Roberto Feletti: “Las élites argentinas son un fiasco”

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APU EN GELATINA

Roberto Feletti: “Las élites argentinas son un fiasco”

19 Julio 2024

APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11:30 a 14 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Roberto Feletti, ex secretario de Comercio, entre otros cargos, quien analizó la situación política actual.

Agencia Paco Urondo: Usted fue secretario de Comercio del gobierno de Alberto Fernández, entre fines de 2021 y mediados de 2022. ¿Cuál es su mirada sobre la gestión de un antecesor suyo como Guillermo Moreno?

Roberto Feletti: Sí, por supuesto. Compartí gabinete cuando fui viceministro de Economía de Amado Boudou. Interactuamos mucho y compartimos más de dos años de trabajo. Uno cuando fue secretario de Estado tiene que hablar de su gestión. Nos tocó protagonizar una etapa entre mediados del 2009 y fines del 2011 en la cual la economía creció 10% y 6%. Esa recuperación de lo que era la crisis de 2008, que se había traducido también en una derrota electoral, leve pero derrota al fin, en la provincia de Buenos Aires en 2009. 

Se convoca a Boudou, que me convoca como viceministro e iniciamos un trabajo, acompañado por todo el gabinete, en el cual estaba Guillermo y también Hernán Lorenzino, de acuerdo o nivelación del sector externo. A fines del 2009 eso provoca una fuerte expansión de la economía, esa fue una recuperación en V fuerte porque había caído en la crisis y tiene una recuperación muy potente producto de un ordenamiento real del sector externo. 

APU: ¿A qué se refiere con un ordenamiento real?

RF: Nosotros hicimos el segundo canje de la deuda. El primero lo hace Roberto Lavagna en 2005 y el segundo Boudou en 2010. Era un canje con una quita de 2/3 y con un premio. Si nos acompañas y la economía crece, vas a cobrar más y creció mucho. Ese canje dio certeza, es decir, pasamos el 90% de adhesión. Fuimos primero al Fondo, acordamos una hoja de ruta, después recibimos dinero no condicionado, lo mismo que recibió Alberto por la pandemia, los Derechos Especiales de Giro, ordenamos los bancos de inversión y tensamos en ese momento con Martín Redrado la recuperación del uso de reservas para pagar deuda. Eso crea una estabilidad y un impacto muy favorable. 

APU: En su momento, Clarín buscaba deslegitimar ese nivel de adhesión.

RF: Claro, en esa época no había preocupación por los buitres y estaba en torno al 76%. El Fondo dijo que si pasamos 90% iba a crear un clima de estabilidad. Llegamos al 92.5%. Fue un gran trabajo de Lorenzino, no quiero robar méritos. Más allá de la muerte de Néstor y la visión que tuvo del país Cristina, haciéndose cargo en un momento tremendamente doloroso, esa contribución del crecimiento económico, que se hizo con salarios altos, es lo que define políticamente que se elija a Amado de vicepresidente. Es un reconocimiento al equipo de Economía, a mí me toca encabezar la lista de diputados en la Ciudad de Buenos Aires y Hernán lo eligen ministro. Compartimos gabinete e interactuaba casi cotidianamente con Guillermo.

APU: Luego, los medios de comunicación se ensañan con Lorenzino.

RF: Sí, voy a decir lo que incluso me dijo Guillermo, cuando yo presidía la Comisión de Presupuesto y Hacienda como diputado. Estábamos tratando la Ley de Mercado de Capitales y me dice: “Olvídate del Ministerio de Economía que conociste”. Eso es mucho después, creo que en ese momento se trabajó bien y supongo que eso hará que Guillermo diga lo que dice. Siempre hay que hablar de lo que uno le tocó hacer o aportar, la realidad fue que la economía creció un 10% el 2010 y un 6% el 2011 y la elección se ganó con un 54%, por supuesto mérito de Cristina. Nosotros hicimos nuestro aporte. 

APU: ¿Cuándo inicia el problema de la inflación para usted?

