Sobre el RIGI: “Es una locura, es ceder la soberanía sobre recursos estratégicos por muchos años"
Santiago Liaudat y Gustavo Atencio conversaron con AGENCIA PACO URONDO a partir de una serie de artículos que vienen trabajando en torno a uno de los capítulos de la controversial Ley Bases, el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones, conocido como RIGI.
Agencia Paco Urondo: ¿Cuáles son los puntos más complicados, más polémicos, en relación al Régimen de Incentivos?
Santiago Liaudat: Para ubicarnos, el RIGI es el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones que es un título completo dentro de la Ley Bases, es más abarcativo que un capítulo. En el caso de este régimen se ha mantenido prácticamente inalterado desde la primera formulación de la Ley Omnibus, del cual se dijo que el gobierno fue cediendo y reduciendo el proyecto original en función de negociaciones con la oposición dialoguista que permitió su votación en la Cámara de Diputados.
Sin embargo, cuando uno ve el título del RIGI, que contiene 60, 70 artículos, se va a encontrar que no se ha modificado en absoluto desde la formulación original. Es por eso que en el artículo de investigación que hicimos con Gustavo que publicamos en la Agencia Paco Urondo señalamos que otros temas de la discusión se llevaron las cámaras. Como decimos en el fútbol, se llevaron la marca y el RIGI fue pasando como desapercibido.
La reforma laboral, la reforma previsional, la reforma del Estado son temas que al común de la gente le resulta mucho más cercano, más problemático. A los sindicatos, los movimientos, los distintos sectores sociales que se ven perjudicados inmediatamente por esas medidas y eso hizo que fuera pasando de proyecto en proyecto de ley y quedara casi en su formulación original.
Básicamente plantea un conjunto de incentivos beneficios tributarios (impuestos), cambiarios (el acceso a la divisa norteamericana) y aduaneros (todo lo referido al comercio exterior) Y un cuarto elemento que va a ser fundamental en este régimen: se le da una serie de garantías de estabilidad de largo plazo. Garantías de hasta 30 años con posibilidad de prórroga por 10 más.
Estos beneficios son para grandes fondos de inversión, sobre todo internacionales, porque para entrar al RIGI necesitás más de 200 millones de dólares. Incluso tiene un segmento con mayores beneficios para inversiones superiores a los mil millones. Son pocos los capitales en Argentina con capacidad de alcanzar ese volumen, por lo tanto sabemos que está pensado fundamentalmente para la inversión extranjera.
APU: Se argumenta que se dan estos beneficios porque estas grandes inversiones requieren estabilidad ya que la recuperación de capital sería de mediano a largo plazo y es necesario generar seguridad en el inversor ¿Es así? ¿Se diferencia, en ese punto, a otros programas de incentivos?
Gustavo Atencio: Se habla que si no se aprueba el RIGI, la inversión con Petronas no se haría. Esto tiene un antecedente, que es la ley de LNG que se estuvo intentando aprobar el año pasado y no se consiguió. Lo paradójico es que estamos hablando de inversiones de 30 a 50.000 millones de dólares y son montos que deberían ser negociados por el país. Si dejamos que esto se negocie en manos de ejecutivos, gente de una empresa, así sea una empresa con mi YPF que tiene 51% de estatal, no van por buen camino.
Santiago hablaba de los tres ejes de de beneficios. Me pongo a ver qué hay atrás de ese beneficio y encuentro, por ejemplo, que el cambiario les asegura los dólares de nuestras reservas para las inversiones, pero no se les pide que cuando exporten, esos dólares ingresen. El balance cambiario probablemente sea negativo, que buena parte de esos dólares no ingresen y no van a resolver nuestros problemas de restricción cambiaria y de reservas.
Los beneficios tributarios son groseros y no se pide contrapartida. Vos podés dar un incentivo, dejar importar algunas cosas sin impuestos, pero generalmente se pide una contrapartida específica, no simplemente “vamos a invertir”. Eso es abstracto. Hay una palabra para definir el reparto de la renta de estos negocios que es el Goverment Take, que sería cuánto se queda el Estado de la renta de estos recursos naturales. Yo te voy a cobrar menos Goverment Take, pero concretamente por algo. Bueno, ese algo es el que no hay, esta es una ley absolutamente desbalanceada. Amenazan que si no sale, las empresas no van a venir. Lo mismo se dijo sobre la Ley de Hidrocarburos que no salió y Vaca Muerta tracciona con una potencia impresionante.
APU: Una de las cosas que se reclama dentro del RIGI es la falta de estímulos para los actores locales ¿Lo ven así?
