“La derecha Latinoamericana ha sido protagonista de las peores masacres”

Pedro Santander es un académico chileno vinculado con las luchas populares, y en diálogo con AGENCIA PACO URONDO reflexiona sobre los 50 años del golpe militar a Allende, la prensa chilena y un devenir no tan claro en el Chile de Boric.   

Agencia Paco Urondo: ¿Pedro, cómo está Chile? 
 

Pedro Santander: Esa pregunta no tiene nada de simple porque Chile está en una situación tal vez similar a Argentina, en ese sentido de gran incertidumbre, difícil de interpretar. Una situación donde pareciera ser que nuestros marcos analíticos no son lo suficientemente potentes y adecuados a la realidad coyuntural actual como para entender la situación en que estamos, porque en los últimos dos o tres años hemos transitado desde el estallido social, a fines del 2019  -que tuvo un marcado carácter anti neoliberal, rebelde, diría que incluso cuasi insurreccional- al momento actual marcado por un ascenso fuerte de la derecha pinochetista, envalentonada en sus posiciones, lo que fue muy notorio en esta conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.

Por lo tanto estamos en una situación compleja, difícil y confusa... pero interesante sin ninguna duda. 

APU: Y también una derecha Latinoamericana en franco ascenso. 

La derecha chilena, al igual que la derecha argentina, la derecha uruguaya, la derecha venezolana, es una derecha esencialmente golpista, una derecha que no se arrepiente. Hay excepciones, por supuesto, pero es una derecha que no se arrepiente de las trágicas experiencias comandadas que tuvimos aquí de las dictaduras militares.

Por lo tanto es una derecha que a veces está agazapada, que a veces está más callada, pero en cuanto las condiciones se dan, se muestra -por ejemplo lo vimos en Bolivia con el golpe a Evo- tal cual es y deja de disimular, eso es importante.

Después también es importante hablar de los errores, las fallas de la izquierda que -sin dudas- también contribuyeron a este extraño y complejo momento que estamos viviendo. Creo que tuvimos nuestra oportunidad en el 2019 y 2020, tuvimos un momento de mucho consenso pero que fue mal leído y fue tomado con poca, no sé si seriedad política, pero yo te diría que fue tomado con poca tal vez lectura política, suficiente, para que la izquierda hubiera sacado el mejor provecho de esa situación que efectivamente nos era muy favorable entre el estallido social y la Convención Constitucional que iba a redactar la nueva Constitución. 

APU: Sí uno hoy mira el mapa de Latinoamérica lo podría pintar casi todo de rojo. Sin embargo, las grandes mayorías no tuvieron un cambio significativo. ¿Por qué?  

Cometemos errores en la izquierda porque nos falta a menudo cierta lectura, tal vez de los grandes, de los clásicos. Lenin decía: "No hay práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria". Allende en una famosa entrevista que tiene con Fidel Castro a fines del ´71, que le pregunta Augusto Olivar, un periodista que fue el primer caído, un asesor y amigo cercano de Allende, que estuvo con él el día del combate el 11 de septiembre en La Moneda; ese amigo, ese compañero, le pregunta: "¿cuáles son para ustedes presidente los mayores obstáculos que enfrenta el proceso de transformación de la Unidad Popular de su gobierno?". Y Allende dice: “yo identifico dos, en primer lugar el mayor obstáculo que enfrentamos nosotros es una oligarquía, la oligarquía chilena con muchos recursos, muy preparada y con mucha experiencia de lucha”. Entonces, creemos que solo nosotros tenemos experiencia de lucha, y nos olvidamos de la burguesía, tiene 100, 200 años más de experiencia de lucha que nosotros, porque desde que se hacen las revoluciones burguesas a finales del siglo XVIII, en adelante, ellos tienen experiencia de lucha acumulada.

Y, en segundo lugar: “el gran obstáculo que tenemos es la prensa y los medios de comunicación de la derecha que distorsionan la realidad de nuestro país". 

APU: En los 70 la prensa de izquierda en Chile era realmente masiva. 

Efectivamente en esa época en Chile, antes del golpe de Estado, lo que podríamos llamar el ecosistema mediático era muy diverso y estaba todavía dominado en buena parte por la derecha, porque históricamente habían acumulado fuerza mediática. Sin embargo, había un sector de los medios en el campo mediático digamos que era claramente de izquierda, revolucionario y apoyando el proceso de transformación social de la Unidad Popular.

La izquierda tenía diarios fuertes, radios fuertes, teníamos un trabajo de comunicación directa que competía casi que de igual a igual con los dispositivos mediáticos comunicacionales de la derecha.

