Lawfare a la santafesina: habla en exclusivo Marcelo Sain, sin pelos en la lengua
En exclusivo, AGENCIA PACO URONDO dialogó con Marcelo Sain, quien fue ministro de Seguridad en Santa Fe, durante la gestión del peronista Omar Perotti. Sain se fue del gobierno en medio de diferentes escándalos y una denuncia judicial en su contra. El riesgo de investigar al narcotráfico.
Agencia Paco Urondo: Pudieron conocerse hace unos días las imputaciones que la fiscalía regional hace sobre el equipo que estaba a cargo del ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe ¿Cuáles son esas acusaciones?
Marcelo Sain: A nosotros nos acusan de formar parte de una asociación ilícita. A todos los funcionarios, en distintos niveles, que ocupamos los puestos centrales en el ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe. A mí me atribuyen el rol de líder de esa asociación ilícita y a Nadia Schujman y a Débora Cotichini, que era mi mano derecha cuando dirigía el Organismo de Investigaciones. Antes de ocupar el cargo de ministro, me había desempeñado durante un año y unos meses como director del organismo que es una suerte de policía judicial abocada a investigar criminalidad compleja, grupos criminales y otros delitos graves.
APU: ¿A quiénes más se les acusa?
M.S.: Según la Fiscalía, también formaron parte de esa presunta organización criminal, mi viceministro, el secretario de seguridad pública Germán Montenegro, y otros funcionarios como el subsecretario de investigación criminal e incluso el personal administrativo que trabajaba en nuestras oficinas. O sea, lo que está diciendo la Fiscalía es que este grupo que gestionaba el ministerio de Seguridad se conformó para delinquir, y en la hipótesis de la Fiscalía nosotros violamos la Ley de Inteligencia Nacional, la 25.520. Eso no es posible porque nosotros no formábamos parte del sistema federal de inteligencia nacional y para poder violar la ley de inteligencia necesitás formar parte ese sistema.
APU: En la información que había trascendido a los medios, se mencionaban carpetas cuyos datos serían fruto de esas tareas de espionaje que el equipo del ministerio hacía.
M.S.: Todo tipo de información que nosotros gestionamos dentro del ministerio era de fuentes públicas sobre problemáticas criminales; ellos consideran que eran informes de inteligencia y en realidad estaban producidos a partir de la consulta de bases de datos como Gnosis o Sudamérica Data que te aportan información de carácter pública que cualquier persona puede obtener por Google. Ellos atribuyen esos datos a una tarea de inteligencia, o sea que siguiendo ese razonamiento todos los ministerios que produzcan cualquier tipo de análisis, estarían haciendo inteligencia.
Las otras informaciones que se manejaban en el marco de las investigaciones criminales era información producida de manera reservada en las mismas. El Organismo de Investigaciones y nosotros en el ministerio participábamos muchas veces de manera conjunta. Como se hacía antes cuando yo estaban al frente de ese organismo durante el gobierno del Frente Progresista y como se hizo después, y como imagino que deberán seguir haciendo hoy.
APU: ¿Por qué se habla de un Lawfare a la santafesina?
M.S.: Porque esta es una causa política y los fiscales tuvieron básicamente que construir un caso penal. El problema es que la construcción de un caso penal con una figura de esta envergadura es muy complejo y acá viene el tema. Durante un año y medio ellos fogonearon con los medios de comunicación que forman parte de ese esquema de Poder que gobierna Santa Fe, que nosotros habíamos montado una brutal estructura de inteligencia para hacer espionaje político, carpetear y perseguir opositores, empresarios y funcionarios judiciales. Bueno, ahora cuando llegó el momento de la acusación, los fiscales no podían irse para atrás. Ellos saben muy bien que no tienen un buen caso penal, que no tienen elementos para fundamentar el montaje de una estructura de inteligencia ilegal. Tuvieron que escribir mucho y tomar testimonios sin pruebas materiales de que eso ocurrió, porque si no iba a quedar más aún en evidencia esta gran operación de Lawfare y de persecución política.
APU: ¿Cuál sería el objetivo de esta persecución política?
