Caamaño: “Muchos periodistas conocidos pasaron por la AFI”

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    Cristina Caamaño
ESPIONAJE ILEGAL

Caamaño: “Muchos periodistas conocidos pasaron por la AFI”

24 Octubre 2022

Desde Salvador, Bahía.

Cristina Caamaño es abogada, fue fiscal, tuvo a su cargo la causa por el asesinato de Mariano Ferreyra en 2010. Después que Cristina Fernández de Kirchner creó el ministerio de Seguridad, la exministra, Nilda Garré, la invitó a que la secunde en la gestión. Caamaño también es presidenta de la Asociación Justicia Legítima y cuando Alberto Fernández asumió el gobierno la designó interventora de la Agencia Federal de Inteligencia, de donde se retiró el 6 de junio pasado, plazo de su intervención y el mismo día que ordenaron detener el avión venezolano con tripulación iraní. Tras su salida, compartió un informe de gestión en el que informó que blanqueó el sueldo del personal de la AFI y terminó con el imperio de los fondos reservados.

La exinterventora considera que durante el macrismo la agencia sirvió al Lawfare (guerra jurídica) y nos contó que importantes periodistas pasaron por la agencia durante la gestión de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. Las pruebas del espionaje macrista a los familiares del ARA San Juan y la pregunta de cómo borraron mensajes enviados por los submarinistas a los familiares, cuando los teléfonos quedaron en el fondo del mar. Además: ¿Cuántas alertas terroristas hubo en 2021 en Argentina? ¿Cómo captan información los agentes? ¿Cuáles son los intereses estratégicos?Sobre esos asuntos y más conversamos con la exinterventora.


AGENCIA PACO URONDO: ¿Con qué se encontró cuando llegó a la Agencia Federal de Inteligencia?

Cristina Caamaño: Encontré que había muy poca información sobre inteligencia estratégica y mucho espionaje ilegal. El 99,9% eran gastos reservados, solamente Gustavo Arriba y Silvia Majdalani recibían su salario como corresponde, el resto era todo gasto reservado, la compra de resmas de papel, de biromes. Las personas que trabajaban en la agencia recibían su sueldo en un sobre, no tenían tarjeta de débito, entonces la intervención fue llevar luz a los sótanos de la democracia. Así conseguimos pasar a que menos del 10% sean gastos reservados. Bancarizamos a los agentes, derogamos los nombres reservados, no tiene sentido que usen un alias cuando no están en una operación. Después intentamos asimilar todo lo posible la agencia a cualquier otra agencia del Estado, entonces obligar a que la nafta que se compre sea de YPF, que los pasajes se compren por Aerolíneas Argentinas y no en la agencia de un primo que lo cobra tres veces más, que encontramos que pasaba.

APU: ¿Cómo se garantiza la seguridad del agente cuando la agencia le dice a Aerolíneas Argentinas que le venda pasajes para tal persona? ¿No existe la posibilidad que en Aerolíneas identifiquen que la persona que viajará es agente?

CC: Firmamos convenios de confidencialidad, tanto con el Banco Nación, cuando bancarizamos a todo el personal, como en todos los convenios que hicimos, como los de pasajes aéreos, donde hablamos sólo con una persona de Aerolíneas que es... la que se va a encargar de los pasajes.

APU: En la página de la agencia existe un formulario para quien quiera postularse para ingresar a la agencia. Por documentos, artículos o libros sobre el tema, sabemos que a la SIDE se entraba por indicación o invitación, como fue la carta de Albano Harguindeguy que indicó a Juanjo Álvarez, y con el macrismo se hicieron convenios con universidades privadas para ingresar. ¿Cómo ingresa alguien a la AFI?

CC: Hay diferentes mecanismos. Cuando llegamos era como la familia judicial, así también existía la familia de la AFI: estaba el padre, el hermano, la mujer, la hija y así. Quisimos cortar un poco eso, haciendo algo similar a lo que hizo Alejandra Gils Carbó de democratizar el ingreso al poder judicial. Acá pusimos ese formulario e ingresaban, de las personas que se se postulaban, las que veíamos qué les interesaba, en qué área querían ir, y de acuerdo a su expertise veíamos. Algunos era su primer trabajo, entonces iban como administrativos. Las personas pasaban por un proceso selectivo y se determinaba si podían ingresar o no. Igual hay personas que creen que para entrar a la agencia hay que ser Rambo, nos mandaban fotos con armas largas, diciéndonos “yo voy a defender a la patria”. Una vez que son aceptados, tienen que hacer el curso básico en la Escuela Nacional de Inteligencia.