RF: El problema de la inflación en el país es de puja distributiva, que es lo que siempre tratan de quebrar. Cuando la economía se expande, y en Argentina se hace con empleo y salario, los trabajadores alcanzan un buen nivel de vida y los sindicatos cuando hay pleno empleo tienen mayor capacidad de negociación, hay que convivir. La respuesta de los empresarios a esa puja es la suba de precios. Ahora bien, en todo esto, juegan los dólares que acumules en el Banco Central. 

Nosotros estabilizamos el sector externo porque reunimos una masa crítica de 11.500 millones de dólares, de los cuales una parte importante, más de la mitad, fueron reservas del Banco Central que usamos para pagar. En 2009 a los agentes económicos poderosos les dijimos que el pago de deuda por los próximos años estaba garantizado. Eso creó un clima de flujo positivo y calma. Ahora, hay tres problemas que Cristina aborda bien con los recursos que tiene, y en eso hay que destacarlo también a Axel Kicillof. Es una gran diferencia que tengo con Moreno, sino que creo que lidió y lo hizo muy bien.

APU: ¿Cuáles son esos tres problemas?

RF: Primero, la energía. En ese momento, a diferencia de lo que pasa hoy, era un factor de retracción porque tenías que importar. Segundo, el cambio de actitud de Brasil con Dilma Roussef, que piensa girar más hacia el BRICS y menos hacia Unasur. Hay tensiones en los acuerdos que habían hecho Néstor Kirchner y Lula da Silva, al punto de que afectó económicamente. Cristina tiene esas restricciones externas: la energía, que es un factor endógeno, la relación con Brasil que cambia, que es un factor externo, y el tercero es la reestructuración de deuda que también hay que pagarla, si bien fue con quita y muy beneficiosa. Eso hace que el empresariado se retraiga. 

Por otro lado, la fractura que se produce en el peronismo, que es histórica cuando faltan dólares en todos los episodios peronistas. Sergio Massa lleva a un sector del empresariado para buscar otro esquema y esa esa es la tensión del 2013. ¿Qué te decía un empresario por esas épocas? Ustedes llegaron en 2003, la masa salarial representaba un 25% en mi facturación y hoy representa el 40%. Ahí empezaba esa puja por la energía e importar insumos. Me lo dijeron explícitamente, antes como los salarios de convenio eran más bajos podían definirlo por escritorio. Ahora el delegado manda el listado de sueldos y los tiene que liquidar. Esa pérdida de poder social también juega, más allá de la restricción externa. 

APU: ¿Qué opina del axioma que indica que el peronismo hace que los empresarios ganen plata pero después ellos apoyan gobiernos ajustadores que van contra esa rentabilidad?

RF: Es un fracaso de las élites argentinas y el ejemplo más palmario es Mauricio Macri. Así como te digo que tuvimos 11.500 millones de dólares y contribuimos a que terminara una elección con el 54%, Macri tuvo 45.000 millones de dólares y perdió en primera vuelta. Es el fracaso más grande, el dólar por voto le da mal. 

APU: Algunos te dicen que los empresarios ganan menos pero las empresas pasan a cotizar más.

RF: Es relativo eso, no es verdad. En 2001 había pánico, incluso del grupo multimedia más importante de este país, de que hubiera una compra hostil por la baja de las acciones. Eso no es exacto, cuando ganan crecieron pero después cuando empiezan las devaluaciones, porque se la fuga toda, ese es el tema más grave. Vuelvo a insistir con Macri, tuvo 65.000 millones frescos del sector privado y 45.000 millones del fondo, es decir 110 mil millones y no pudo ganar la elección ni pudo ordenar un sector. 

En general, al peronismo le podés imputar, y a nosotros cuando nos tocó, que no financiamos la inversión. Es todo consumo y nadie invierte. Hay un momento en que el salario tiene que dejar de financiar el consumo y pasar a la inversión. Eso se intentó con el Congreso de la Productividad, en parte con el pacto social, pero esos acuerdos siempre lo tensan al peronismo, se fractura y pierde el gobierno, a veces por método violento y otras por elecciones. 