M.S.: Yo diría que tiene tres grandes objetivos: uno es perseguirnos políticamente a nosotros que nos atrevimos a investigar lo que nadie se atrevió en Santa Fe, que son los delitos del Poder, las estructuras de Poder que protegen a los grupos criminales, incluidos los más violentos abocados al narcotráfico. Porque el problema del establishment empresarial, político y judicial -policial también- en Santa Fe es la apropiación del brutal dinero, de la extraordinaria rentabilidad del narcotráfico. Cuando vos seguís el dinero del narcotráfico que se genera en la periferia y que está atravesado por hechos de sangre, inevitablemente llegás a centros financieros, mesas de dinero, pero que no son conformadas por los narcos sino que ya estaban funcionando allí como el gran circuito financiero de la burguesía depredadora de la ciudad de Santa Fe y de Rosario. Nosotros le pusimos luz a eso, nosotros seguimos el dinero del narcotráfico y podemos dar cuenta de muchísimas causas, la causa Carey, la causa Oldani, y otras más. De esas investigaciones participábamos de manera conjunta, tanto unidades especiales del ministerio de Seguridad como del Organismo de Investigaciones que yo conformé estando en el Ministerio Público de la Acusación.
APU: ¿Cuál sería el segundo objetivo?
M.S.: El segundo gran objetivo de esta operación política es fundamentalmente tratar de que se caigan aquellas causas en las que están comprometidos muchos de los personeros de este bloque histórico de Poder. Te doy un ejemplo, lo que hicieron los fiscales es comunicarles antes de imputarnos a nosotros, muchos meses antes, a algunos dirigentes y publicar en la prensa, filtrar ilegalmente listados de supuestos espiados por nosotros; entonces esa gente se presentaba en la causa y quería ser querellante porque se sentían víctimas. Víctimas de una nota periodística, aclaremos. Entonces los fiscales los aceptaban como querellantes. Así está el caso del dueño del multimedio de La Capital, Gustavo Scaglione, está el caso del principal dirigente sindical de la Provincia que es el secretario general de UPCN, Carlos Molina, está el caso de gran parte de personas allegadas al senador Armando Traferri, que si no tuviera fueros estaría preso por asociación ilícita, ésa de verdad.
Para que nosotros nos podamos defender y decir porqué había información sobre esas personas, tenemos que ventilar esas causas judiciales en las que estaban siendo investigadas, o sea que lo que estaríamos haciendo es violar el secreto procesal para poder defendernos y llegar a la conclusión de que en realidad nosotros no estábamos espiando a nadie sino que lo que estaban haciendo las unidades policiales era seguir directivas de los fiscales. De esa manera, esas causas se van a caer. Es una maniobra de verdad, maravillosa.
APU: ¿El tercer objetivo sería de amedrentamiento?
M.S.: Desde luego, es decir: "Mirá, si esto les pasa a estos porteños que tenían tanta experiencia, que venían de fundar la única policía en Democracia que era la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que habían diseñado la AFI en la intervención de Cristina Fernández y Oscar Parrilli, si esto le pasa a ellos imaginate vos todo lo que le vamos a hacer a quienes se atrevan a investigar a las estructuras de Poder que en Santa Fe no se investigan”. Este es el mensaje. Ahora, fijate que desde que nosotros nos fuimos de la Provincia no hubo más investigaciones de la criminalidad compleja en Santa Fe.
Lobos sueltos, cordero atado
APU: Al hablar con algunos legisladores que vieron con buenas expectativas la gestión en el ministerio de Seguridad que encabezabas, nos dijeron que no te dejaron trabajar.
M.S.: No es cierto que no nos dejaron trabajar, porque si no no hubiéramos producido lo que produjimos y no tendríamos estos problemas hoy. Creo que fuimos muy incisivos en lo que hicimos. Nosotros tuvimos éxitos muy significativos en el avance sobre estructuras mafiosas de la policía. Te pongo un ejemplo: nosotros estuvimos detrás de la investigación de la asociación ilícita criminal más importante de la provincia de Santa Fe que es el grupo de Alvarado.
Esa investigación fue hecha desde el Organismo de Investigaciones, básicamente durante 2019, pero después las unidades del ministerio cuando asumí continuaron con esa investigación y eso llegó a juicio este año. A Alvarado le tocó perpetua, como a otros miembros de su estructura. En esa investigación nosotros comprobamos toda la red de protección policial que fueron todos condenados, y también comprobamos que esa red de protección policial respondía directamente al Senador Traferri porque él los había prohijado en la Unidad Regional N°17 de San Lorenzo.
Ahora cuando todos esos policías que terminaron condenados por formar parte del grupo criminal de Alvarado, fueron destinados a esa Unidad, la designación de esos policías allí corrió por parte del ex ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro durante el gobierno progresista, en el marco de un acuerdo entre Traferri y Miguel Lifschitz, el ex gobernador.
