Amado Boudou: "El Estado en Vicentín blanquearía el mercado"
Por Santiago Gómez | Foto: Carlos Pérez
Desde San Pablo
Dentro de un marco de entrevistas en vivo en Facebook, AGENCIA PACO URONDO conversó con el exministro de economía y vicepresidente Amado Boudou, quien se encuentra con prisión domiciliaria desde el pasado 6 de abril, dentro del proceso de la causa Ciccone. Boudou compartió su lectura sobre la situación económica mundial en el marco de la pandemia y las salidas posibles; las consecuencias de la expropiación de Vicentín dentro del mercado de commodities argentino y el espionaje ilegal del que fue víctima durante el gobierno de Mauricio Macri.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué lectura estás haciendo de la situación económica mundial?
Amado Boudou: Nadie tiene la bola de cristal, se escuchó mucho que el mundo no será como fue pero no está claro cuál será el camino que seguirá la economía mundial dentro de esta pandemia, ni los distintos bloques económicos, naciones. No es un resultado trivial, en parte tiene que ver con la configuración que se vaya dando pero también con las acciones que los pueblos puedan articular a partir de sus gobiernos, como se vio entre 2008 y 2011.
Podríamos decir que lo que está sucediendo en términos económicos es que la crisis 2008-2011 nunca terminó, fue una crisis que caracterizo como de toma de decisiones del capitalismo financiero, no una crisis económica o financiera, sino una crisis política global que provocó que la tremenda inequidad que hay en el mundo se encapsulara en las famosas burbujas financieras que explotan en los centros de poder y que pagan los pueblos. Esa crisis nunca terminó, terminó tal vez para los bancos y cuando se limpiaron sus balances se pretendió decir que había terminado pero siguió el desempleo, el crecimiento lento, los salarios bajos.
Lo que sucedió es que sobre un sistema que genera una profunda desigualdad, que no es solo un problema moral sino también un problema de sustentabilidad económica, porque esa desigualdad genera crisis de sobre-oferta en forma persistente, cayó la pandemia, que nos desmostró la incapacidad del mercado para dar una respuesta articulada a un problema de salud de gran escala. A partir de este contexto el mundo va a ser distinto lo que no quiere decir que va a ser mejor. De la crisis 2008-11 el mundo salió un poco peor, más desigual de lo que entró, porque el capitalismo es un sistema que tiene una enorme capacidad para reformularse a partir de los conflictos. El capitalismo huye de los equilibrios, busca desequilibrios en los cuales reconfigurarse y esta es una situación ideal.
A trazo grueso hay tres escenarios posibles, aunque debe haber muchos más. Un escenario neofascista, donde se le sume al control digital al que ya estábamos sometidos como humanidad el control de la calle, porque a partir de las medidas que hay que tomar para cuidar la salud hay sectores que están tensionando para que esto se sostenga en el tiempo y que sea un nuevo mecanismo de control social, porque el principal lugar de expresión que el pueblo tiene es la calle, dado que los sectores concentrados están organizados en torno del poder económico. Parte del Lawfare está montado en un sistema de amedrentamiento, de asusamiento, estigmatización y condenas mediáticas antes de las judiciales, a lo que hay que sumarle el control de la calle. En un país como Argentina es improbable que esto pase, nosotros tenemos un gobierno que demostró gran capacidad para dar respuesta a la crisis y que es muy respetuoso del funcionamiento de la democracia y las libertades. Vemos una gran tensión del sistema de control mediático, de poder, para que también haya un control social en la calle y justamente son los que al mismo tiempo dicen que hay que liberar la cuarentena para que no se muera la economía. Es una configuración extraña pero está dando vueltas.
La segunda salida posible, que creo más probable, es una reconfiguración del capital financiero para hacer un nuevo ajuste sobre los pueblos a partir de una nueva realidad. Imagino un mundo donde hay un mayor proteccionismo de los países centrales e invitando a los países en desarrollos a que sean más abiertos, vieja receta que les funcionó muy bien, con un gran despliegue mediático y sobretodo en los centros intelectuales, las universidades, para vender como ciencia un esquema ideológico, como si la economía fuera algo atemporal que no tiene nada que ver con las tradiciones, ni con la demografía, ni con la dotación de recursos, entonces nos quieren imponer un mismo traje a todos, que es el que le cabe a los países centrales después de trescientos años de capitalismo. Creo que vamos a un mundo con precio de los commodities mucho más bajo, se vio en el experimento que hubo con el petróleo en los primeros días de la pandemia.