La primera radio en Chile en esa época efectivamente era la llamada Radio Portal, y que todavía existe, pero  era una radio Allendista absolutamente, tenía el 30% de la audiencia. En esa época las radios tenían la importancia que hoy tienen las redes sociales. Es decir, todo el mundo escuchaba radio, en esa época en Chile no habían más de 500.000 aparatos de televisor, y ya éramos una población de 10, 11 millones de personas. 

Entonces la radio era fundamental y Allende apostaba mucho la radio. Fortalece Radio Portales,donde el 51% de las acciones eran de Allende. Y habían otras dos grandes importantes, como Radio Magallanes, del Partido Comunista -que transmite el último discurso de Allende- y Radio Coordinación del Partido Socialista.

Teníamos en la prensa escrita también un diario que era de primera circulación, un diario que marcaba agenda, que tenía gran lectoría, unos 150.000 a 200.000 ejemplares diarios en esa época, era el diario del Clarín que competía de igual a igual con el diario El Mercurio.

Entonces teníamos un sistema mediático robusto por su pluralismo, todo eso por supuesto acabó el día 11 de septiembre y hasta el día de hoy no se ha podido recuperar ese pluralismo democrático en los medios. 

APU: Allende su último discurso lo brinda por radio Magallanes. ¿Cómo lograron comunicarse en medio del bombardeo a La Moneda? 
 

Las tres radios que te he mencionado  tenían comunicación directa con La Moneda a través de un teléfono operado a manivela. Entonces no era fácilmente silenciable, y logran transmitir las últimas palabras de Allende, un monumento y un documento histórico ampliamente conocido en América Latina. Son las radios -junto con La Moneda, y junto con la residencia presidencial de Tomás Moro- los otros dos objetivos de la aviación chilena. En la residencia estaba su familia. Se bombardea Radio Magallanes y Radio Corporación poniendo de esa manera final a las transmisiones radiales que estaba o prodrían haber servido, de alguna manera, para orientar un poco la lucha en esos días.

APU: ¿Hay que preocuparse por este ascenso de las derechas Latinoamericanas tan violentas? 
 

PS: Si esta derecha es o no es de temer, creo que los latinoamericanos ahí no tenemos que tener ninguna duda: la derecha latinoamericana es de temer, o sea  la derecha latinoamericana es de masacres, la derecha latinoamericana ha sido la protagonista de las peores masacres de nuestro continente desde que somos independientes de España.

Fue contra los sectores populares en Chile, en Guatemala, en Argentina, en Perú, en El Salvador. Son de temer en primer lugar, no hay duda. Pero dicho eso también creo que tenemos que preguntarnos cómo es posible que siete millones de personas voten a Milei y que seguramente van a hacer unos cuantas más ahora en las generales. Y cómo es posible que 55 millones de personas voten a Bolsonaro y que Lula estuviera  a medio punto de perder o Bolsonaro de ganar.

Entonces creo que esas son las grandes preguntas porque a mí no me cabe duda que el pensamiento de izquierda es un pensamiento que hace los diagnósticos correctos hoy en día, pero lo que no hemos sabido hacer es convertir eso en acción política que conecte con las grandes mayorías.

Tenemos que preguntarnos por qué pasa eso. Creo que no es toda la respuesta evidentemente, pero una parte de la respuesta está creo que el fracaso que tuvimos, la derrota que tuvimos aquí en Chile en el último plebiscito da cuenta de eso. Parte de la respuesta está en que una buena parte de la izquierda de latinoamericana se vio arrastrada en una dinámica posmoderna, hiper identitaria, que le empezó a hablar a nichos micro identitarios, que empezó a fetichizar el tema de minorías como el de la sexo diversidad, como el como el del animalismo, pequeños nichos que a la derecha le importan un bledo, porque eso no jode en el sistema.

La izquierda dejó dejó de hablarle al pueblo acerca de los temas que la izquierda siempre habló, que son los temas socioeconómicos y sociales, los temas que importan en el día al día: el trabajo, la vivienda, el salario.

Nosotros dejamos de hablarle a nuestro pueblo y empezamos en una locura -desde mi punto de vista- ideológica. Empezar a hablar a micro identidades acerca de micro identidades, acerca de de una agenda hipersegmentada que realmente a los sectores populares le importan un bledo.

Creo que esas debe ser una de las grandes lecciones de estas recientes derrotas que tenemos.

Como izquierda debemos volver a hablar de los grandes temas que son evidentemente lo que forma parte de las preocupaciones diarias de la gente precarizada, de la gente con malos salarios, de las personas que vive la precariedad como una condición cotidiana de su vida.

A ellos si decimos ella, ellos o ellas le importa un bledo. Ellos no se ven oprimidos por una “O”,  ellos se ven oprimidos por relaciones sociales, capitalistas y sobre eso nosotros tenemos que hablar, pensar, reflexionar y hacer propuestas.