Todo eso se ventiló, además gran parte de esos policías venían siendo investigados por enriquecimiento ilícito y diferentes delitos y en todos los casos sus causas habían sido archivadas o fueron sobreseídos por una jueza muy importante de la nómina del senador Traferri, que era la jueza Alejandra Rodenas, después diputada nacional y hoy vicegobernadora. Este es el ejemplo que te doy, es la connivencia, la participación, la relación estrecha entre el mundo de la política, el mundo judicial, el mundo policial y las estructuras criminales más letales abocadas al negocio del narcotráfico. Esas son las cosas que dolían ahí.
APU: En ese entramado de Poder del cual hablás, mencionaste la renta financiera del narcotráfico, ¿se pudo avanzar desde el ministerio de Seguridad en su comprobación?
M.S.: Sí, cuando la Justicia secuestra el teléfono celular de un narcotraficante muy importante de la zona norte de Rosario, el “Coto” Medrano, vinculado a la barrabrava de Newells. Lo asesinan de varios balazos y queda el teléfono al costado del cadáver. Se secuestra, se abre el aparato, se extrae la información y al día siguiente los fiscales ordenan ingresar a una financiera donde el “Coto” Medrano había comprado 17 mil dólares para poder adquirir cocaína y esa financiera es la financiera de Patricio Carey que hoy está construyendo el hotel Hilton. Una financiera que participó en el financiamiento de las campañas electorales de todos los partidos. Una financiera histórica de la ciudad de Rosario. Esas cosas dolían. Cuando a la mañana de ese día entraron las Tropas de Operaciones Especiales a allanar las oficinas de Carey, a partir de la tarde el teléfono que yo tenía se entró a calentar de la cantidad de llamadas que yo recibía. Cuando nuestras unidades especiales hacían allanamientos en barrios populares nadie nos llamaba, pero cuando entramos a estas financieras sí.
APU: ¿El caso Oldani en Santa Fe también estuvo relacionado con la renta financiera ilegal?
M.S.: Es así, nosotros tuvimos al mes y medio de haber asumido el homicidio de una persona a pocas cuadras del ministerio, en una galería, el señor Hugo Oldani que tenía una agencia de Turismo y lo matan en lo que aparentemente era un hecho de robo. Cuando se va a la escena del crimen se ve que en el cuartito de Oldani, en su oficina, había una parva de dinero en dólares y en pesos. En esa oficina fue que aconteció la discusión que antecedió al balazo que le pegaron en el hall de la galería. En ese momento hicieron una movilización en la puerta del ministerio, dijeron “mataron a uno de los nuestros en ocasión de robo, es la inseguridad”. Cuando yo veo las fotos del despacho con esa cantidad de billetes, digo acá no se trata de un hecho de robo porque los ladrones no se llevaron nada de todo eso, alguna parte se podrían haber llevado, no digo todo. Eso era una mesa de dinero, era una mesa de dinero de estructuras del Poder. De funcionarios muy importantes, todo hace presumir eso por la sensibilidad con la que el "círculo rojo" santafesino se dedicó a tratar el tema y a evitar que el dinero fuese tocado, yo hice todo lo posible por secuestrarlo y me lo impidió el fiscal regional que era el protector de todos estos sectores. Por qué, porque si secuestrábamos el dinero, ese dinero no volvía a sus dueños. Era una gran mesa de dinero, un banco ilegal, sin autorización del Banco Central, entonces hice una denuncia federal por lavado de dinero de intermediación financiera que es un delito de carácter federal y ésa es la causa que tanto tiene a maltraer al “círculo rojo” santafesino. Esto es un ejemplo y te puedo dar muchísimos más sobre qué fue lo que nosotros hicimos.
Omar Perotti
APU: ¿Cómo fue la relación con el gobernador de la Provincia durante la gestión en el ministerio de Seguridad?
M.S.: Si pudimos avanzar sobre estos delitos complejos fue por una decisión política del gobernador Omar Perotti, y el acuerdo con él fue explícito. Antes que asumiera la Gobernación, yo dirigía el Organismo de Investigaciones, y le dije que el problema en Santa Fe y en Rosario no son los delitos de sangre, los delitos de sangre se llevan la marca, acá el problema es que el Estado es connivente fundamentalmente para apropiarse de la enorme rentabilidad del narcotráfico. Entonces la pregunta que yo le hice fue ¿vamos contra esto?, porque esto llega hasta el Poder Judicial, esto llega hasta la Legislatura, esto llega hasta la dirigencia política, esto rebasa el marco de la policía.