El tercer escenario es uno en el que nuestros países se decidan a tomar medias estructurales que les permitan propiciar mercados internos más fuertes, proteger el mercado de trabajo y las industrias nacionales, utilizar la capacidad ociosa instalada, tener una política exterior que remita a las necesidades de complementariedad de nuestros países y no a las necesidades de los centros de tomas de decisión. La moneda está en el aire, nada está dicho y la capacidad de organizarse que tengan los pueblos, en el caso argentino de acompañar al gobierno en tanto vaya tomando caminos emancipatorios y que fortalezcan la democracia, permitirán acumular la correlación de fuerzas para crear el espacio de un país más igualitario.
APU: ¿Cuál habría sido el experimento con el petróleo?
AB: En términos generales los commodities, los productos primarios, los únicos productos que tienen mercados “transparente” e institucionalizados, en Chicago. Es raro que la mayoría de las actividades económicas de envergadura son oligopólicos y las únicas que están supuestamente bien organizadas son las que atañen a las exportaciones de los países en desarrollo, esto no es casualidad. Esto tiene que ver que cuando se vende uno de estos productos, cuando llega al mercado, su precio está compuesto por el producto en sí como por los servicios vinculados: transporte, seguros, financiamiento. Qué casualidad que el precio bruto del producto se fija en un mercado “transparente” y entre comillas porque tiene mercado de futuros, operadores de envergadura, instrumentos financieros para comprar y vender a término. Es transparente para los que venden pero no para los que compran.
Entonces tenemos que el precio del producto está compuesto por el precio bruto más el precio de los seguros que es un mercado oligopólico, el precio del transporte de carga que es recontra oligopólico, con un agravante que es que algunos autores lo consideran similar al mundo del mercado de las guaridas fiscales porque es un mundo de banderas de conveniencia, donde hasta Mongolia que no tiene costa tiene una flota de transporte de carga, por las leyes de ese país. Entonces, el precio final está compuesto por una parte competitiva, de precios muy cercanos al costo del producto en sí y una parte oligopólica con precios muy lejanos al costo de todos los servicios conexos. Ahí vos tenés un manejo de por qué no se desarrollan los países en desarrollo.
Recuerdo que en el G-20 del año 2011 el leitmotiv era cuidar la seguridad alimentaria poniéndole tope a los países productores de alimentos, como si la culpa del hambre en el mundo fuera nuestra. Recuerdo que cuando nos tocó ir a ese G-20 era Guido Mantega el ministro de economía brasilero, lo llamé y le dije que debíamos ir con una posición muy fuerte o nos iban a pasar por encima. Logramos entre Brasil, Argentina, Canadá y Australia, países que nunca tenían una agenda compartida con nosotros, tener una agenda común para sacar este punto de la discusión, porque está claro que el hambre en el mundo es producido por los países centrales que tienen políticas imperialistas y no permiten que haya desarrollo industrial en los países periféricos.
El movimiento de africanos a Europa no está generado por culpa de Brasil y Argentina, sino por las políticas que se diseñan en Washington del Fondo Monterio, el Banco Mundial, que no permite que estos países se desarrollen.
APU: Teniendo en cuenta que la principal fuente de divisas de la región es la exportación de commodites ¿Cuáles considera que son las vías que tiene el Estado para intervenir en ese mercado en este momento?
AB: Esto tiene dos carriles, por un lado está claro que el cuello de botella del desarrollo ha sido reiteradamente la capacidad de generar divisas para continuar con el crecimiento y la inversión, por lo que no se le puede restar importancia, pero creo que la salida de la pandemia nos da una oportunidad extraordinaria que es la utilización de la capacidad ociosa que tienen países como Argentina, sobretodo como producto de cuatro años de Macri. Porque lo de Macri generalmente se ve en el impacto que tuvo en las familias, la generación de pobreza, la caída del salario real y los ingresos de las clases medias, y no le prestamos adecuada atención al desastre que hicieron sus políticas, sus ministros, su presidente del Banco Central en el sistema productivo. Macri para ayudar a cuarto o cinco amigos dueños de las empresas de servicios públicos, tal vez a él mismo también escondido detrás de alguno de ellos como testaferro, destruyó el aparato productivo argentino, hay tarifas que no permiten que se pueda producir nada.
