“Construir el plan Qunita en las cárceles es el ejemplo”
José Ruíz Díaz es referente de la rama de liberados y liberadas del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y también es el Secretario de Formación Política de la UTEP. En conversación con AGENCIA PACO URONDO contesta sobre la formación laboral y educativa en cárceles, la fabricación del plan Qunita en Olmos, y la importancia de acompañar a los presos al salir de los penales, en el primer mes.
APU: ¿Cómo arrancan a organizarse dentro de los penales y fuera de ellos?
José Ruiz Díaz: Hace 10 años más o menos comenzamos a organizarnos dentro de las unidades penitenciarias y, en libertad, fuimos creando cooperativas. Entendemos que una solución real al delito, a la reincidencia y una forma de abordarlo es con la economía popular, es más, es la única solución real en la actualidad, la única solución a la reincidencia ya que no hay empleo. Es lo único que abraza a los compañeros y compañeras que transitan el encierro.
Sólo el Movimiento de Trabajadores Excluidos tiene más de 60 unidades productivas en 10 provincias, después hay otros espacios y otra organizaciones que construyen liberados también como “Movimiento Evita” “Funca” “Fecootra”, entre otros espacios de detenidos.
Después todos juntos constituimos algo que es una mutual que llamamos la Mutual Mario Cafiero donde tenemos nuestra unidad del sector, eso demuestra también diez años de organización, es la síntesis de unos años de organizarnos.
Los primeros años fueron muy crueles y duros... porque ver como tus amigos -que quieren transformar su vida, que quieren una oportunidad- y... los matan o vuelven a la cárcel, y vos ya construiste una relación: conoces sus hijos, su familia y es más los mismos pibes y pibas que van a la cárcel son de nuestros barrios, nos criamos juntos, los vemos crecer, entonces fue muy cruel ver cómo no pudimos generar oportunidades para ellos.
Nuestras cooperativas tienen espacios limitados de cupo de laburo porque es todo autogestionado. Algunas están en un proceso avanzado, pero la mayoría están comenzando. Entonces, cuando llegan a una cooperativa sin un oficio y sin tener la cultura del laburo, es muy difícil. Sabemos que sí o sí somos los únicos que los podemos abrazar, por que en otro lado no hay empleo. Las políticas post penitenciarias -por algo la población carcelaria en los últimos años ha aumentado un 300 %- no son eficaces en la creación de trabajo, hasta ahora.
Lo que hacemos es que alguien aprende un oficio, tenga una disciplina laboral, lo que hacemos es que se conviertan en trabajadores. Es interesante saber este dato objetivo: el 75% de las personas que ingresaron a la cárcel no tenía empleo.
APU ¿Cómo se está desarrollando la experiencia del Qunita?
JRD: Lo del plan Qunita se está realizando en seis cárceles de la provincia de Buenos Aires. El polo principal está en la unidad uno de Olmos, donde tiene 400 puestos de trabajo. Es algo innovador en la cárcel por que nunca se pensó así. A mí me tocaron 10 años de estar encerrado y no atravesé una unidad penitenciaria que se piense profundamente en una formación de un oficio y con un retiro económico acorde a las horas de trabajo.
Este plan Qunita viene a traer una innovación, los compañeros y compañeras que trabajan en el programa cobran 54.000 pesos por mes. Me parece que eso es digno porque ellos desde el encierro pueden ayudar a garantizar la leche, el yogur de sus hijos, un alquiler.
Cuando uno cuando está detenido sabe todo, que su familia está sufriendo, mayormente terminan siendo ese referente familiar y a veces no interesa cuando hay hambre cómo llega la planta, sino comer. Entonces el problema de resolver y saber cómo es el método para que uno sobrevive, lo tiene la política, en los barrios populares se tiene que comer.
Que lo tomen como política pública, ya que lo hacemos a pulmón y amor sabiendo que no iba a alcanzar y se ve que no alcanza.
Nos juntamos con el ministro (Julio) Alak, pudimos contarles cómo la veíamos, lo que hacíamos. Él nos escuchó y se llevó al compromiso de llevar adelante una política de lo que serian los polos productivos dentro de las unidades penitenciarias para después ser incorporados en libertad en los polos que se encuentran en cada territorio. Y así se está llevando adelante con Tristán Basile, una persona que conocemos del mundo educativo de las cárceles de La Plata, el tiene un rol de la creación del programa.
Tenemos que unificar luchas de todos los espacios para que sea una política pública, para que el Ministerio de Justicia de PBA pueda tener más recursos, para que no solo abrace 400 puestos de trabajo sino que se lleven adelante muchos más polos. Es decir, tiene que realizarse una política años tras año para poder llegar a toda la población carcelaria que son más de 110.000 personas a nivel país.