APU: Conforme la ley de inteligencia, existe lo que son las tareas de captación de información, de procesamiento, análisis de las mismas, sistematización, hasta la elaboración de informes al Ejecutivo. ¿Qué se puede contar de la estructura y las tareas de la agencia?

CC: Cuando llegué saqué la figura del sub-director, yo concentraba todo el poder, pero armé tres secretarías: la secretaría de Contrainteligencia, la de Planificación y la secretaría Administrtativa. Ahí puse tres personas de mi máxima confianza, que me acompañaron durante toda la gestión.

APU: La información que se recauda no siempre es producto de espionaje. ¿Cómo colectan información de otras maneras?

CC: Nosotros cortamos con el espionaje ilegal, la información viene de otras agencias extranjeras, con las cuales hacemos intercambio de información y también de medios de comunicación, sobretodo extranjeros, y después de muchas reuniones que vamos manteniendo. A nosotros nos interesaba la pesca ilegal, no qué hace el expresidente Macri. El personal de la agencia tuvo que reformatearse porque lo único que sabían hacer era venir a contarme con quién desayunó Macri, lo que no me interesaba, ni me servía, ni lo quería saber, no era un tema de inteligencia. Necesitábamos inteligencia estratégica, que es otra cosa, para eso teníamos que tener contacto con agencias extranjeras, además tenemos agentes en el exterior que nos envían partes prácticamente todos los días y también tenemos agentes en el interior, pero para temas puntuales, como Atlántico Sur.

APU: ¿Se puede informar la cantidad de personal que tiene la AFI?

CC: Mejor no.

APU: En ese volumen de personas. ¿Cómo encontró la moral y la formación del personal después que se cerró la SIDE, se abrió la AFI queriendo democratizar, después llegó Macri y de nuevo todo en fondos reservados, luego llega Alberto y la orden fue transparentar todo?

CC: La gente estaba muy poco formada, nosotros le dimos mucho impulso a la Escuela Nacional de Inteligencia, y la falta de formación se debe a que se dedicaban solamente a hacer espionaje ilegal. La mayoría de esa gente se jubiló, de los macristas se fueron todos, renunciaron o les pedí que renuncie. Los más viejos, la gran mayoría que estaban en edad de jubilarse, después de veinte años de servicio o máximo treinta, los invité a retirarse, porque me interesaba tener gente joven, nueva, que se forme de acuerdo a los parámetros democráticos, porque la agencia tiene que servir para seguridad de la ciudadanía. Lo primero que no queremos que pase es otro ataque terrorista, ya tuvimos dos y la SIDE nunca se enteró de nada. Lo que no nos puede pasar es un ataque terrorista.

Los otros objetivos en la agencia eran cuidar los recursos naturales, tener relaciones con agencias internacionales, cuidarnos de los cyberataques, analizar qué pasa con el crimen organizado, para repasar la información al ministro que corresponda.

APU: Por información periodística, según el informe que presentó a la comisión bicameral, aparecía que entre las directivas de inteligencia estaba el narcotráfico, también el extremismo. Desde hace años el Consejo de Seguridad de Estados Unidos identifica que extremismo de derecha es la mayor amenaza terrorista interna. Cuando analizamos el atentado contra la vicepresidenta hay varias similitudes con esos grupos. ¿Ustedes tenían esa preocupación sobre el extremismo supremacista?

CC: No como debe estar ahora, pero sí hacíamos seguimientos sobre los discursos del odio. Insisto con algo, era ver más que nada qué pasaba en las redes, porque si me voy a meter a ver a todos los que iban a las marchas anti vacunas lo iba a encontrar a Luis Brandoni ¿entonces lo voy a investigar a Luis Brandoni? No tiene sentido, tampoco lo queríamos hacer. El grupo Revolución Federal apareció por primera vez en mayo, yo me fui el 6 de  junio, no tuve tiempo. Sí cuidábamos qué pasaba en redes, por los discursos del odio. La gente de cyber no mira el Twitter como lo mira cualquier persona, sino que tienen idea de la web profunda, ahí podían llegar a enterarse de algunas cosas más, pero la realidad es que no tuvimos ningún ataque como tener que mirar a alguien puntualmente.