S.L.: Es, quizás, uno de los puntos más preocupantes. No solo no hay un incentivo para que esa inversión extranjera apalanque el desarrollo productivo nacional, sino que, por el contrario, se la desincentiva. Se facilita, por ejemplo, la importación de tecnología, de bienes de capital, bienes intermedios, llevando la alícuota del impuesto a la importación a 0%.
De hecho, la Asociación de Metalúrgicos de la Argentina señaló su preocupación por el RIGI porque pueden perder hasta 300.000 puestos de trabajo industrial ya que el régimen va a beneficiar la importación industrial. Esto que señalás es clave. ¿Podés utilizar la inversión extranjera para favorecer el desarrollo nacional? Sí, con sus condicionamientos. La pregunta es qué condicionamiento establecemos y el RIGI no establece ninguno.
G.A.: Santiago dice no hay ningún condicionamiento. Bueno, no es así, hay muchos condicionamientos pero al revés. Se condiciona al país y mucho, aunque al inversor, no. El antecedente de Vaca Muerta que hay en el mundo es el del Mar del Norte. Allí, en los años 60 se descubren impresionantes reservorios de petróleo y gas, muy caro de producir. Sin embargo, Noruega tomó la decisión de explotarlo con una empresa estatal. Después dejó entrar a la inversión extranjera, pero le puso muchas reglas y bastante duras, pero había tanto petróleo y gas que el costo de perforación fue casi irrelevante al lado de todo lo que se le saca.
Qué hizo Inglaterra, la cuna del liberalismo. Por esos años sentó a las empresas petroleras y les dijo que la tasa de impuesto a la ganancias para la explotación hidrocarburífera del Mar del Norte inglés iba a ser del 60% y que no se hicieran problemas, porque había tanto petróleo que con el tercio que les tocaba iban a ganar mucha plata y ser grandes, lo que efectivamente sucedió con muchas compañías europeas. No nos engañemos, la rentabilidad de Vaca Muerta es hermosa para el petrólero, 40 50 por ciento en dólares. Es muchísimo.
“Parece realmente un régimen hecho a medida de grandes capitales internacionales”.
APU: Hay una discusión sobre el aporte de los hidrocarburos a la energía barata ya que habría hoy una lógica que genera el desarrollo en Vaca Muerta, pero muy vinculado a la exportación y sin garantizar precios baratos para la industria doméstica ¿Cómo ves ese debate?
G.A.: Son dos debates que, por supuesto, no se están dando. Lo peor es que vamos a una discusión mucho peor. Uno lee que los grandes medios dicen “Vaca Muerta nos va a dar 30, 40.000 millones de dólares de exportación al país”… Al país, no. El petróleo es de las empresas cuando ya lo sacaron, los que exportan y van a cobrar dólares son ellos. Podemos decirle “tienen que ingresar esos dólares al país” o como lo está diciendo RIGI, pueden no ingresarlos. Estamos en una situación de problemas de reserva que la tiene también este gobierno y la va a seguir teniendo por muchos años. Estamos atados a una hipoteca que el país no quiso tener y sin embargo se la enchufaron, es la deuda que tenemos con los acreedores externos. Si vos le decís a los tipos que pueden no traerlos… y no lo van a traer.
En cuanto a la otra discusión, todos los países del mundo lo hacen. El desafío es más bien como administrar la abundancia. Eso lo tenés que ordenar, decir “las reglas de abastecimiento interno son las siguientes, pero no se hagan problema porque va a ser una pequeña fracción de todo lo que se va a producir”. Dejás exportar, pero te asegurás que la energía sea barata en Argentina.
S.L.: El RIGI limita la propia acción del Estado, un reflejo de la ideología oficialista donde el problema es el Estado. Entre esos condicionantes inversos está que Argentina no va a poder (en el período de vigencia de este régimen) aplicar ningún tipo de ley de abastecimiento interno, ni siquiera en contextos de fuerza mayor como puede ser una guerra, una catástrofe, una pandemia. Con la inestabilidad del mundo al cual estamos yendo, en disputa geopolítica, esto es una locura, es ceder la soberanía sobre varios recursos absolutamente estratégicos para el desarrollo de un país y no solo para el desarrollo económico, sino para la vida social.
APU: ¿Por qué el peronismo y cierto sector el radicalismo apoyarían una ley así? Recordemos que ya tuvo media sanción en Diputados.
S.L.: Cuando uno ve la votación en Diputados efectivamente es el título de la ley en que la votación es más extraña. En general, Unión por la Patria votó en contra y los demás bloques votaron a favor. Sin embargo, en el RIGI encontramos que hubo diputados de provincias de Unión por la Patria que votaron a favor. Puntualmente, San Juan y Catamarca. Y hubo sectores del radicalismo y de la Coalición Cívica que votaron en contra, incluso figuras muy conocidas del liberalismo argentino como Ricardo López Murphy o Martín Tetaz.
