Pedro Peretti: “Argentina necesita una ley de uso y tenencia de la tierra”
El productor agropecuario Pedro Peretti conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre el Grito de Alcorta, su vigencia en estos tiempos, qué pasa en la estructura económica del campo y cuánto repercute sobre el modelo productivo del país.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué fue el Grito de Alcorta?
Pedro Peretti: Tengo escrito un libro que se llama Olvido y falsificación en la historia del Grito de Alcorta donde lo he analizado. Fue, en realidad, una movida que estuvo centrada en la disputa entre los subarrendadores y los chacareros arrendatarios. Porque en ese tiempo, con diferencias pero como ahora, había una agricultura de tres pisos. El terrateniente que era el dueño de la tierra, le alquilaba en bloc a un subarrendador y este se los alquilaba parcelado a los chacareros.
Esa fue la forma de la colonización agrícola, la oligarquía de la República Argentina siempre fue ganadera. Y hubo una separación muy grande entre la ganadería y la agricultura durante mucho tiempo. Los agricultores en nuestro país eran los inmigrantes que vivían en forma paupérrima. Ahí ese discutió no la propiedad de la tierra sino cuánto se pagaba, fue una disputa localizada entre el segmento subarrendador y el chacarero en el modelo agroexportador que había en ese momento.
La figura del subarrendador que se le escapó la inmensa mayoría de los historiadores y de los políticos de la Argentina, es lo que explica cómo la oligarquía terrateniente de este país pudo incorporar sus tierras a la división internacional del trabajo como proveedora de materias primas, sin perder la propiedad. Desde 1860 hasta 1914, por la Argentina pasaron 3 millones de inmigrantes, solamente 70.000 se hicieron propietarios de la tierras.
En ese mismo periodo, Estados Unidos radicó seis millones de farmer propietarios de la tierra, lo que generó un mercado interno demandante de bienes y servicios que los “obligó” a industrializarse. Ese es el fenómeno del desarrollo norteamericano, de Australia, de Canadá también y el retraso industrial de la Argentina. El general Perón hace una gran reforma agraria en este país y sanciona la ley 13246 prohíbe, expresamente, el subarrendamiento rural.
APU: Todo esto planteo sigue vigente, a tal punto que Guillermo Moreno tiene una propuesta económica donde el eje central tiene que ver con esta discusión y asegura que en el campo es feudal ¿Es como dice el exsecretario, que el dueño alquila su tierra a una tasa del 50% de la producción?
P.P.: No, pero es altísimo. Hoy, el arrendamiento de un campo en la zona núcleo está entre 16 y 17 quintales de soja. Hay que partir de una base y es que tenemos una agricultura de tres pisos. El dueño de la tierra, pooles de siembra que es la incorporación del capital financiero a la actividad agrícola y el contratista rural, que él es el que la trabaja. El 70% de la tierra productiva de la Argentina se trabaja por arrendamiento rural y el sistema central es el rentismo rural, o sea, productores que no la trabajan y alquilan la tierra.
Acá hubo un gran desarrollo científico técnico del capitalismo que le permitió agrandar los rindes agroeconómicos y esa plusvalía permitió que el capitán financiero se introdujera a la agricultura. Desapareció la chacra mixta, la agricultura de rostro humano y se deslocalizó la producción de alimentos. Una ley de Arrendamiento tiene que tener dos cuestiones básicas para ser peronista. Primero, limitar la cantidad de hectáreas que puedan arrendar cada contratista rural, no puede ser que Grobocopatel trabaje 300 mil hectáreas, Lartirigoyen 250 mil y MCU 200.000. Hay que partir de la base de la concentración de la renta, no sólo de la tierra. Este es un modelo de sojización inducida con concentración de tierras y renta.
El problema de los alimentos es mucho más complejo, porque el 90% lo que se produce en la pampa húmeda va la exportación, no a la mesa de los argentinos. Tenemos monopolio y deslocalización productiva: el pimiento tiene que hacer 1450 kilómetros para llegar a los centros de consumo porque se hace en Salta, la leche recorre 1000 km promedio y la carne 500. Hay que volver a la producción de cercanía, a los mercados populares, Argentina necesita una ley de uso y tenencia de la tierra.
