Sobre Ailén y Marina Jara
Ailén y Marina Jara pasaron ya dos años presas y siguen presas durante el juicio. Llegan a las audiencias esposadas por la espalda. Están presas por haberse defendido de un intento de homicidio y violación, eso lo sabemos todas. Pero lo que no se escucha, es por qué Leguizamón las intentó violar y matar.
Decimos no se escucha porque durante el juicio Ailén lo dijo bien en voz alta en su declaración: el tipo, 15 años mayor, había puesto días antes un cuchillo en la garganta de su propia hermana amenazándola contundentemente con cortarle el cuello si volvía a verla con Ailén. Una hermana torta no es precisamente un galardón para un transa de barrio que pasó 20 años preso.
Dos noches después Leguizamón casi fusila a Ailén y Marina en la calle, ellas se defendieron con un cuchillo de untar. Está aún pendiente investigar la complicidad del hospital según el cual Leguizamón casi muere del cuchillazo. Y en el juicio el fiscal, aunque un poco se rescata, no puede resistirse a construir en Ailén y Marina a la puta y la lesbiana carne de condena y hace preguntas de esas que le hacían a la Lucila Frend: ¿Pero qué tipo de relación tenía la imputada con la hermana de la víctima? ¿se trató de una venganza? En su declaración Leguizamón dice que se garchaba a las dos, ¿ellas que dicen? Son capas y capas de violación correctiva: las acusan de lesbianas asesinas, pero el chabón se las garchaba a las dos. Ellas responden que en la cárcel fueron violadas por otras presas.
No sabemos la verdad si las hermanas Jara serán absueltas, pero de lo que estamos segura es que Leguizamón va a volver pronto a la cárcel, por una u otra razón. Está tan preso, que no sólo tiene cara de secuestro, como dicen en el barrio, tiene directamente nuca de secuestro, que es casi lo único que le vemos mientras declara en Mercedes de frente a lxs tres juecxs que , realmente, lo vapulean: que hable más alto que no lo escuchan, que se pare y actúe cuando dice que le dispararon, que lo haga de nuevo, que escriba sin errores de ortografía los nombres de 10 calles a la redonda de donde sucedieron los hechos, que diga nombres y apellidos de sus compañeros de trabajo. Hasta que se contradiga, cosa que por supuesto es fácil de lograr y de hecho Leguizamón a los dos minutos se contradice.
Bien por las hermanas, salvo que las preguntas no las hacen sus hoy 4 o 5 abogadxs defensorxs, sino lxs juecxs del tribunal, cuando es de manual que para que los juicios sean justos lxs juecxs deben asegurar las garantías y no pueden preguntar como si fueran abogadxs o fiscales. Y son lxs mismxs juecxs que hasta ayer no le vieron ni el pelo a Ailén y Marina, probablemente lxs mismxs juecxs que ya han condenado antes a Leguizamón.
Y entonces, aunque el juicio aparenta ir bien para las hermanas, salimos masticando bronca. Tengo muy presente un correo que recibimos la semana anterior de Mujeres por la Solidaridad en La Pampa, contándonos del sobreseimiento de un blanquísimo y prístino varón heredero, estudiante de abogacía de 25 años acusado de emborrachar y violar junto con el dueño del boliche Babilonia a dos adolescentes de 16 años. Leguizamón probablemente se pudra en la cárcel, muera de sida o ambas. El otro fiolo hijo de fiolos, seguro llega a juez. Y a viejo.
(Quienes deseen presenciar el final del juicio oral, el Tribunal de Mercedes pasó la lectura de los alegatos y la sentencia para el día 26/3 )