Me gustaría aclarar que durante el año 2021 tuvimos 72 alertas terroristas, son seis por mes, y las seguimos todas. Alerta no implica amenaza. Alerta es simpatizante de terroristas, financiadores de terrorismo o terroristas, se pueden dar las tres situaciones. Esas 72 alertas las seguimos y no pasó nada durante el 2021, por eso lo traigo a colación. Alguien puede decir “ah, pero no estaban mirando”, yo tampoco puedo decir lo que estábamos mirando y además si digo que hubo 72 alertas, que seguramente estarán informadas este año para la bicameral, las seguimos todas y no pasó nada, entonces es por que también la inteligencia es buena cuando no sale a la luz. Porque sino es como que si te para la policía, decís un nombre y el documento dice otro, salimos en todos los diarios y eso también pasó. Pararon un auto, dijeron una cosa, era otra. Lo ideal es que la inteligencia no salga a la luz cuando está actuando.

APU: ¿Esas alertas son producto de que otras agencias avisan o producto del trabajo de la AFI?

CC: Se dan las dos posibilidades, a veces quien nos avisa es Migraciones, si está entrando al país una persona que tiene un alerta. Nos puede avisar una agencia extranjera, se puede enterar nuestra gente, por trabajo de campo o por Migraciones.

APU: Usted informa que sacaron lo que introdujo el macrismo, lo que venía de antes se jubiló…

CC: Lo que era más que nada de Stiusso. Después están los que llamo los históricos, que no tienen cargos muy altos, son más bien los empleados que han trabajado siempre en la agencia, que conocen cómo se manejan determinadas cosas. Esos quedaron. Lo que queríamos es que se vayan los que venían de Stiusso. De cualquier forma, que se fuera todo lo que venía de Stiusso, incluido Stiusso, fue el trabajo que hizo el senador Oscar Parrilli, a mí me quedó un resabio que pude jubilar. Después se fue el macrismo.

APU: Conforme la ley quien fue de la agencia debe guardar secreto de por vida, pero por otro lado pasó a haber gente suelta, con formación en inteligencia, con conocimientos de cierta tecnología. ¿Corresponde a la Contrainteligencia de la agencia hacer el control de qué están haciendo esas personas?

CC: Es Contrainteligencia la que debe hacer ese control. De hecho, si yo me enteraba de algo, les avisaba a Contrainteligencia. Por ejemplo, hubo un agente que me enteré que sacó un libro contando su vida en la agencia, pero además el libro era un cachivache, tipo diario, “hoy al mediodía comí arroz, que me sobró de anoche, hice un informe”. El tipo no decía qué decía el informe, pero decía “subí al octavo piso”. Eso avisamos e hicimos la denuncia penal.

APU:  Existen varios escritores, como Le Carré, que después confesaron que eran agentes, pero no publicaban con su nombre original. ¿El agente publicó con su nombre original?

CC: Sí, una cosa de los más burda, ridículo, todo era ridículo, además no lo podía hacer. Lo mismo que denunciamos el año pasado a Alan Ruiz, uno de los Mario Bros, que fue a un programa de televisión y empezó a hablar, “no porque me contactaron”, ponele Majdalani. Señor, no puede. También lo denunciamos.

APU: Ahora que mencionó un Alan, recordé otro, que se mencionó cuando armaron la causa del Memorándum con Irán y la existencia de agentes inorgánicos. ¿Se encontró con ello cuando llegó a la agencia?

CC: No, por supuesto ningún inorgánico me vino a ver. Lo que sí me encontré fueron muchos policías de la Ciudad de Buenos Aires en comisión en la agencia, que fueron los primeros en volver a la policía porteña.

Alberto Fernández Cristina Caamaño Santiago Cafiero

APU: Una tarea que le designaron fue separar a los agentes de inteligencia del poder judicial.

CC: Sí.

APU: Pero por otro lado algo que se comenta es los vínculos de los agentes de inteligencia con los medios de comunicación. ¿Encontró vínculos de la AFI con medios de comunicación durante el macrismo?