APU: Eso es cierto.

RF: Ahora, no es menos cierto que las élites con un caño de plata, como el que tuvieron concretamente con Macri, no pudieron organizar un modelo conservador. El viejo esquema que planteaba en su momento Pinedo abuelo del modelo agroindustrial en el 40 siempre fracasa porque los empresarios no se organizan y el peronismo no aporta alguna cuota de gobernabilidad. Esa sí es una discusión, pero la realidad es que las élites argentinas son un fiasco. 

Jair Bolsonaro llega y dice que va a privatizar Petrobras, cerrar el Banco de Desarrollo y abrir la economía al mundo. No pudo hacer nada porque las élites le dijeron que no. Habrá algunos de traje, otros de uniforme, y no pudo. Acá Macri, inexplicablemente, pudo hacer lo que hizo y llevársela. No podes traer 110.000 millones de dólares y llevarte 86.000 para afuera. No hay país que aguante. Hay un fracaso del Movimiento Nacional y Popular y un fracaso de las élites, y esa convergencia es la que está provocando que tengamos a Milei como presidente, que es un fenómeno argentino. 

APU: Estamos en un empate catastrófico.

RF: Sí, y siempre es la búsqueda de romper el péndulo: salvajemente la dictadura, con Carlos Menem hay una discusión que algún día habrá que darla. Soy crítico porque se podrían haber hecho otras cosas, pero también es cierto que tenía límites a escala mundial e interna. El Estado quebrado por la hiperinflación y Estados Unidos hegemónico absoluto no daba mucho para hacerse el loco. Ahí también fracasa la burguesía nacional porque primero los llama a ellos. 

APU: Considero que en la demonización de Menem se oculta responsabilidad del alfonsinismo.

RF: Sí, hay mucha indulgencia y creo que también el plan Bunge y Born, que es la primera etapa de Menem, es un intento de acordar un proceso privatizador, más nacional y menos extranjerizado, y fracasan. Son un fiasco, una cosa que no se puede creer. 

APU: Estamos atrapados, salvo que nos dediquemos a abolir la burguesía, que todavía no entramos en esa fase.

RF: Eso requeriría un movimiento nacional y popular más clasista, que no es nuestro caso porque el peronismo siempre hizo alianza de clase. Cuando estuve en el Ministerio de Economía, y por indicación de Boudou, trabajamos mucho con las 120.000 empresas medianas, de más de 100 empleados y buen nivel de facturación, que articulan con la cúpula y usan a las PyMEs para financiarse su propio capital de trabajo. Hacen un esquema y sobreviven. Tienen espalda y dinámica con las cuales habría que trabajar y buscar acuerdos. Haría falta un José Ber Gelbard si queres, un líder empresario que tenga una visión nacional. 

APU: No un Marcos Galperín. 

RF: Eso es lo que dice Yanis Varoufakis sobre el tecnofeudalismo, de alguien que logró convertir en esclavo a los productores y a los consumidores. 

APU: Vamos al gobierno de Alberto. Uno pensaba que se iban a poder corregir varias cosas.

RF: Bueno, evidentemente, si pensás el gobierno de Macri y el del Frente de Todos, no quiero poner sólo a Alberto porque fue una coalición que gobernó, es la primera vez que, por alguna razón, desde 1916 para acá hay un gobierno constitucional que no tiene al peronismo y al radicalismo orgánicamente. Éste último se desgasta en ser furgón de cola de Macri y creo que el Frente de Todos agota la visión del peronismo. Los partidos de masa constitutivos de Argentina por primera vez en más de 100 años de historia no están presentes en un gobierno constitucional, al menos orgánicamente, y eso no es un dato menor. Es una crisis política severa que, de algún modo, hay que reflexionar. 

Me parece que el gobierno de Alberto Fernández quedó, y es lo que yo viví, discutiendo sus propias realidades. Primo aborda la pandemia y tiene grandes éxitos en la salud pública. La tasa de mortalidad, objetivamente, fue menor que la de países como Estados Unidos. Quiere decir que el sistema de salud pública respondió, ahora frente a eso nadie sale a defenderlo. Se discute el vacunatorio, la realidad es que la tasa de mortalidad de Argentina estuvo por debajo de la de EE.UU. y muy por debajo de la de Brasil. 