La creencia que hay es que la policía maneja esto y le expliqué que en realidad en Santa Fe la policía está subordinada a los grupos criminales, es el único caso en donde la calle la manejan los grupos criminales y tienen dentro de su nómina a los policías en un lugar subordinado. Eso también se ventiló en los juicios contra Los Monos y en el juicio contra Alvarado. Es un fenómeno que no se da ni en el Gran Buenos Aires, ni en la Ciudad de Buenos Aires, ni en las grandes ciudades de la Argentina.
APU: ¿Cuál fue la respuesta de Perotti?
M.S.: Omar me dijo dos cosas: yo no vine acá a hacer lo mismo que hicieron todos y yo vengo a cortar el vínculo entre política y crimen, y eso lo dijo en la Asamblea Legislativa no me lo dijo a mí en un departamento de manera reservada en Puerto Norte que fue donde acordamos todos los lineamientos del ministerio. Eso lo dijo en la Asamblea, que el problema del narcotráfico estaba íntimamente vinculado con un Estado connivente, que él venía a poner un freno a estas cosas. Eso cayó muy mal entre la clase política santafesina, porque lo que estaba diciendo Omar al Frente Progresista es ustedes gobernaron doce años, pero también le estaba diciendo al peronismo ustedes fueron los socios menores, qué es lo que hicieron al respecto. Después nosotros le empezamos a poner luz a eso y diagnosticamos un estado de situación institucional de la policía y de las estructuras de gobierno de las políticas de seguridad que era lapidario, en el sentido de destacar la precariedad, la debilidad, las deficiencias en la policía. Los socialistas son unos genios de la comunicación, ellos le hicieron creer a la sociedad santafesina que dejaban la policía de Noruega y dejaron la policía del Congo. También teníamos allí otro problema, sino reformábamos eso no había forma de poder avanzar en una estrategia cierta de control, ya no solamente del crimen organizado sino también del control del crimen de calle.
APU: ¿Cuando hablás del Bloque de Poder santafesino a qué te referís concretamente?
M.S.: La excepcionalidad santafesina es que el Estado es un Estado mafioso. Un Estado que está manejado por un bloque de Poder conformado por dirigentes políticos, legisladores, las cúpulas del Poder Judicial, uno de los mandamás de esa estructura de Poder es el histórico Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Rafael Gutiérrez, que no tiene ningún prurito en reunirse con el bloque peronista porque él es peronista y es un dirigente más del partido peronista. Pero también forman parte medios de comunicación que, en la recomposición societaria y patrimonial de la última década, todo hace presumir también entró la política a tallar. Entonces todo ese bloque de poder de carácter institucional empresarial es un bloque muy importante.
Santa Fe tiene una economía productiva, la economía agropecuaria y la industrial, fundamentalmente esta última. Esa economía no especula, esa economía produce bienes, es economía real. Lo que ocurre es que gran parte de esa economía está en negro, entonces en Santa Fe se construyó una burguesía predatoria financiera, que es una porción de la burguesía, que se dedica exclusivamente a gestionar la guita negra de la economía productiva. Eso se estructuró en los últimos 30 años aproximadamente, esa es la economía que está vinculada a la política, esa es la economía que ha comprado medios, esa es la economía prebendaria que está detrás de estos hechos y es la economía que, al gestionar esta guita negra, una economía no productiva, ha construido un dispositivo financiero para invertir y gestionar este dinero oscuro de la economía real y después del narcotráfico. Fijate que, en todos los hechos de investigación del narcotráfico, sus estructuras no tienen un sistema propio de gestión de lavado de dinero, sino que meten el dinero y cuando lo tienen que lavar lo lavan en las estructuras financieras de este sector de la burguesía prebendaria. Este es el sector que está íntimamente vinculado a la cúpula del poder judicial, a la cúpula del ministerio Público de la Acusación, a los legisladores y a la política. Contra eso nos metimos nosotros, por eso estamos como estamos.
APU: ¿Cómo juega el poder mediático en ese conglomerado de Poder?
M.S.: Omar Perotti me pedía que no enfrentara mucho a determinados periodistas que tenían una actitud directamente extorsiva hacia nosotros, que nos hacían columnas tremendas sólo por el hecho de que yo no los atendía, que no los invitaba a tomar café al ministerio. Hay un periodismo vinculado a los sectores empresariales que lleva a upa a la política santafesina y también lo llevaban a upa al Gobernador y yo no aceptaba eso.