El primer proyecto que presentó la Federación Agraria fue en 1913 a través del diputado Juan B. Justo. Desde esa época se han presentado innumerables cantidad de proyectos, algunos han perdido estado parlamentario y otros no, pero no resuelve el problema del precio de los alimentos. Para eso hay que ver el tema de los monopolios, el peronismo no puede ser su aliado, los debe combatir, eso es doctrina peronista pura.
APU: Decías que la Ley de Arrendamientos tiene que tener dos elementos…
P.P.: Desgrabación impositiva para el dueño de la tierra y límite en la cantidad de hectáreas que se alquilan, nadie puede alquilar más de 1500 hectáreas.
APU: ¿Y el valor está bien?
P.P.: Cuando haya mucha competencia, el valor va a bajar. Cuando empecé a sembrar soja (estoy en Máximo Paz) el valor del arrendamiento en la zona núcleo eran 10, 12 quintales. A medida que se fue produciendo el proceso de sojización inducida fue aumentando porque cada vez eran menos los que alquilaban. La disputa por la tierra es muy fuerte porque hay un gran tercer elemento que es el inmobiliario rural. Hay un gran proyecto de un diputado peronista de Santa Fe, Quico (Leandro) Busatto y un muy buen proyecto del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.
La tierra es un bien finito, no se puede fabricar. Tenés 38 millones de hectáreas y hay que manejarse con esa cantidad, a no ser que digas “vamos deforestar los pocos bosques que quedan” y para eso necesitás licencia social y hablarle con claridad a la sociedad. Yo estoy en contra de eso, creo que la expansión de la frontera agropecuaria es un delito agroecológico, no un progreso económico, eso también tienen que discutirlo los miembros del equipo económico del peronismo porque el latifundio no le resolvió el problema a nadie. ¿Qué le resolvió el latifundio y deforestar a los salteños? Nada. El latifundio es una rémora feudal que hay que combatir y el que la combatió fue el general Perón.
APU: Decís que en la zona se paga por el alquiler 16, 17 quintales de soja ¿y cuánto se produce en ese campo?
P.P.: Depende, el año pasado fue seca, no se produjo nada y se perdió plata; este año hay que rinde de 45, 47 quintales.
APU: O sea que el alquiler representa un 30% de lo que se produce, es un número muy representativo.
P.P.: Sí, claro, el alquiler siempre es representativo ¿cuánto representa el alquiler de un departamento en Rosario en un salario?
APU: En la Ley de Arrendamiento ¿no incluirías bajar su valor sino que se regularía al aumentar la cantidad de productores?
P.P.: No hay una ley que te fije el valor, estás partiendo de un precepto equivocado.
APU: Incluirla, digo.
P.P.: Podría ser, decir “nadie puede pagar más de 12 quintales de hectárea de alquiler”, pero es impracticable, porque después te pacto y pierde sentido en la realidad. Puede servir para quedar bien con la muchachada. Lo que hay que tratar es que la Ley de Arrendamiento le ponga límites a la concentración económica. Lo que no te dice nadie es que el 50% de la soja que se produce en Argentina lo hacen 2500 tipos, es un bien absolutamente orientado hacia la exportación. Se exporta el 95%. La ley es necesaria, pero con eso no resolvés el precio de los alimentos, tenés que tratar de resolverlo desde otro lugar: volver a la chacra mixta, a la producción de cercanías, a los mercados populares. Hay que atacar la irracionalidad logística de la producción nacional, los monopolios y la concentración económica.
“El latifundio es una rémora feudal que hay que combatir”
APU: ¿Qué opinas de las retenciones, en qué nivel deberían estar?
P.P.: No puedo entender porque el peronismo no plantea el tema de la segmentación de las retenciones. ¿Cómo puede ser que pague igual yo que siembro 50 hectáreas de soja que Lartirigoyen que siembra 150 mil o MCU, 300 mil hectáreas? Las retenciones son un instrumento de política económica, no son un fin en sí mismo. El peronismo tiene que sacarse el estigma neoliberal del menemismo que le ha cooptado la cabeza, es fundamental recuperar las banderas históricas.
APU: ¿Cómo ves a la Sociedad Rural con respecto a estas discusiones?
P.P.: Es el enemigo de todo esto. La Sociedad Rural, la Mesa de Enlace, la Federación Agraria actual, representan la antítesis de todas estas ideas. Son parte del campo del antipueblo.
APU: Pero son parte de esta discusión ¿hay posibilidades de diálogo?