APU: Luego Milei te gana con datos inchequeables, como el de la cuarentena más larga del mundo.

RF: Lo chequeable es la tasa de mortalidad. Es un dato objetivo que dice la Organización Mundial de la Salud. Ahora, en la cuestión económica, había una decisión de no confrontar con el poder económico y era inevitable la discusión. El proceso de reestructuración de deuda que hace Martín Guzmán, lo aborda en pandemia, no era urgente y ganó tiempo. Logró ese objetivo y eso es un mérito suyo, pero estamos de cara a un proceso que tenía que haber tenido otra discusión y tenía que haber sido junto con el Fondo Monetario. 

APU: En el sentido de su responsabilidad por el préstamo a Macri.

RF: Obvio, mínimamente tendrías que haber hecho una presentación a La Haya. No sé si no sirve para nada. Yo no puedo decir que cuando estuve en el gabinete Guzmán me trató mal, pero tuvimos diferencias. Cristina, cuando se enfrenta a fondo buitres violenta y duramente,  logra, lo que después aprovecha Guzmán, que nunca más una reestructuración de deuda aceptada por más de 2/3 de los acreedores, pueda ser desbaratada por un ataque especulativo, como fue la nuestra. 92,4% de aceptación y un tipo con el 1%, Paul Singer, te la desbarata. Ese reclamo de Cristina en foros internacionales termina haciendo que cuando Guzmán va la reestructuración de deuda ya quedaba claro que si había 2/3 de aceptación a la oferta quedaba firme.

El Fondo le da a Argentina por encima de lo que le hubiera tocado como país, que eran 25.000 millones de dólares. Alberto rechazó 10.000, habría que haber discutido en ese momento porqué. Ahora, lo que fue imperdonable es haber lapidado 30.000 millones de dólares superávit comercial. Permitiste a las empresas que accedieran al mercado oficial de cambios para reestructurar sus propias deudas privadas. Ese fue el núcleo de fracaso del gobierno del Frente de Todos. Tuviste 2020, que fue la pandemia con una caída fuerte en la actividad, que la recuperas en 2021 y eso habla de la vitalidad de la economía argentina, pero tuviste 2020, 2021 y 2022 podrías haber atesorado. No digo todo el superávit, pero podrías haberlo hecho. 

APU: Eso influyó a la hora de negociar.

RF: Si te paras frente a los acreedores privados y al Fondo con, ponele, 25.000 millones de dólares más en el Banco Central, negociamos. Además, nadie te presionaba. El clima de pandemia hacía que en 2021 nadie te atacara. Por otro lado, nosotros llegamos y congelamos precios de 1.500 productos de una canasta básica para consumo medio bajo. Eso es en octubre, retrotrayendo a julio. Decíamos que esa canasta tenía que calzar con la Canasta Básica Alimentaria, para de esa manera combatir la indigencia. De hecho, si miras los números de ese último trimestre, y el siguiente del 2022, baja.

APU: Ahora está descontrolada.

RF: Eso lo tenes que asegurar, regulado. Eran 1.500 productos, me cuestionaron porque estaba el vino. Fue una larga polémica, pero después eso funcionó hasta la guerra de Ucrania. En febrero de 2022 la inflación núcleo daba proyectaba 45% anual, que era mucho pero no como hoy. El interanual dio 271%. Cuando estalla la guerra, la tonelada de trigo que valía $25.000, en pote y al contado en Rosario, se va a $41.000. Lo mismo pasa con el girasol y el maíz. Dos jugadores, Ucrania y Rusia, en el mercado internacional te rompen todos los acuerdos de precios. 

