuestro Movimiento, desde siempre, para conocer a un cojo lo mejor es verlo andar".
Además, agrega Perón: “La juventud es bienvenida, pero naturalmente no queremos que después de ser bienvenida nos hagan un bochinche dentro del movimiento. Es preciso que, al incorporarla, no pretenda tomar la dirección y conducción del mismo. En nuestro movimiento, nadie es peronista por derecho propio. Es peronista el que siente la ideología y la doctrina del peronismo”.
En este sentido, el General señaló: “A todos los que se dicen peronistas y desvarían ideológicamente o doctrinariamente, debemos comentarles que lean la comunidad organizada, la doctrina peronista y conducción peronista”.
Es interesante esto último que señala Perón relativo a los fundamentos teóricos y prácticos del Justicialismo. Recuerdan a los planteos que realiza hoy el economista y dirigente peronista Guillermo Moreno (ex funcionario de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández), que insiste en la necesidad de volver a concebir al movimiento peronista desde una mirada “doctrinaria”. Sus críticas al gobierno nacional pasan por entender que la gestión del Frente de Todos abordó una agenda que no tiene nada que ver con la histórica del peronismo. Los desequilibros fenomenales fiscales, comerciales y del Banco Central, la inflación desbordada, la inexistencia de un plan económico claro y los magros resultados referidos a empleo e ingresos dan cuenta de un rumbo que debe re-encauzarse. Pero esa reconfiguración no se trata de cambio de nombres, ni siquiera de una elección que todavía puede ganarse. La cuestión es de fondo.