CC: Eso no encontramos nada, lo que sí encontré fueron ingresos de periodistas o de jueces o de candidatos a jueces y juezas a la agencia. Lo que después podemos llamar la mesa  judicial, algunos antes de ser nombrados pasaron por la agencia. Otros que ya eran, también pasaron por la agencia y muchos periodistas conocidos también pasaron por la agencia. Pero pasaron como cita, entonces quedó asentado en el libro de ingreso y a quién fueron a ver. Entonces sé a quién fueron a ver y el tiempo que estuvieron.

APU: Uno de los puntos de su informe de gestión fue señalar que la AFI funcionaba para el Lawfare. La llamada “tercera dimensión” del Lawfare, tiene que ver con el accionar desde los medios de comunicación. ¿Se puede vincular que esos periodistas que ingresaron a la agencia hayan sido parte del dispositivo de lawfare contra la expresidenta?

CC: Si.

Espionaje a familiares del ARA San Juan

Familiares ARA San Juan

APU: Otro aspecto sensible con lo que se encontró fue el espionaje a los familiares de las víctimas al ARA San Juan. ¿Sobre las tareas encargadas por el macrismo al respecto qué puede informar?

CC: El macrismo hizo espionaje ilegal también a los familiares del ARA San Juan, no sólo sacándoles fotos cuando esperaban al expresidente Macri en la base naval de Mar del Plata, donde también fotografiaron niños y niñas, sino que también les metieron un topo. En los encuentros de familiares habían dicho que le iban a pedir al expresidente que pusiera una recompensa para ver si se encontraba el submarino y determinaron un valor. Llegó Macri para verlos y les dice: qué les parece si ponemos una recompensa. Entonces todos dijeron qué bueno, el tipo está en nuestra sintonía, pero luego dio el mismo valor que los familiares habían propuesto. Ahí, las mismas mujeres, que son con quienes me junté por Zoom, por la pandemia, empezaron a sospechar.

Lo otro tremendo es que les borraron de los teléfonos de los familiares, desde afuera, no se sabe de dónde, los mensajes de voz de sus familiares submarinistas.

APU: ¡¿Cómo?!

CC: Es como que te mando un mensaje de voz, yo desaparezco y se borra de tu teléfono. Lo único que les quedaba, que eran los mensajes de voz, tampoco los tienen. Eso fue siniestro.

APU: No quiero imaginar el terror de esos familiares de ver que tenían acceso directo a ese tipo de cosas.

CC: Además los teléfonos eran particulares, no eran teléfonos que les habían dado las Fuerzas Armadas, eran teléfonos de ellos. El teléfono del submarinista quedó en el fondo del mar, teléfonos particulares, no estábamos hablando de teléfono que el Estado pudiera exigir que se los devolvieran.

APU: Entiendo que si se enviaron mensajes de audio la plataforma era WhatsApp

CC: Sí.

APU: Entre las cosas que filtró el exagente de la NSA, Edward Snowden, fue que todas las redes sociales dejan puertas abiertas para que el Departamento de Defensa y sus agencias de seguridad puedan monitorear a la población y colectar información. Técnicamente, para que pudieran borrar los mensajes de los celulares ¿Cómo se realiza?

CC: No lo sé.

Atentado contra CFK

APU: Siguiendo con problemas con teléfonos, en una reciente entrevista a Infobae usted compartió su asombro de que se hubiera borrado la información del teléfono de quien atentó contra la vicepresidenta. En dicha entrevista usted hizo referencia a una valija que se utiliza para obtener la información de teléfonos celulares. ¿Podría contar cómo funciona ese dispositivo y por qué lo llamativo de que la información se haya borrado?

CC:  Cuando estuve con Nilda Garré en el Ministerio de Seguridad, compramos lo que se llama UFED, que es una valija y se necesita el teléfono físico, que es lo que se tuvo en este caso. Ponés el teléfono en la valija y saca absolutamente toda la información, incluso la borrada, que aparece en otro color. Después necesitás ordenar esa información, porque la saca por bloque. Yo nunca vi que alguien ponga el teléfono en la valija y se borre la información. Por suerte se recuperó la información.

APU: Esa información apareció luego que varios funcionarios, entre ellos el Ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, viajaron a Estados Unidos. ¿Se puede pensar que hubo una colaboración de los Estados Unidos para recuperar esa información?

CC: No lo sé, pero considerando la magnitud del hecho, todo lo que se pueda hacer es poco. Es el caso más grave en este momento del país.