Ahí reclamo cupos y mayores derechos de exportación, y no lo logro. No hay consensos. Se arman en ese marco los fideicomisos de trigo y aceite, que funcionaron, pero podrían haber tenido un destino mejor, en la contención del precio de la harina, pero no había una decisión del gobierno de avanzar sobre una renta extraordinaria. En favor de Guzmán, ahí es cuando él quiere poner la discusión del impuesto a las grandes fortunas. Hay una renta extraordinaria por stock. 

APU: ¿Con Alberto discutió en esa época? ¿Qué impresión le quedó?

RF: Sí, discutí. Yo llego a la Secretaría de Comercio por un pedido de Cristina. Después, cuando decido que no puedo implementar la política de precios, hablo con ella y lo único que me pide es que no haga un portazo. Creo que Alberto estaba convencido en que la capacidad de negociar del presidente, de sentar a todos los actores en una mesa y hablar con argumentos racionales, era suficiente y los hechos no evidencian eso. Si al mundo lo gobernaran las ideas estaríamos en otro mundo. Insisto, no podría decir nada de él. Cuando me comunicaba con él inmediatamente me atendía y cuando me fui me reconoció la labor. Yo le dije que se rompieron todos los acuerdos de precios por un factor externo. Tenés que tener un programa de emergencia. 

APU: ¿Esa rentabilidad no le permitía al país ganar más plata?

RF: Sí, el problema acá es que con los que ganan más plata después no hay derrame. La única forma son las retenciones. Creo que la renta extraordinaria tiene que subsidiar la industria. El peronismo nunca quiso sacar competitividad del salario, nunca podía haber industria con salarios bajos. Tenía que haber con energía y un subsidio de la renta extraordinaria del agro. Ese es el modelo peronista, ahora tenés más renta extraordinaria por la energía y los minerales, con lo cual el modelo industrial puede ser mucho mejor.

APU: ¿Usted está de acuerdo con el impuesto de las altas ganancias?

RF: Sí, yo estoy de acuerdo. El sistema tributario argentino es regresivo, descansa en el IVA y dos impuestos transaccionales: el impuesto a las transacciones internas, o a los cheques, y a las transacciones externas, que es el impuesto PAÍS. Ahora, el Impuesto a las Ganancias va a volver a pasar que una parte importante la van a aportar los trabajadores. El impuesto a los patrimonios para un país, que ha blanqueado su élite tener 100.000 millones de dólares afuera, habría que gravarlos en exceso para que la traigan de nuevo. Ha blanqueado casi una quinta parte del PIB, es una bestialidad. Eso pasó con Macri.

APU: ¿No considera que los kirchneristas, en algún momento, subestimamos la inflación?

RF: En las políticas del peronismo para combatir la inflación obviamente tiene que haber planes de estabilización macros. Primero, arranca por lo externo, por los dólares que juntas en el Banco Central. Tenés que tener un sector externo robusto. Creo que uno de los grandes éxitos de Néstor Kirchner fue el acuerdo con Brasil. La mejor inserción internacional que Argentina tuvo en toda su historia, que le dio autonomía y competitividad, fue Brasil y la relación Lula-Néstor. Dilma quiso hacer otra cosa y los hechos después demostraron que no le fue bien. Con Brasil logramos exportar 350.000 autos por año y con el SMATA como el sindicato mecánico mejor pago de Latinoamérica. No sacabas competitividad del salario. Eso es un orgullo. 

APU: Pero la cuenta dólar me tiene que dar positiva.

RF: A nosotros nos daba quizás negativo con Brasil, pero positivo con Bolivia y Paraguay. Exportabas industria al resto de Sudamérica. Con ese apalancamiento que tenías ibas logrando tu mercado interno ampliado. El otro sector, que tenía muchos superávit y podía funcionar con un mercado interno ampliado, era el norte de África. Por ejemplo, Argelia y Libia, aunque después pasaron cosas.

APU: No Angola. 