Creo que en esta salida de la pandemia, en la cual el mundo va estar bastante más cerrado que lo habitual, tenemos una oportunidad extraordinaria de un desarrollo inicialmente autónomo, vinculado a la utilización de la capacidad instalada, un shock distributivo a favor de los ingresos de la población y sobre todo una redefinición del sistema financiero, donde haya un fuerte incremento del crédito para el sector productivo. ¿Qué hizo el mundo en estos años? La caída de ingresos de la población que vemos desde el 2008 en adelante y la captura de esos ingresos por parte de las grandes corporaciones se cubrió con la ilusión del endeudamiento de las clases medias y los trabajadores. Necesitamos trabajadores y clases medias con ingresos potentes y que los excedentes financieros vayan al sistema productivo y no a créditos para el consumo que sean complementarios de salarios bajos. Ahí está la gran vuelta que hay que darle al sistema para que sea sostenible, más igualitario, porque en definitiva vivimos en una dictadura del capital.
Está organizado el sistema legal de los países, pero sobre todo el sistema transnacional, para que la persona a proteger sea la corporación financiera, que alrededor de esta se organice la actividad productiva y alrededor de esta nos organicemos los seres humanos. Esto hay que darlo vuelta porque no lo hizo así la naturaleza, ni un Dios, lo hizo un sistema institucional que refleja la correlación de fuerza de los poderosos ganando el sentido común o impregnando el sentido común con el sentido de las clases dominantes. Necesitamos dar vuelta esto, que en el centro de los sistemas jurídicos estén las necesidades y deseos de las personas, alrededor de ellas el sistema productivo y alrededor de este el sistema financiero, sino logramos revertir esta institucionalidad es muy difícil que terminemos con la situación de hoy. Vivimos en una dictadura del capital, patriarcal, depredadora que genera grandes desigualdades.
APU: Considerando la situación Argentina económica y financiera, con la carga de la deuda. ¿Cuál cree que podrían ser las vías que podría tomar el Estado argentino para captar recursos para transferirlos en dirección a ese proyecto de desarrollo?
AB: Estoy convencido que el problema de la deuda es muy importante, que hay que ordenar, pero hoy no es el problema central de la Argentina, hoy el problema principal es poner el país a funcionar después de un gobierno como el de Macri. Alberto Fernández no asumió en el 2015, sino en 2019 con una Argentina devastada, una inflación horrorosa, cuatro años de inversión cero, con tasas de interés imposibles de pagar, incremento de la pobreza, que encima le cayó la pandemia. Estamos hablando de un gobierno que tiene que enfrentar un escenario muy complejo y lo está haciendo muy por encima de la media de los gobiernos del mundo.
Creo que el gobierno tiene un muy buen equipo trabajando en la cuestión de la deuda, que tiene una característica central: son patriotas, no están de los dos lados del mostrador y aunque parezca una cuestión pueril, si lo comparamos con los cuatro años de Macri es una cuestión central. En el ministerio de economía había personas que debían ocuparse de la deuda pero estaban más preocupados por cuidar los intereses del sector financiero. Con un equipo como el que está hoy en el ministerio, cuyo único interés es la Argentina, podremos discutir cuestiones técnicas, pero sabemos que actúa a favor del país, esto es una diferencia cualitativa fundamental, venimos de un gobierno que emitió un bono a cien años, armó una calecita con la deuda: entraban los dólares con los bonos, cobrando una tasa de interés, pero se convertía en pesos, los colocaban en Levacs, tenía una tasa monstruosa y curiosamente pocos días antes de la siguiente devaluación los convertían en dólares para sacarlos del país.
Durante el gobierno de Macri los capitales transnacionales se llevaron tasas de interés que jamás soñaron. Macri convirtió a la Argentina en un casino, pero un casino con las cartas marcadas, porque siempre ganaban los mismos, donde los croupiers, que eran el presidente del Banco Central, el ministro de economía, de finanzas, jugaban para quienes iban a apostar.
Lo importante es poner en marcha el mercado interno, la capacidad instalada, que las empresas nacionales, sobretodo las PYMEs, tengan un financiamiento razonablemente barato…
APU: ¿Qué sería razonablemente barato?
AB: Las tasas tienen que ser cercanas a cero, como son en el mundo. La tasa de interés en términos reales está definida por la inflación pero también es parte de los elementos que definen la inflación. En economía ver la causalidad a veces es muy complejo y hay que encontrar dónde se cortan los mecanismos de transmisión de la inflación para que realmente pueda pararse y hay diversos esquemas para esto. Hay algunos que lo paran, como fue la convertibilidad pero en contra de los salarios. Nosotros tenemos que diseñar un sistema que permita reducir la inflación pero que al mismo tiempo sostenga los ingresos de la población porque de otra manera sabemos cómo termina, después de la convertibilidad terminamos en el 2001.
