Brasil producirá la Sputnik V para Latinoamérica
Por Juan Cruz Guido
La crisis de producción de las vacunas, que está generando lentitud en el proceso de distribución e inóculación de los antídotos contra la COVID-19, sumado a la preexistente relación centralidad-periferia que hace que los paises con mayores recursos económicos puedan precomprar vacunas por cinco o seis veces su población, está generando que los paises de esa "periferia" tengan dificultades para acceder a las dosis necesarias para iniciar el proceso de inmunización.
En ese contexto, la vacuna Sputnik V desarrollada por el Instituto Gamaleya de Moscú, que también desarrolló la primera vacuna registrada contra el Ébola (epidemia que ninguna farmacéutica estuvo interesada en erradicar, por el simple hecho de suscribirse a Africa), se erige como una opción para el concierto de naciones que no pueden acceder a la vacuna de Pfizer-Biontech o Moderna. Tema aparte sería describir el caso de Pfizer, que se convirtió durante meses en la diva del mercado financiero, generando una burbuja en Wallstreet que hoy muestra sus primeros síntomas de limitación frente a la capacidad real de producción y distribución del antídoto.
A la Sputnik V también se suman los desarrollos de China, particularmente de la firma Sinopharm, que ha desplegado vacunas por Medio Oriente, abasteciendo a los paises que también se encuentran fuera de esa centralidad que genera prioridad publicitaria y económica en el suministro de vacunas contra el coronavirus. Egipto, Bahrein, los Emiratos Arabes Unidos y Turquía, son algunos ejemplos de los que comenzaron con la inoculación de las dosis chinas. Este último país, Turquía, comenzó también la producción de la Sputnik V, que suma a Palestina, Argelia e Irán entre los países de esa región que aceleraron las negociaciones con el Fondo de Inversiones Ruso para abastecerse.
América Látina también es uno de los continentes que está atravesando estas dificultades para encaminar las campañas de vacunación a gran escala. Allí ambas naciones, China y Rusia, están desplegando una estrategia de asistencia, que obviamente se torna también geopolítica. Tal es el caso de la producción que ayer se anunció por las redes sociales de difusión de la Sputnik V: el laboratorio brasileño Unión Química comenzará el 15 de este mes la elaboración para el continente.
Además de Argentina, que ya comenzó la inoculación con dosis llegadas directamente del Instituto Gamaleya en la capital rusa, Bolivia, Venezuela, Uruguay y México esperan poder vacunar con la producción brasileña, que además facilitaría de manera esencial la distribución y logística (bajo cadena de frío). Argentina jugó un papel clave en ese sentido en la región. Generó los contactos para que Uruguay pudiera iniciar sus negociaciones e hizo lo propio con México, que envió a su subsecretario de Salud estrella, Hugo López-Gatell, a negociar personalmente a la Argentina.