RF: Sí, también. Cuando se lo eligió tenía dos virtudes: era el país que más había crecido en el mundo, 23%, y el petróleo. Ahí habían ido los brasileños, hablan el mismo idioma y ex colonia portuguesa. Argentina necesita tener una dinámica exportadora con valor agregado, ahí hay que escuchar al Consejo Agroindustrial Argentino. No es que hay que negarlo, hay que sentarse y hablar. El otro punto muy importante es que tenés que tener un mercado interno robusto que te permita amortizar los costos de infraestructura de ese apalancamiento. 

APU: ¿Qué es amortizar esos costos?

RF: Trato de vender todo al mercado interno y, cuando hago costos, divido por unidades producidas y las excedentes trato de exportarlas, si el dumping me deja, a otros países a costo variable. El costo de la fábrica lo hago descargar en el mercado interno. Lo hacen todos los países del mundo, no es una genialidad lo que estoy diciendo. Ahora, necesitas acuerdos. Cuando haces una integración regional, acordas mercados. Por ejemplo, el textil, un tema muy importante es el valor agregado en el diseño y Argentina tiene buenos diseñadores por la confección en fibra natural. Quizás querés competir con uno más grande y te es más difícil, pero no se trata de competir sino de acordar. Creo que eso es clave.

El otro punto es la cuestión fiscal, tenés que tener un sendero. No podés tampoco sostener los estímulos a la demanda, monetarios y fiscales, para siempre. Lo convertís en un componente del salario, lo que llamamos salario indirecto. Es cierto, y es lo que quise hacer con las canastas de alimentos reguladas, que la energía, el transporte y los alimentos, que son bienes esenciales, pueden ocupar poco espacio del salario para que a éste le quedara resto para indumentaria, electrodoméstico, vacaciones, etc. Esa es una discusión, tiene que tener un sendero. Tenés que ir buscando mejoras salariales e ir viendo cuáles son los mecanismos por los cuales aumentas la productividad del salario y vas generando mayor empleo. El peronismo tiene gimnasia en eso, los grandes acuerdos sociales siempre los hizo. De hecho, la paritaria es un acuerdo social. 

APU: Si nos situamos en la actualidad, con el aumento del dólar hasta $1500, ¿puede haber problemas?

RF: Por eso están apurados por desmonetizar. Para comprar dólares tenés que tener pesos, ahora acaban de decir que cuando emitan para comprar inmediatamente los van a vender en el mercado del dólar financiero para esterilizarlos. El gobierno quiere sacar pesos para restringir la suba del dólar, eso es enormemente recesivo. Va a ser más profunda, en los últimos años de la convertibilidad había deflación y desempleo de dos dígitos. Si medís el dólar de paridad teórica, es decir si dividiera todos los pesos nominados por las reservas del Banco Central, da $2500 si quisieras dolarizar.

APU: Está barato el dólar.

RF: Por eso hay una expectativa de devaluación. Todo el mundo hace el cálculo y ven el tipo de cambio oficial en 1000, y no juntan reservas. El problema fundamental de Luis Caputo es haber devaluado 118% y no juntar reservas. La discusión de Kicillof, sobre su devaluación del 28% a principios del 2014, le dio dos años de competitividad. Alfonso Prat Ga dijo que los precios estaban a 15 y no, estaban a 10. Estuvo sostenido con sostenimiento de la economía, con lo cual ahí tenés un proceso positivo. Caputo devaluó y en abril, cuando llegó el momento de liquidar la cosecha, ya no tenía un dólar. Un fracaso importante de política económica y ahora no sabe qué hacer. 

APU: ¿La llegada, otra vez, de Federico Sturzenegger puede resolver algo?

RF: Sería el tercer gobierno que perjudica, con Fernando De la Rúa y Macri. Lo que digo es que están completamente jugados a un apoyo extraordinario del Fondo Monetario. No veo hoy otra salida porque, evidentemente, en el trimestre de mayor flujo de divisas positivo, que es la cosecha, no juntaron. Quedaron estancados y ese es un problema serio. Por eso un plan de estabilización es externo, fiscal y también preservar el nivel de actividad. 

APU: El peronismo necesita contar su propuesta para que le vuelvan a creer.