P.P.: El diálogo no te resuelve nada. El diálogo es un instrumento de la lucha, como el consenso. Te van a crecer las barbas hasta el piso discutir con Biolcatti o Pino la segmentación de las retenciones. Todos los derechos de la sociedad argentina se consiguieron con lucha.
APU: Con la confrontación no la vas a eliminar, y va a seguir teniendo su agenda.
P.P.: ¿Cómo se impone la agenda? Tenés dos formas. Por la violencia (que no es el momento) o por los votos. Por eso son tan importantes las elecciones y tener los alimentos baratos. Eso es lo que te da los votos, como peronistas tenemos que tener alimentos baratos y ser transparente para ser creíbles, para que la gente nos vote.
APU: Desde la 125 para acá, se ha roto la relación del peronismo con los pequeños y medianos productores ¿ese lazo sigue totalmente roto? Y si es así ¿cómo se reconstruye?
P.P.: Sigue totalmente roto y se reconstruye teniendo una política propia que nos ponga en el lugar de defender al productor genuino que queda, no copiando las ideas de la derecha. Tipos que le hayan dado más a la derecha agraria que Massa debe haber habido pocos. Le sacaron las retenciones al maní, que es un negocio ultra mega rentable, mucho más que la soja y que se exporta el 97% de la producción, o sea que no tiene incidencia en la mesa de los argentinos.
Y perdimos 80 a 20 en esas regiones y en todo el interior. Hay que desporteñizar el análisis y la propuesta, hay que ser consecuentes, bancar los trapos en los momentos difíciles. Entre votar la copia y votar el original, votan el original. Por eso votan a la derecha.
APU: Decías que el 95% de la soja se exporta ¿No tiene mayor incidencia en la harina, por ejemplo?
P.P.: Nosotros usamos aceite mezcla. Girasol, maíz, depende como se haga ese blend. Y tiene su incidencia la soja, pero lo fundamental es el maíz, que es lo que incide directamente en el precio de la leche, el cerdo, la vaca. El maíz sí tiene una gran incidencia y habría que poner una mirada especial.
APU: ¿Ves algún dirigente o conjunto del cual puedas decir que entienden la lógica de la producción en el campo y las políticas que necesita?
P.P.: De los pocos dirigentes con los que hablé que más entienden la situación del campo y que pueden propiciar un algún cambio, Wado de Pedro. Cristina ha entendido muchísimo, ha aprendido muchísimo y es la única dirigente que está dispuesta a complejizar su vida personal para enfrentar estos grupos económicos. Hay mucho miedo en la dirigencia del campo nacional y popular a la hora de enfrentar el latifundio, las compañías transnacionales y todo lo demás.
APU: ¿Cómo ves el peronismo de Santa Fe?
P.P.: Es un peronismo de derecha, sojero. Es exactamente igual que Pullaro que ha sido protector de todos los intereses más nefasto de la República Argentina, de la de la estafa de Vicentin, de los puertos privados, de propiciar el canal Punta Indio contra el canal Magdalena. No sabés el daño que le hace a los productores agropecuarios que no esté el canal Magdalena. Por eso es tan importante lo que hace Kicillof, defendiéndolo, porque es una medida estratégica para la producción nacional. El flete siempre lo pagan los productores agropecuarios, igual que las retenciones. Si yo tengo que ir por el camino más largo, tengo que pagar entre 180 y 200 millones de dólares más de flete por año, entre todos. El mundo hace guerras para ir por el camino más corto y Argentina es el único país que voluntariamente va por el camino más largo y la dirigencia política, sacando a Kicillof y Cristina, no dice nada. Que la derecha haga eso, yo lo entiendo, porque les genera mucha guita en evasión por los precios de transferencia y por no pesar las exportaciones, pero que el campo nacional y popular no ponga esto arriba la mesa… Si yo fuera economista peronista lo primero que estudiaría es la irracionalidad logística de la economía argentina.
APU: Si te convocarán a mesas de discusión de debate económico ¿participarías?
P.P.: No soy una economista, tengo la primera incompleta, cómo me voy sentar con tipos que saben mucho de economía, como Feletti. Yo soy un chacarero, para qué voy a meterme a correr una pista que no es la mía. Después me cagan a palos. Ahora, si mi invitan, voy. Digo que no me si no me siento capacitado y con autoridad intelectual como para participar de esa mesa.