"260 mil niños hoy -a nivel país- tienen un referente detenido. Y casi el 70% de esas personas que se encuentran privadas de su libertad tuvieron, también, un referente detenido".
APU: ¿El camino es la formación dentro de los penales?
JRD: La idea es que sean muchos oficios. Con el Qunita se está llevando adelante lo textil. El otro día hablábamos un poco con el Servicio y con Julio Alak y nos planteaba que iban a hacer otro tipo de formaciones. madera, herrería, nos parecía bárbaro. Nuestras unidades productivas son de diferentes rubros: textiles gastronómica, herrería, carpintería, reciclado. Entonces nos parece interesante el camino que se empiece a dar diferentes tipos de formaciones para poder entrelazarlo con el afuera y con lo que el objetivo más grande es que no haya reincidencia. El piso que se está construyendo de conciencia, de construir un trabajador, de dignidad, tener seguros laborales por accidentes.
Datos objetivos te dicen que 7 de cada 10 personas en el primer año están propensos o que vuelven a la cárcel, vuelven al delito seguro, y ahí es donde tenemos que plantearnos: ¿Cómo vamos a abordar eso? Porque la cárcel viene a ser la consecuencia de una vida.
260 mil niños hoy -a nivel país- tienen un referente detenido. Y casi el 70% de esas personas que se encuentran privadas de su libertad tuvieron, también, un referente detenido. Hay que cortar con esa línea directiva que viene atravesando generación tras generación, es mucho más profundo de lo que se puede hablar.
APU: ¿Y a nivel federal? ¿Se podría replicar este modelo en distintas cárceles del país?
JRD: El sueño es que sea un programa nacional. Venimos abordando diez provincias con pequeñas pinceladas de amor y a pulmón como lo hacemos desde el MTE: Corrientes, misiones, Neuquén, Río Negro, Santa Fe, San Juan, Tucumán. Venimos llevando adelante unidades productivas, todo muy a pulmón y amor y así y todo funciona.
Por ejemplo, en Corrientes, es bárbaro, hay alrededor de 200 personas que atravesaron la cárcel, organizadas en la economía popular, en una rama, en una unidad productiva.
De todo eso lo que queremos aportar es un programa nacional contra la reincidencia, con nuestros polos productivos, con nuestra forma de abordarlo y que se tiene que llevar adelante con tres ejes.
El año pasado junto a la diputada Natalia Zaracho, nuestra compañera y Eduardo Tonioli, presentamos un proyecto de Ley -que tiene una de las formas de abordar la seguridad- donde es fundamental la formación dentro de las unidades penitenciarias. Es fundamental que, seis meses antes de recuperar su libertad, se incorporen a la formación de un oficio en Economía Popular, que va a ser el lugar donde lo va abrazar.
Ahora es cuando tenemos que entrelazar con el programa Qunita, las organizaciones, la Mutual o los espacios que construyen liberado, la cooperativa, tenemos que armar polos en todos los municipios del país. Tiene que haber una política que diga: “Che la persona que sale de la cárcel: ¿Tiene un lugar donde ir a trabajar?”.
APU: ¿Es fundamental el apoyo y la contención al salir de la cárcel, en ese primer momento, para que no caiga nuevamente en el delito?
JRD: Ese primer mes es fundamental, ya el primer mes tenes que tener un proyecto de vida y un horizonte, sin frustración, la frustración solo trae alcoholismo, falopa, drogas de exterminio. Cuando el primer mes nuestros compañeros no tienen un proyecto de vida, no se lo pudo abrazar, no se lo pudo incorporar a un proyecto educativo laboral y que no puedan llevar un manguito a casa es muy propenso a que antes de los tres meses estén de nuevo detenidos.
No duran más de tres meses los compañeros y las compañeras en libertad, no hay pertenencias ni un lugar pensado para el sujeto. Entonces lo que proponemos es laburar en conjunto con el Estado o que el Estado mismo cree un programa, que es lo que debería pasar a donde diga; faltan 6 meses para salir en libertad, lo metemos en el programa de pre libertad. Entonces cuando salen en libertad, por ejemplo, es de Pilar, listo, "van dos constructores, van dos herreros y dos compañeras que trabajan en la panadería".
El segundo eje es la construcción de polos con el abordaje integral en todos los municipios del país y el tercero que es fundamental para que esos dos también se lleven adelante es garantizar que el Estado compre los bienes y servicios que podemos ofrecer desde la cooperativa.