Si el petróleo y el gas estuvieran bajo control obrero, por Raúl Godoy
En PTS l Las sucesivas privatizaciones aplicadas contra nuestros recursos naturales y toda la industria del gas y el petróleo, han dejado a lo largo de estas décadas un tendal de miles y miles de trabajadores desocupados en todo el país. Y los que tuvieron “la suerte” de quedar, lo hicieron perdiendo la mayoría de sus conquistas. Con la tercerización, con los contratos basura, con los mismos “planes sociales”.
Localidades enteras quedaron como tierra arrasada. Esto lo vimos, lo vivimos y lo sufrimos en carne propia. En muchísimas localidades santacruceñas, del Norte argentino y también en Neuquén. Ciudades en otros momentos pujantes, fueron castigadas por la desocupación.
Por eso, no fue casualidad que los movimientos de desocupados nacieran en estos lugares. Mosconi, Tartagal, Plaza Huincul, Cutral Co.
¿Autoabastecimiento para qué?
El anuncio de la “expropiación” del 51% de las acciones de YPF en manos de Repsol (es decir solo el 16 % de la producción total de gas y petroleo) provocó una catarata de entusiasmo en los militantes y simpatizantes K. Tomaron esta noticia como bandera para contrarrestar lo que venía sonando todos los días desde hace tiempo: represión y asesinatos en el Parque Indoamericano, en Formosa al pueblo QOM, que defendía su territorio. Represión y asesinatos en Ledesma, a quienes peleaban por un pedazo de tierra para vivir. El encarcelamiento de delegados obreros petroleros en Santa Cruz. El ataque público de Cristina K contra las trabajadoras y trabajadores de la educación (como hizo Sobisch acá en Neuquén hace unos años). Las represiones a los ambientalistas en Famatina, en Belén, y otras localidades. La masacre de Once, donde 51 familias obreras fueron victimas de la negligencia patronal y los negociados del gobierno y burocracia sindical.
Ahora bien, esta ley que mantiene la YPF SA del menemismo, ¿resolverá los grandes problemas del pueblo trabajador? ¿Las 1500 familias que viven en tomas precarias, sin cloacas, gas ni luz en el oeste de la ciudad de Neuquén, de los cuales el 77% de los adultos en condiciones de trabajar se encuentra desocupado, podrán cambiar sus condiciones de vida? ¿Los 100 mil neuquinos que viviendo sobre millonarias reservas no tienen gas natural en sus casas, y se calientan a garrafa y leña?
¿Se hará un reconocimiento público a nuestros pueblos originarios por su lucha contra estos saqueadores (¡muchos parece que se enteran ahora!), y por lo tanto caerán todas las causas para los mas de 250 hermanos mapuces procesados en Neuquén? ¿Dejarán las petroleras de realizar prácticas contaminantes en esos mismos territorios? ¿Construirán las 40.000 viviendas que faltan en la provincia?
Hasta ahora, las únicas novedades son las negociaciones con Exxon y otras empresas que están interesadas en los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta.
Tanto el MPN como el gobierno nacional están avanzando en las negociaciones para entregar nuestros recursos a nuevas y viejas empresas, que en casos como el del shale gas utilizan una tecnología altamente contaminante.
El gobernador Sapag, hasta hace unas semanas fiel soldado de la Repsol , ha sido el más entusiasta divulgador del anuncio de Cristina, incluso antes de realizarse. Y es que vio la posibilidad que se le abría al partido provincial de manejar mayores recursos y hacer mejores negocios con petroleras como Chevron y Total, entre otras.
Mientras siga el mismo régimen de las petroleras que saquean nuestros recursos, podemos estar seguros que no habrá soluciones para las demandas profundas de los trabajadores y el pueblo. Y seguirán muriendo trabajadores petroleros tercerizados como el compañero Lucero, que murió en un accidente hace unos días, trabajando para una subcontratista de YPF en Loma de la Lata. Y seguirán las persecuciones a los delegados petroleros que enfrentan a las empresas, a la burocracia y el gobierno, contra las que el Sindicato Ceramista mantiene una campaña nacional permanente.
Los trabajadores podemos dar una salida
Qué distinto sería todo si el petróleo y el gas fueran nacionalizados bajo control de los trabajadores. Los más de 5000 millones de pesos por año que se llevaba la Repsol , y los otros miles que se llevan las demás empresas, podrían utilizarse para invertir en trabajo, salud, educación. Por ejemplo, invirtiendo 1.200 millones de pesos por año se pueden incorporar 10.000 obreros petroleros, triplicando la cantidad de trabajadores, repartiendo las horas de trabajo para que nadie tenga una jornada laboral mayor a 8 horas, cobrando un salario igual a la canasta familiar.
Se terminarían las extensas jornadas de trabajo y se trabajaría con las medidas de seguridad necesarias. Además se podrían construir 10.000 viviendas por año, solucionando en unos años el déficit habitacional actual en Neuquén y en todo el país, y generando a su vez unos 7.500 nuevos puestos de trabajo en la construcción.Para esos planes venimos proponiendo utilizar los ladrillos, los pisos y revestimientos de Stefani y Zanon Bajo Gestion Obreras. Se podría invertir en un plan de obras públicas, controlado también por los trabajadores de la construcción, para proveer de luz, gas y agua a estas viviendas, con miles de nuevos puestos de trabajo. Quedaría plata para aumentar los salarios a docentes y estatales, para que nadie cobre por debajo del costo de la canasta familiar.
También se podría terminar con el desplazamiento del pueblo Mapuce de sus tierras, e iniciar una colaboración mutua y el respeto de su cultura, como hicimos en Zanon, estableciendo una alianza con la comunidad mapuche.
Con la administración obrera, junto a técnicos especializados y organizaciones populares, se podría planificar una explotación racional del suelo, para evitar la contaminación y no afectar el medio ambiente.
Muchos dicen que es imposible, pero también decían que era imposible que se fuera la Repsol. Ahora se conforman con la YPF S.A. de Dromi y Menem. Nosotros nos plantamos contra esta “miseria de lo posible”. La experiencia de la administración obrera en Zanon demuestra que nada es imposible cuando los trabajadores luchamos por nuestros derechos, en alianza con todos los sectores explotados y oprimidos.