Envío de armamento a Bolivia: “La responsabilidad del gobierno de Macri en el golpe de Estado es directa”
El 8 de julio el actual canciller boliviano, Rogelio Mayta, denunció que el gobierno de Mauricio Macri entregó cartuchos, gases lacrimógenos y granadas a las Fuerzas Armadas de Bolivia “para consolidar el gobierno de Jeanine Áñez”. El armamento llegó días antes de las masacres de Sacaba y Senkata, pero se desconoce por qué vías ingresó ya que no hay registro de sobrevuelos en esas fechas. El principal documento aportado fue una misiva dirigida al embajador argentino en ese país, Normando Álvarez García, hoy ministro de Trabajo del radical Gerardo Morales en Jujuy.
Ante la revelación, Alberto Fernández, se disculpó en nombre del gobierno mediante una carta dirigida a Luis Arce, actual primer mandatario del país vecino. Allí aseguró sentir “dolor” y “vergüenza” por el accionar de la anterior gestión. Además, señaló que un grupo interdisciplinario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos está investigando el asunto. Desde el lado de Juntos por el Cambio, distintos referentes implicados salieron a desligarse, alegando que la documentación era falsa o que por sus manos no había pasado tal envío.
Días más tarde, el Gobierno Nacional, de manera conjunta, denunció a Macri y a distintos funcionarios implicados, entre ellos: Patricia Bullrich, ex ministra de Seguridad; Oscar Aguad, ex titular de la cartera de Defensa; Jorge Faurie, ex canciller; Álvarez García, ex embajador; Diego Dávila, ex director de Aduana; Eugenio Cozzo, responsable en ese entonces de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC); y la plana mayor de Gendarmería Nacional. Por el lado de Bolivia, no descartaron llamarlos a declarar, por lo que hay que tener en cuenta la existencia de tratados de extradición entre ambos países.
En este contexto, AGENCIA PACO URONDO dialogó con Gabriel Fernández, director de La Señal Medios, sobre sus impresiones y definiciones a partir de los hechos que se sucedieron desde la denuncia del canciller boliviano.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué rol le asigna al gobierno de Mauricio Macri en el golpe de Estado contra Evo Morales?
Gabriel Fernández: La gravedad de los hechos es inocultable. De hecho, un sector político y empresarial, a través de sus medios de comunicación, viene cuestionando no intervenir en asuntos internos de otras naciones y, a pesar de ello, ha intervenido de modo directo con armamento en la vida institucional de Bolivia. Implica una ligazón conceptual, ideológica y económica del macrismo con los intereses que necesitan desmontar el modelo más exitoso de América Latina hasta el presente. Como queda claro con la reposición posterior, el pueblo había votado al Movimiento Al Socialismo legítimamente.
La responsabilidad es directa, pero compartida con Brasil, Estados Unidos y sobre todo empresas y sectores oligárquicos internos de la sociedad boliviana. Más allá de zonceras interpretativas que pueden darse en otros países, Bolivia es una potencia energética, tal vez el corazón carburífero de la región. Por eso adueñarse de sus beneficios es un objetivo de los sectores concentrados.
APU: Si se consideran otros aspectos en la región, ¿de qué manera pueden relacionarse con el envío de armamento?
GF: Se puede observar un corrimiento desde hace cinco años de Estados Unidos del primer plano mundial. Una suerte de relevo de la acción bélica y refugio sobre lo que considera sus dominios por la doctrina del destino manifiesto, es decir, América Latina. Con Joseph Biden hay una aceleración de este camino, a través de un hostigamiento redoblado sobre otras naciones, como Haití y Cuba. Con Venezuela y Bolivia hay recursos naturales en juego, pero en otros está en juego el prestigio internacional. En todos los casos, para un intento de avance es necesario involucrar a fuerzas conservadoras, liberales y oligárquicas internas.
Sin embargo, el diagnóstico general no es negativo en los últimos tiempos. Ha habido un reagrupamiento de las fuerzas que intentan apoyar el proyecto productivo y cerca de la mitad de la humanidad ya está situada en esa dirección, a través de un eje euroasiático y su expansión mediante la Organización para la Cooperación de Shanghái. Puede decirse, en cierto modo, que el inventor de la idea es Argentina a través de la tercera posición en el marco de la comunidad organizada. Tenemos una imagen muy deformada de lo que está sucediendo a nivel planetario debido a los medios de comunicación concentrados, que están vertiendo una imagen degradada de un presente, que está situada 20 años atrás.
APU: ¿Hasta dónde puede escalar la investigación y las implicancias de lo denunciado?
GF: Implica contrabando en términos directos y cooperación con delitos de lesa humanidad, por lo que merecen ser castigados jurídicamente. Es traición a la patria por involucrar a Argentina en un golpe de Estado, siendo coparticipes de esa acción, pero también a través de la extradición y que sea juzgado en Bolivia. El tema es el Poder Judicial que, en general en la región, está manejado por poderes económicos, ligados a intereses contrastantes con los de su pueblo. Por lo pronto, es importante lograr la expansión de este repudio ante el blindaje.