RF: Milei es un fenómeno argentino. El mundo está votando a favor de Axel.  Claudia Sheinbaum en México, Jean Luc Mélechon en Francia, Keir Starmer, líder laborista británico, Pedro Sánchez en España. El mundo vota a coaliciones y figuras que tienen mucho que ver con lo que Axel gestiona en la provincia. Lula salió de la cárcel, después de un año y medio, se caminó todo Brasil con 75 años y le ganó a Bolsonaro, por poquito pero le ganó. Andrés Manuel López Obrador pone una sucesora que saca el 58% de los votos, que es científica y feminista. Además, dólares y, hablando de inserciones internacionales, un buen acuerdo con Estados Unidos para reindustrializar el país, que es el que tendríamos que tener con Lula. Eso es lo que hay que poner en valor. 

APU: ¿Qué imagina para el segundo semestre del año?

RF: Mucha recesión y aumento del desempleo. Hace 17 años que no tenemos desempleo de dos dígitos, desde el 2006. Argentina tuvo doce años así, desde 1994 hasta que llega Néstor a bajarlo. Durante 17 años, aún con Macri, se mantiene ahí. 

APU: ¿La gestión de Eduardo Duhalde la considera positivamente?

RF: Sí, creo que sí. Si la devaluación que hicieron no hubiera sido tan dura, probablemente la caída del 2002 hubiera sido menor. Es cierto que la recuperación hubiera sido más lenta. Lo que planteaba Adolfo Rodríguez Saá, de hacer una doble moneda, hubiera favorecido menos a Buenos Aires y más a las que están por fuera de la pampa húmeda, y hubiera tardado más. Esas fueron las discusiones que terminaron como terminaron. Ahí cerró Raúl Alfonsín con Duhalde devaluación pura y dura, vuelve la provincia de Buenos Aires y complejo agroindustrial a full.

APU: ¿Con el dólar qué va a pasar?

RF: Va a haber desempleo, recesión y puede haber tensión cambiaria porque el segundo semestre es al revés. Tenés que juntar doble el primero porque el segundo es cuando las empresas producen más y hay mayor demanda de dólares. Por eso siempre se habla de la recuperación del segundo semestre. Ese es el ciclo normal de la Argentina. 

APU: El dólar entonces está barato.

RF: En estos momentos, si el sector agropecuario te pide un dólar más alto, el Fondo Monetario también, no juntas reservas en el Banco Central y Brasil devalúa en dos meses un 10%, estás en un problema. Tenés esas cuatro condiciones: la devaluación de tu principal socio comercial; el organismo multilateral, al que le debes un montón de plata, te pide una devaluación para darte una nueva ayuda; el sector que te provee de divisas, por lo menos hasta ahora, hasta que venga la energía, te pide una devaluación; y no juntaste dólares después de haber devaluado 118%. Caputo lo hizo de nuevo, es el 2018. Cada uno que saque su conclusión. 

APU: ¿Podemos salir?

RF: Te pongo una esperanza en Axel. Argentina tiene hoy primero, a diferencia de Menem, un escenario internacional mucho más favorable, porque cuando hay crisis de hegemonía Argentina navega. Segundo, Lula gobernando. Brasil sostuvo ochenta años de política industrial y las élites en un momento dijeron de llamar a un obrero industrial a ver si podemos aumentar la base de sustentación. Eso es una visión. Es la octava economía del mundo y la preside alguien que fue efectivamente un obrero industrial. No es menor. 

Además, Lula fue, junto con Néstor, quien imaginó Sudamérica como un escenario de realización económica. Hugo Chávez aportó lo suyo también, pero el cierre Argentina-Brasil a principio de siglo fue muy importante. Tenés crisis de hegemonía, un bloque político económico y militar con el cual tenés relaciones comerciales, y que quiere jugar con vos, un líder regional e internacional como Lula, que quiere jugar con vos, minerales, hidrocarburos y agroalimentos, es un problema de la dirigencia. Es también una relación de fuerzas, como suele decir algún dirigente filo radical, aunque no creo en eso porque es malversar a Antonio Gramsci, pero creo que lo tenemos que resolver.

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