Atentado contra Cristina Fernández de Kirchner

APU: Con Infobae declaró que el atentado contra la vicepresidenta debería ser tipificado como un acto terrorista. ¿Podría explicar por qué?

CC: Porque se intentó un magnicidio. A mí me da mucha bronca cuando se habla de “copitos” y de “Cristina”, como si fuese mi vecina. Acá estamos hablando de una banda terrorista y la vicepresidenta de la Nación. Entonces hay que darle la seriedad que merece el tema. Es para investigarlo rápido y no para perder dos meses o tres, como se perdieron, sobretodo al  principio. Ahora con la querella más o menos se está enfrentando el tema, pero al principio teníamos una tranquilidad en la investigación, como si esto no le importaba a nadie, y no es así.

APU: La Ley antiterrorista considera “delitos cometidos con la finalidad de aterrorizar a la población u obligar a las autoridades públicas nacionales o gobiernos extranjeros o agentes de una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo”. ¿Por ese motivo lo considera un acto terrorista?

CC: Sí, claro. ¿O vos pensás que no iba a estar en peligro la democracia o las instituciones si le pasaba algo a la vicepresidenta?

APU: Y en términos procesuales ¿Qué posibilitaría tipificar así el delito?

CC: Posibilitaría que metés a todos presos, les allanás los domicilios, te llevás las computadoras, los teléfonos, las agendas telefónicas, ves qué hacen, con quién se reunieron, establecés todas las relaciones. Cuando se presentaron los del grupo a Telefé a tratar de limpiarse, ahí mismo los podrías haber detenido, si estás pensando en un ataque terrorista. Pero si estás pensando en una tentativa de homicidio, ya está, tengo al autor, para qué quiero más. Creo que a eso apuntaba la jueza cuando lo detuvo a Sabag, que en realidad lo detuvo la militancia. A partir de ahí ya tengo al autor, ahí “uy, apareció la novia”, bueno a ver… Es muy lento todo y con muy poca participación del fiscal.

APU: ¿A qué lo atribuye?

CC: No les importó, querían dejar morir el tema, querían que pase. Todos los que piensan que a Nisman lo mataron, todavía siguen hablando que lo mataron, pasaron siete años y siguen “todos somos Nisman”. Hubo un atentado, que lo vimos en televisión, y resulta que acá no pasó nada, lo tratan como si fuese “uy le robaron el teléfono celular, que lo dejó encima de la mesa mientras tomaba un café”.

La detención del avión iraní el día que dejó la AFI

APU: Trajo a Nisman y me recuerda que el Lawfare ataca mucho a Irán, de hecho Estados Unidos contempló la causa AMIA para atacar a Irán. Al poco tiempo que usted dejó la agencia sucedió la detención del avión venezolano y la tripulación. ¿Cómo interpreta el hecho?

CC: Como un papelón de los jueces argentinos una vez más, del juez y la fiscala. Detuvieron un avión que no tenía ningún tipo de alerta. Ese día yo me fui de la agencia, el mismo día. Nosotros nos hubiéramos enterado por los medios que te mencioné, Migraciones, otras agencias. El avión vino, descargó unos repuestos, tenía que cargar nafta y se iba. Los tuvieron cuatro meses, una vergüenza.

APU: Se supo que Gabriel Marano, uno de los abogados defensores de Gabriel Carrizo, parte del grupo que atacó a la vicepresidenta, trabajó en la Embajada de los Estados Unidos y también era asesor de un diputado que hace parte de la Comisión Bicameral de Inteligencia. ¿Cómo es que alguien de afuera puede participar?

CC: Es que el asesor no debería tener acceso, este legislador le dio acceso.

APU: ¿No participó de la reunión?

CC: Parece que fue a la reunión y que el presidente de la Comisión, Leopoldo Moreau, le pidió que se reitre y después el legislador, cuando se enteró que trabajó en la Embajada, o no sé por qué, lo despidió. Fue una irregularidad muy grande.

Lo que pasa es ¿Cómo sabemos que los legisladores no comparten información? Yo les mandaba unos libracos de todo lo que habíamos hecho y se lo daba exclusivamente a Leopoldo Moreau. Eran  informes de 2.000 páginas, que incluían también información de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal, dependiente del Ministerio de Seguridad, y la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar, dependiente del Ministerio de Defensa. Los legisladores que tienen acceso a esa información, que leen los informes, cómo sabemos que no comparten información con sus asesores.