Esto nos da la pauta de que se trata de un título que tiene una complejidad per se. Ameritaría realmente una discusión a otro nivel, no como parte de un paquete de leyes donde se mezclan cosas tan distintas. Estamos hablando de un régimen que no vamos a poder modificar durante 30 o 40 años. Provincias, por supuesto mineras, ligadas al peronismo votaron a favor en Diputados, veremos qué pasa en Senadores.
APU: Pero uno podría decir me sirve que esa inversión genere una articulación con actores locales independientes, quiero que mi provincia tenga empleo. no necesariamente un gobernador minero tendría que estar de acuerdo con un plan de inversiones tan antidesarrollo.
S.L.: Vos, Gustavo y yo podemos estar de acuerdo con esa mirada; lamentablemente muchas veces prima en la política una mirada de corto plazo y efectista. En ese sentido, un régimen como el RIGI, a provincias que son mineras, en el corto plazo (hay un punto que no mencionamos y es que se establece que estas inversiones deben entrar en los próximos años) que te ingrese un volumen de inversión de 1.000 millones de dólares, por supuesto que va a lograr generación de empleo local. El punto es que hay cuestiones estratégicas, de soberanía, de articulado con otros sectores de la producción que, lamentablemente, quedan fuera del radar de la mirada política. Mira el corto plazo donde le presenta una solución. Activa la economía provincial, genera un ingreso de dólares, sin ver que produce una economía de enclave, que genera poco entramado productivo local y que en el mediano plazo, cuando el recurso se acabe, sencillamente no queda nada.
G. A.: Si vos leés la ley, te pueden importar hasta los uniformes de trabajo. A las provincias le van a abrir una oficina, van a contratar a los micros para llevar la gente a los yacimientos, van a invertir un poquito de plata y no va a haber mucho más, porque la ley como está redactada permite que vos importes absolutamente todo. Está tan desbalanceado que la palabra para caracterizarlo es leonino.
Y después, voy a hacer hincapié algo importante que dijo Santiago que se llama que fuerza mayor o force majors, como se dice en inglés. Esa cláusula de fuerza mayor es muy importante porque efectivamente si Argentina, Dios no lo quiera, entrara en guerra con un país limítrofe, yo no estoy habilitado para decirle a la empresa petrolera “necesito tu petróleo” El tipo te dice que por contrato no tiene la obligación y “si me lo sacas, vamos a ir al CIADI y te va a salir muchísima plata”.
APU: En general, se está a favor de los regímenes de promoción de inversiones, la discusión sería cuál es el régimen que te sirve para desarrollarte ¿Este podría ser el resumen de la entrevista?
G.A.: Te diría que sí y te voy a agregar un punto que es no es menor y algunos ya lo están levantando, que es el tema lavado de dinero. No solamente por la posibilidad de comprar acciones de empresas o invertir sin pedir el origen del dinero, sino que hay algunos artículos muy interesantes por los cuales puede abrirse una puerta enorme al lavado de dinero delictivo. Por ejemplo, hay un artículo que dice que el Estado no puede meterse a cuestionar los precios de las exportaciones o de las importaciones. Si yo soy una empresa petrolera y el petróleo está $80 en el mundo, hago parecer que le vendí a una afiliada mía o a una empresa amiga del exterior a $500, estoy generando una ganancia interna contable gigantesca, una utilidad enorme. Dejó abierta una puerta donde puedo meter plata del delito narco, de la trata de personas, de la venta de armas.
Y al revés, le estoy dando la posibilidad al tipo que me compra fuera de tener esa utilidad contable ficticia.
S.L.: La pregunta es para qué, para quiénes, el cómo de un régimen de incentivos a las inversiones. Y en esas preguntas tiene que estar la defensa del trabajo y la industria nacional. Si pensamos en cómo desarrollar una sociedad, hay un consenso de que ese desarrollo tiene que tener agregación. Si esto no está, lo que tenemos es netamente extracción de recursos naturales con baja carga tributaria, perdemos soberanía sobre esos recursos que pasan a quedar en manos de los inversores. Parece realmente un régimen hecho a medida de grandes capitales internacionales. Y no podemos llamarlos capitales de riesgo, pasa a ser una inversión donde tenés la vaca atada. Es muy poco lo que queda para el país en relación con lo que pierde. En lo real y en lo potencial.
Busquen en el RIGI transferencia de tecnología, agregación de valor local, innovación y desarrollo: nada de esto aparece, cuando en el mundo ya se sabe hace 50 años que lo fundamental es el conocimiento que uno tiene, no el recurso natural. Esa es la discusión ¿qué país queremos para el próximo medio siglo? Si queremos ser un enclave extractivo, exportador, con bajo valor agregado y empleo local. Lo único que hay son condicionamientos inversos sobre el estado del Estado.