Creo que en términos de cantidad años es similar a lo que sucedió en el sur de Europa después del euro. Los esquemas que usan como ancla la cuestión monetaria, cambiaria, generan otro tipo de tensiones y terminan de esa manera, por eso cuando los economistas ortodoxos hablan como algo positivo del ancla monetaria, hay que pensar que si el ancla queda en un lugar fija y no hay suficiente cabo para cuando sube la marea el barco se hunde. Las metáforas náuticas hay que tomaras completas, como todas las metáforas. Creo que el neoliberalismo es uno de los campos que mejor maneja cómo armar falsas metáforas o falacias alrededor de metáforas para explicar cuestiones y te terminan diciendo que la economía de un país es como la economía de una casa, cosa que no tiene nada que ver con la realidad.
Vicentín
APU: Siguiendo su explicación sobre cómo se construye el precio de los commodities y considerando que el gobierno anunció la expropiación de Vicentín, quería pedirle si podría explicar cuáles son las consecuencias en la economía real de tener una empresa cerealera dentro de un esquema estatal jugando en el mercado y cómo esto afectaría el valor del producto.
AB: Lo primero que hay que decir es que Vicentín expropió al conjunto de los argentinos o si querés le robó a los argentinos todo lo que el Banco Nación le dio durante el gobierno de Macri por fuera de las normas, los reglamentos, el estado de las artes de lo que es el sistema financiero. Se habla del riesgo a la propiedad privada, que estos vienen por todo, pero el que fue por todo y por fuera de las reglas de la democracia, la república, el sistema financiero y la propiedad, fue Vicentín que se apropió de fondos que eran del conjunto de los argentinos.La pregunta obvia es qué hubiera pasado en Argentina si González Fraga y Macri en vez de darle esos $15.000 millones a Vicentín se los daba a las PYME, a las clases medias para que pudieran comprar una vivienda mediante hipotecas, si los hubiera dado como créditos al consumo a tasas de interés más bajas.
Vicentín y las autoridades del Banco Nación violentaron la ley, las normas financieras y ahí se generó el problema, si no hubieran violentado el reglamento ni se estaría hablando del asunto, Vicentín estaría pagando sus créditos y nadie hubiera dicho nada. Ese es el primer eje. El segundo eje es que si esos préstamos se los hubiera dado el HSBC y no el Banco Nación, nadie dudaría que el HSBC hoy estaría rematando Vicentín, tomando el control y dándoselo a una inversora del banco o a algún amigo y nadie hablaría del derecho de propiedad y las garantías constitucionales.
A partir de estos dos ejes hay que analizar la decisión del gobierno, porque es una empresa que entró en concurso, que antes de entrar en concurso no solo… no quiero decir groserías, pero son las que usan los propios financieros, así que digamos que hizo lo que no debía con el Banco Nación, con gran cantidad de proveedores, que son básicamente productores medianos, pequeños y cooperativas, que le entregaron sus granos a plazos y Vicentín ya sabía que no los iba a pagar. Entonces tenemos un universo financiero del cual Vicentín es deudor y lo hizo en forma ilegal, que es un pool de bancos estatales y privados, pero el 80% es con el Banco Nación, porque el Estado bobo fue el Estado de Macri. Yo tiendo a pensar que fue corrupto y no bobo con González Fraga y Macri, pero eso lo dirá la justicia y se empezará a investigar en una comisión bicameral en el Congreso.
El segundo universo son los acreedores a los que los dejó sin poder operar porque no les pagó su principal actividad. El tercer universo es el de los trabajadores, directos e indirectos, se calculan que son cerca de 4.000. El cuarto es el valor de empresa en marcha que es algo que protege nuestra ley de quiebras, que también es una práctica internacional, no es muy rara la ley de quiebras argentina. De hecho fue modificada en los años de neoliberalismo para que se parezca más a lo de los otros países en términos de proteger el valor de empresa en marcha, en el gobierno de Néstor Kirchner se agregó que pueda ser operada por los propios trabajadores. El quinto eje es el de la importancia estrategia para la Argentina de la actividad, no sólo la central, que es la exportación, sino también la generación de precios internos y la integración vertical de esa empresa con otras actividades en el marco de un proceso tan estratégico para la Argentina como es el complejo agroexportador.
