“El apoyo de América Latina es fundamental para una negociación que vive un momento decisivo”
Por Juan Ciucci
APU: Estuvo participando de lo que fue el Foro Parlamentario por la Paz en Colombia, queríamos que nos comente qué se discutió allí y qué perspectiva tiene para el proceso de paz colombiano.
Ángela María Robledo: En el Foro Parlamentario donde nos acompañaron congresistas de distintos países de América Latina tuvimos la oportunidad de contextualizar cuál es el origen de esta guerra de tantos años en Colombia, la urgencia de salir de ella de la mano con las FARC y con el ELN. Porque si bien entendemos que la paz no es sólo el silencio de los fusiles, sí pasa por el silencio de los fusiles en Colombia. Y también alcanzamos a esbozar cuáles son las profundas transformaciones a las que vamos a tener que avocarnos luego de lo que significa haber vivido en un país en guerra y uno de los más desiguales del mundo. También hicimos un reconocimiento a que esa tarea no la podemos hacer solos. Ya bien lo decía el ex presidente Mujica, la guerra es tan compleja, nuestra guerra está llena de tantos vericuetos y de actores tan distintos, que el apoyo de América Latina bien concreto, de los parlamentarios y parlamentarias que nos acompañaron, va a ser fundamental para darle oxígeno a una negociación que si bien ha avanzado, vive hoy en Colombia un momento decisivo.
APU: En algunas mesas se comentaba que eran pocos los parlamentarios colombianos que habían participado y muchos de otros lados ¿cómo ve esa participación, se comprometen los partidos de allí?
AMR: Las Comisiones de Paz de las cuales yo hago parte tienen la conformación de todos los partidos políticos a excepción de uno, que es el Centro Democrático que lidera Álvaro Uribe y es la ultraderecha en Colombia y en América Latina. Todos acompañan el proceso, quizá la dificultad de algunos de nuestros compañeros es que en este momento estamos en la discusión del proyecto de reforma de nuestra constitución y eso exigía nuestra presencia allí. Quizá por eso no pudieron acompañarnos Iván Cepeda o Víctor Correa, entre otros. Fuera de eso también habría que decir que los congresistas de izquierda en el Congreso de la Republica somos seis o siete de casi trescientos. Esa es una de las razones por las cuales sentimos que el tema de la participación política no es sólo una opción y una salida que está pidiendo las FARC y el ELN, sino que nosotros también como opositores que necesitamos garantías para llegar también a hacer un ejercicio de poder distinto a cómo lo han hecho los dos partidos tradicionales que llevan más 200 años gobernando Colombia.
APU: En el Foro comentó el lugar y el papel que tiene la mujer en un conflicto tan largo.
AMR: Contaba que tenemos cerca del 15% de la población colombiana como víctimas, creería que son muchas más en función de si ampliamos lo que significa vivir en un país donde las prácticas han sido sobre todo de sometimiento, exclusión y de un capitalismo salvaje. Las mujeres colombianas hoy somos la voz de la paz, hemos dicho que nos hemos cargado la guerra en nuestros hombros, que hemos cuidado la vida en medio de la guerra porque han sido muchos los hombres jóvenes quienes han muerto en los campos de batalla. Y son estas mujeres, el 85% de esos siete millones y medio, quienes han llegado a las ciudades en condición de desplazamiento con sus hijos, sobrinos, con los viejos para cuidar. Son ellas las que hoy en día en las ciudades con toda la dignidad o en el regreso al campo, están tejiendo las condiciones para la paz y la reconciliación en Colombia. Entonces decimos que no queremos ser pactadas en el proceso de negociación que viene sino ser pactantes. Hemos sido reserva ética en la guerra, lo seremos en la paz.
APU: ¿Cuáles es su perspectiva sobre las reuniones que se están dando en La Habana?
AMR: Decimos que es una realidad, un hecho empírico que nunca se había avanzado tanto en una negociación con las FARC. Es una agenda acotada, no por eso menos compleja, que aborda en mi concepto las causas objetivas de la guerra: el tema de la enorme concentración de la tierra, de la exclusión y la estigmatización de todas las formas de política preservando un pacto entre liberales y conservadores desde hace 200 años. Hay un avance también en el tema de un trato diferencial a lo que ha sido una guerra contra las drogas que sólo nos ha dejado muertes, sangre, dolor y los consumidores y los recursos se quedan en otros lugares. Y también por primera vez un reconocimiento central a las víctimas, no sólo de las FARC, sino de los paramilitares y los integrantes de las fuerzas militares que han sido los mayores victimarios en Colombia. Es un momento decisivo que tiene que ir acompañado de un cese bilateral del fuego para hacer sostenible el proyecto, creemos que es insostenible seguir librando la guerra, los bombardeos, con el desplazamiento, incluso con el recrudecimiento de ataques. Y creemos que vivimos un momento decisivo, por eso este Foro latinoamericano es un abrazo a ese proceso tan complejo, tan difícil pero tan necesario para Colombia y América Latina.