Te voy a contar una anécdota que pinta esto de cuerpo entero, en febrero de 2020, hacía dos meses que yo era ministro, el senador Roberto Mirabella a quien yo quiero mucho, es un buen amigo y es la mejor persona que tiene Omar Perotti en su entorno, a veces muy maltratado por Perotti inclusive. El senador Mirabella que fue el senador nacional que lo reemplazó a Perotti en el cargo y hoy es diputado nacional, muy buena persona, un tipo muy honesto. Roberto me dice te quiere conocer Gustavo Scaglione, el dueño de La Capital, le dije no tengo problemas, yo era ministro. Fuimos a comer al famoso quincho del canal que es uno de los medios del grupo de él, donde se ve que junta a las personas que considera importantes. Ahí en la localidad de Funes. Ya conocía el lugar porque había estado invitado por el dueño anterior que era un periodista de verdad. No era un empresario financista dedicado a los medios.
Entonces comimos ahí, y en medio de la conversación Scaglione me dice "yo quiero el éxito de tu gestión porque también será el éxito de los santafesinos y santafesinas, pero vos tenés un problema con el Senador Traferri que es un amigo nuestro. Yo manejo la relación de Traferri con el Gobierno, dejame manejar la relación tuya con Traferri", tengo de testigo a Mirabella. Le respondí como en su momento lo hizo Néstor Kirchner con Magnetto cuando éste le objetó la candidatura de Cristina a la presidencia: “vos dedicate a manejar el Grupo Clarín que la política y el Gobierno lo manejo yo”. Te imaginás como cambiaron de tema los dos. Porque yo lo que estaba defendiendo ahí es la soberanía de la política. En Santa Fe le tienen pánico a Scaglione. Él se siente el señor Feudal de Santa Fe. Entonces va toda la política a pedirle instrucciones, directivas.
APU: ¿Cómo prosiguió la relación con el Gobernador?
M.S.: Ya a comienzos de 2021 me di cuenta que empezó a renguear el vínculo. A mí me habían invitado a ir a la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados que manejaba la oposición y dije que sí, pero que la visita mía tenía que ser pública en el recinto y discutiendo todo, con presencia de los medios incluso, porque decían que yo no tenía política de seguridad y quería demostrar todo lo que estábamos haciendo. Cuando casi había logrado que aceptaran eso, Perotti me llama para decirme que era mejor que no fuera a la Legislatura, “mejor quédate”, me dijo. En ese momento me di cuenta que la relación había cambiado y ahí empiezo a preparar la salida, porque gestionar el ministerio sin contar con el único poder que era el Gobernador se tornaba muy difícil. De todos modos él me pide que deje al equipo porque se había decidido ofrecerle el ministerio a Jorge Lagna que no era una persona preparada en estos temas, sólo había sido mi secretario de asuntos institucionales.
APU: En el equipo del ministerio estaba Nadia Schujman, una abogada y militante con mucha trayectoria en la defensa de los Derechos Humanos, las muestras de apoyo hacia ella por la situación que atraviesa a partir de estas imputaciones han sido muy importantes. ¿Qué consideración te merece?
M:S.: A Nadia yo la conocí antes de entrar a la gestión. Le ofrecí ese cargo y Nadia fue una gran sorpresa positiva. Nadia ha sido una funcionaria completísima en todo sentido. En la articulación política, en la gestión, en el compromiso personal, en la enorme pericia para manejar los temas, en llevar adelante las grandes investigaciones. Nadia ha sido una pieza clave de nuestro equipo. Hoy somos amigos y sé que en el movimiento de derechos humanos ella es una gran referenta, entonces se movilizan en torno a Nadia porque es su compañera histórica. Además en medio de la gestión tuvo que padecer el fallecimiento de su compañero, otro referente de los derechos humanos, eso le dio un cariz trágico a todo esto con lo cual es absolutamente comprensible todo ese cariño, ese respaldo y yo me siento muy satisfecho de que eso sea así. Además, pensemos, Germán Montenegro y yo vivimos en Buenos Aires y Nadia tiene que convivir en Santa Fe, es mucho más duro porque las miradas y lo que se diga están a flor de piel. Es intolerable desde el punto de vista social vivir en un lugar donde te miran de costado por una nota pedorra en un diario.