Sumando estos cinco ejes es clave lo que determinó el gobierno de que sea una empresa que no se pierda, ni se desguace en un concurso. Escuchamos a personas de pensamiento muy ortodoxo señalar la importancia de que no se transforme en una empresa extranjera. Creo que en el concurso esta empresa va al desguace y eso significa que haya un mayor nivel de concentración en este mercado que se convierte en monopolista y monopsionista, en el cual además hay sospechas fuertes de que hay subfacturación de las exportaciones para exportar a través de países que tienen estructuras democráticas más débiles y menor defensa de los intereses de la comunidad, operaciones que se triangulan a través de guaridas fiscales, los mal llamados paraísos fiscales, o por empresas en sociedades no cooperativas.
En función de estos cinco ejes es importante que Argentina tenga un jugador en esos sectores como es el Banco Nación en el mercado financiero y nadie se rasga las vestiduras por esto y nadie se rasga las vestiduras por sostener que haya una empresa más, lo grave sería que haya una empresa menos en el sector. La decisión del gobierno es súper acertada, después habrá que ver cómo se termina operativizando porque en las políticas políticas tan importante como la decisión es la implementación. Lo que está claro, según el análisis de varios juristas, es que la decisión del juez respecto a las decisiones presidenciales no ha sido respetuosa del marco jurídico.
APU: ¿Podría explicar cuál sería la potestad que tendría una Vicentín con participación del Estado? ¿Por qué es tanta la resistencia? ¿Cuál sería la diferencia de que el Estado se siente a la mesa?
AB: Simplemente se trata de que el Estado blanquearía el mercado, transparentaría volúmenes, transparentaría precios de compra, precios de venta. Lo que está protegiendo el sistema es que nadie pueda ver lo que pasa dentro del sistema, no quieren que haya un termómetro que se introduzca en el cuerpo de esa actividad. El sistema económico concentrado lo que busca es la opacidad, cuando no la oscuridad, por eso existen las guaridas fiscales. ¿Cuál es la razón de ser de esas jurisdicciones no cooperativas? Que le quitan transparencia al funcionamiento. ¿Cuál es la razón de ser de la operatividad de empresas que tienen otra jurisdicción dentro del sistema económico argentino? Los famosos precios de transferencia, es decir, una empresa que se vende a si misma en otro país a un país a un precio mucho menor al que después va a exportar desde ese otro país al resto del mundo para pagar menos impuestos. Porque hay un país que no defiende a su población entonces no cobra impuestos adecuados. No quieren que se sepa lo que ocurre en ese mercado, por eso a mí me extraña cuando somos tan confusos en las explicaciones, es tan simple como esto.
Hay otro motivo por el cual Vicentín no puede ser entregado en el concurso a otro privado, ni todo junto ni desguazado, y es que sería una privatización encubierta, porque Vicentín tiene una estructura de financiamiento que no es compatible con su realidad, obtuvo préstamos del Banco Nación en forma espuria, ya sea porque González Fraga lo hizo por corrupción o porque es un opa. Si esa estructura de financiamiento se le pasara a un tercero sería una privatización encubierta en la cual el único que estaría perdiendo es el Estado argentino. La única forma de que sería aceptable que Vicentín pasara a un privado sería que le cancelaran en efectivo todos los préstamos al Banco Nación el primer día.
APU: ¿Cree eso posible?
AB: Es lo único que sería aceptable, si alguien lo hace está perfecto.
Espionaje ilegal macrista
APU: Se hizo público el espionaje del gobierno de Macri a los presos políticos entre los que se encuentra, siendo que no sólo escuchaban las conversaciones entre los detenidos cuanto también violó el derecho a que tuvieran una conversación segura con sus abogados. En el extracto de su ensayo que publicó en El cohete a la luna señaló que les habían informado de ello. ¿Cómo recibió la noticia y ahora que tiene la certeza de que sucedió, mira para atrás y puede decir “ahí estaban”?
AB: Esto tiene varias facetas, la primera es que Macri es una persona que espía a sus cuñados, que sabemos que espiaba a sus competidores en las licitaciones cuando estaba en el sector privado, espiaba a la ciudadanía de la ciudad de Buenos Aires, mal podíamos pensar que se iba a resistir a la tentación de usar el aparato estatal nacional para espiar a las argentinas y los argentinos. Su perversión, su gusto por el voyerismo a gran escala lo satisfizo. Es una realidad y un delito. A partir de su perversión y gustos personales montó una organización criminal con Patricia Bullrich, Gustavo Arribas, Germán Garavano y Silvia Majdalani para espiar al conjunto de los argentinos, amedrentar a los dirigentes políticos, dirigentes sindicales y robarles las empresas a empresarios privados. A esto se dedicó como presidente y hay que decirlo con claridad para que no se desvanezca en retórica.
