Desarmar los estigmas de la salud mental: el nuevo hospital Dr. Cabred
Por Juan Cruz Guido
La Ley de Salud Mental sancionada por el Congreso Nacional en 2010, contó con la adhesión de la provincia de Buenos Aires en 2014, a través de la ley provincial Ley N° 14.580. La norma nacional estableció 2020 como el año en que el país estaría libre de manicomios, que a su vez serían reemplazados por una amplia variedad de dispositivos de atención.
Comenzando por la atención primaria en salud mental en los centros médicos distribuidos por el territorio, la legislación hace especial énfasis en la implementación de guardias psiquiátricas en los hospitales generales. El objetivo: que la salud mental comparta su lugar de tratamiento con las demás patologías que atraviesan a la sociedad.
El sentido de la norma apunta a integrar la salud mental en general, y a los pacientes en particular, a la vida de la comunidad. Para eso, la ley plantea la necesidad de cerrar o transformar los hospitales monovalentes, es decir, que solo atienden las patologías psiquiátricas.
La provincia de Buenos Aires cuenta con cuatro hospitales de este estilo: Dr. Domingo Cabred, José Esteves, Hospital D. Taraborelli y Alejandro Korn. Agencia Paco Urondo recorrió el centenario neuropsiquiátrico Dr. Cabred, en el municipio de Luján.
El hospital fue fundado en 1899 por el médico psiquiatra y sanitarista Domingo Cabred, quien creó la primera colonia de puertas abiertas de América Latina para abordar la salud mental, una especialidad que hasta ese momento solo contemplaba como tratamiento al sistema penitenciario. El método de puertas abiertas, que Cabred trajo de sus viajes por Europa, originó el nombre de una localidad que creció junto a la colonia: Open Door.
En su época de esplendor, el extenso predio rural contaba con un sistema de autoabastecimiento en el que la producción de alimentos (tambo, vivero y granja) era realizada por los propios pacientes. Las edificaciones respondían al estilo victoriano, contemporáneo a esos años en los que Cabred recorrió Europa, y resultaron de un valor arquitectónico tal que convirtió al conjunto de las edificaciones en patrimonio histórico provincial.
El nuevo director, Jorge Rosetto, asumió en febrero de 2020. Trabaja en la misma oficina que Cabred ocupó durante su gestión. Todo el mobiliario está cargado de historia: un gran reloj de péndulo, un teléfono de principios del siglo XX y los tinteros de vidrio, que también figuran en un retrato de Cabred. "Son los mismo del cuadro", apunta el director, minutos antes de comenzar a explicar cómo logró gestionar el centro asistencial durante la pandemia.
"A pesar de las restricciones y los condicionantes que hubo a partir del 20 de marzo, con el aislamiento social, preventivo y obligatorio, comenzamos a transformar un hospital que tenía situaciones de claras vulneraciones de derechos de las personas institucionalizadas", señala. "Fuimos generando una estrategia de desinstitucionalización y también mejorando la accesibilidad de los servicios para la población de la zona”.
El hospital avanzó en dos líneas de trabajo paralelas: por un lado, externar pacientes a unidades de transición, que son pequeñas viviendas repartidas por el predio, para luego trasladarlos a casas dentro de la trama urbana de Luján, donde cuentan con atención especializada. Por otro lado, la dirección del hospital planteó integrar la institución a la comunidad abriendo clínica médica a la población en general. En ese sentido, la pandemia brindó una nueva posibilidad: volver el neuropsiquiátrico un vacunatorio, donde ya se inocularon 15.000 personas de la región.
“La población de Open Door y de Luján descubrió que detrás del portal hay un lugar maravilloso, un lugar muy lindo”, señala Cecilia Keena, psiquiatra y directora asociada. “El vacunatorio contribuyó a romper estigmas que existían sobre la institución. Para mucha gente fue la primera vez que ingresaba al hospital en años”, destaca durante una recorrida por el espacio dispuesto para la inoculación. “Nosotros - agrega - deseamos que cuando pase la pandemia, podamos seguir siendo un vacunatorio del calendario oficial”.
En este momento, la campaña provincial contra el coronavirus se encuentra abocada a los jóvenes y niños. Por eso, los trabajadores de la salud del Cabred reciben a los niños disfrazados de superhéroes. ¿El resultado? Logran que “8 de cada 10 niños no lloren”.
A partir de los desafíos que planteó la pandemia y la necesidad de convertirse en un vacunatorio, el director Rosetto adelanta que en el corto plazo tendrán otro momento clave para integrarse definitivamente a la comunidad y romper algunos prejuicios: “En enero vamos a inaugurar una reserva natural, que contará con un paseo aeróbico recreativo y accesibilidad a parte del patrimonio histórico”. Se podrá recorrer un gallinero y una chanchería, además de apreciar la diversidad de flora y fauna autóctona. Incluso, se abrirá una feria gastronómica.
“Un nuevo paradigma en salud mental avanza, contamos con el apoyo y la decisión política para llevarlo adelante”, concluye Jorge Rosetto.