Ideas para el Banco Central: vivienda, trabajo y crecimiento o pases, Lebac y Leliq, por Inti Alpert
Por Inti Alpert
Claramente hay un dilema con el exceso de Pesos porque los ex presidentes del Banco Central Vanoli (2015), Sturzenegger, Caputo, Sandleris y ahora Pesce lo reconocieron como tal más allá de sus matices, asumiendo claramente la su existencia y su carácter problemático, pero solo pudieron amortiguarlo creando más pesos. Con una estrategia que suma en la perplejidad a los observadores, ya que para "guardar dinero en el armario y que no huya al Dólar", se puso "una fotocopiadora legal" en ese mismo armario que siempre devuelve más dinero, espiralizando el problema.
Hay un mito. Que es que el armario (LEBAC-LELIQ-PASES) no representa emisión. Porque efectivamente no es igual a la de de "base monetaria", billetes frescos que se multiplican en el sistema bancario de depósito y crédito, sino que se guardan en el frezzer, armario, cámara, caja fuerte... Pero se olvidan que los intereses que generan, se pagan diaria, semanal y mensualmente a los depositantes y son tan frescos como los anteriores porque la forma de que esos pesos se quieran meter es aumentarlos. Eso el BCRA lo sabe y trata de morigerar el problema cuanto puede. Y hace lo máximo que puede hacerse desde una polītica monetaria que debe encontrar elementos que exceden su capacidad específica y que se deben asumir como políticas integrales o "de estado"
El dilema de aumentar la cantidad de pesos para reducir la cantidad de pesos no tiene solución; como no tiene final el número Pï, al pretender medir una circunferencia con cuadrados. Y así como podríamos inferir la exactitud del Pí si se inventara el centímetro redondo, puede resolverse haciendo circular al dinero en base a desatar la producción y destruyendo el excedente de dinero cada vez que pasa por la AFIP.
Creer que el Estado no tiene formas de retirar pesos es negar la base práctica del tributo, que es la resolución de problemas colectivos en base a la universalización o especificación del aporte. Hoy hay que destinar recursos fiscales a construir el valor del peso y su horizonte de valorización con la misma naturalidad con la que se piensa en financiar un puente. Y esto requiere de mucho más que las prerrogativas e incumbencias específicas del BCRA o del talento de uno u otro funcionario a cargo.
Para eso hay que migrar colectivamente del paradigma en el que vivimos muchos años: esto es, que la inclusión social dependen del presupuesto público basado en impuestos, endeudamiento o emisión. Y debemos ir a otro paradigma, en el que el Estado genere grandes cantidades de acciones institucionales con capacidad de inducir el intercambio entre particulares y el dinero fluya intensivamente de particulares a particulares, comprando y vendiendo, prestando y devolviendo, y con el Estado como un impulsor intensivo que mantiene el valor del dinero retirando por vía fiscal con la misma naturalidad que se lo imprime, el dilema del exceso de pesos puede resolverse en un marco de crecimiento sostenible.
Es muy importante asumir que el control de las importaciones debe resolverse vía Aduana y no tipo de cambio, que el equilibrio comercial surge de la capacidad de participar del comercio y que el nivel de empleo, de la capacidad de satisfacer a compradores. Siendo el dinero un simple sistema de representación sobre valores reales, que si no se asume como tal, seguirá siendo un dilema por siempre.
Cada día de esta semana el BCRA pagó intereses por $2.300 millones diarios que alimentaron la hoguera de la estanflación y el tumor monetario. Generando una tensión devaluatoria que está paralizando a muchos actores de la economía real, temerosos de vender sin posibilidad de reponer a posteriori. Pero no hizo eso por capricho sino por la ausencia de estrategias integrales de demanda de dinero, seguridad jurídica sobre las inversiones y direccionamiento del ahorro de personas, instituciones y empresas, que lo exceden por completo.
Desactivar la "Bomba de Dinero" antes que explote
Los bancos, llenos de dinero en depósitos a plazos fijos de corta duración, no encuentran a quién prestárselo a tasas reales que satisfagan a depositantes y tomadores; por lo que lo depositan a su vez en el BCRA, que premia con cerca de un 40% anual aproximado a esos depósitos, formando una suerte de tumor monetario creciente que entre Pases y Leliq, que supera los 2,6 Billones de Pesos.
Durante septiembre, esas cifras generaron en concepto de intereses, más de 2.000 millones de pesos al día, que el BCRA paga con las únicas herramientas que tiene: emisión, o ganancias relativas en moneda local, por devaluación.
A los efectos de que no explote la "Bomba de Dinero", funciona el motor devaluatorio permanente, que cada x meses corrige el tipo de cambio, sincera la relación entre los pesos demandados y los dólares ofrecidos y convierte la tensión devaluatoria en inflación. Con una situación de estancamiento productivo que profundiza el poblema y genera expectativas de crisis profundas desincentivando la economīa en general.
¿Qué puede hacerse?
Ofrecer desde el Banco Central a los bancos, un "seguro de liquidez" para que puedan prestar en grandes cantidades a fideicomisos de "Urbanización, Vivienda y Dotación de Infraestructura" para la prestación de servicios tarifados, ya que la "industria del territorio" es la única con capacidad de captar la enorme cantidad de pesos sin demanda, migrarlos a la inversión y transferir esas deudas, del pasivo del BCRA que las paga emitiendo, a las de los particulares que para pagar esos pesos deben demandarlos.
El potencial de creación de actividad económica y recursos fiscales genuinos emergentes de ese mecanismo permitiría que el Estado salga de la lógica del déficit o el endeudamiento para sostener e incrementar el nivel de actividad. Pudiendo retirar pesos del mercado mediante la AFIP y retirando el excedente de emisión con el mismo modelo con el que se reconstruyó la Europa de posguerra.
Es necesario generar un nuevo modelo de inversión por el que el ahorro genuino en pesos alimente procesos productivos, que la AFIP haga su trabajo recaudatorio habitual y que la forma de esterilizar pesos deje de ser una fotocopiadora para ser una hoguera, con el simple retiro sin reposición de los billetes en mal estado y aumentando los encajes, sin remuneración.
Ese marco permitiría alimentar con crédito genuino a la totalidad de las personas y empresas con ganas de invertir en bienes estructurales, infraestructura y urbanización, creando todo el empleo genuino necesario para olvidar al déficit del sector público o la presión tributaria delirante como presuntos insumos para una inclusión social que presenta el dilema real de la Argentina, uno de los países que más gasta en el mundo para sostener a su población en la pobreza.