Después debemos observar también por qué era la desesperación por las prisiones preventivas. Las mismas tenían dos efectos instantáneos: el primero era vulnerar la imagen de dirigentes políticos y asustar a otros para que no salieran del deber ser del establishment, y el segundo tiene que ver con tenernos a todos juntos para que los costos del espionaje salgan más baratos. No es lo mismo poner cuarenta personas para que hagan un seguimiento en el Instituto Patria que tener los turnos pagos del Sistema Penitenciario Federal y el sistema cableado para escuchar a las sesenta personas que están en un pabellón. Un espionaje en el que estaban cableadas las celdas, los pabellones, así como donde nos reuníamos con nuestros abogados para hablar sobre nuestra defensa. En la Argentina con Macri no existió el derecho a defensa.
Además escucharon y persiguieron a nuestras familias, a nuestros hijos, nuestras mujeres. Espiaron, escucharon, persiguieron a nuestras visitas, que ya de por si hay que tener ganas y animarse a ir a un penal. A estas personas ni esto les respetaron, les vulneraron todo. Escuchamos uno de los audios que decía “guarda que van chabones que son de la política y ni nos enteramos”. El espionaje y el seguimiento fue completo. Vivíamos en un estado policíaco, de esas pesadilla que ni George Orwell imaginó. Nos convirtieron a todos en Emmanuel Goldstein, como el personaje de 1984, que cuando el Gran Hermano quería irritar a la población les ponía a Goldstein en la pantalla. Eso fue lo que nos hicieron ser a nosotros, con casco y chaleco.
Imaginate que yo nunca no iba a ir a una indagatoria, fui siendo vicepresidente y me metieron preso a la primera vez para ir a una indagatoria, nada más. Nunca me iba a escapar, me hubieran mandado la carta venga tal día y tal hora y ahí hubiera estado, pero fue crear a los Goldstein del macrismo.
APU: Para terminar, quiero hacerle una última pregunta. Aún se sigue hablando de la grieta, no se se podría decir que la saltó, pero en su derrotero histórico tuvo un proceso muy interesante. En su ensayo propone administración del comercio exterior, estatizar los servicios públicos, nacionalizar los puertos, entre otras medidas que para muchos resultan radicales. ¿Usted podría ubicar qué fue lo que le hizo click que dio inicio a ese cambio?
AB: Son experiencias vitales que se fueron cruzando. Entrar a ANSES como analista en 1999 fue descubrir dos universos desde adentro que muchas veces se habla sin conocer: el trabajo en el sector público y el del sistema de jubilaciones y pensiones. La posibilidad de estudiar tratando de mantener la cabeza abierta. Muchas cosas en las que fui evolucionando fue siendo docente, enseñando lo más ortodoxo, cuestionándome, escuchando cuestionamientos en el salón, por supuesto la lectura, la militancia de conocer el territorio un poco más también es una vuelta de tuerca. Creo que fue el cruce de todas esas experiencias vitales las que te van dando la posibilidad de reflexionar y ampliar el marco de conceptualización.
Creo que el conocimiento es como una red de pesca y cuando uno más conoce más se cierra la malla de la red, entonces es más fácil que quede conocimiento ahí. Si uno está dispuesto a no parar en ese proceso, a no detenerse, tenés la posibilidad de interpretar cosas nuevas, lo cual sería también tratar de romper esa especie de membrana entre ser joven y ser viejo, que son conceptualizaciones culturales que tienen que ir cambiando con las distintas culturas. Mantenerse en la membrana e ir corriéndola para un lado y para el otro te permite ir captando distintas cuestiones. Tenemos muchas cosas para aprender y es importante mantener ese espíritu de corazón, cabeza y brazos abiertos para recibir todo lo que se pueda en el ejercicio de recibir y dar.
Sobre lo de saltar la grieta, me parece que el que mejor lo explicó fue Warren Buffet, uno de los más grandes financistas, que dijo: “la lucha de clases está tan vigente como nunca, el asunto es que los únicos que peleamos somos los ricos y la estamos ganando por paliza”.