Vacunas: "Orgulloso de ser parte de este gobierno", testimonio de emociones en primera persona
Por Pedro Silberman (*)
Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante. Los sentimientos son el resultado de las emociones.
Esto es una definición… seguramente incompleta, seguramente reducida, pero no es la intención el significado estricto de la palabra, sino la acción que representa.
El miércoles 21 fui a recibir el avión de Aerolíneas Argentinas que traía 778 mil dosis de vacunas Sinopharm para la campaña de vacunación contra la pandemia. Justo cuando se llegaba a las 40 millones de dosis recibidas y al 50% de la población vacunada.
Y estando en esa pista de aterrizaje, a metros de ese enorme aparato que bajaba del cielo trayendo las vacunas, con ese ruido infernal… aparcando a centímetros de mis pies, y abriendo ese enorme buche desde donde salían las conservadoras con los viales… me emocioné, lloré.
Porque en esos renglones de arriba dije Aerolíneas Argentinas, dije Bajando del Cielo, dije Pandemia, dije Millones, dije Campaña de Vacunación… y cada una de esas palabras tiene también un significado, una historia, un contexto que tampoco es la intención de desarrollar, pero se va entendiendo, ¿no?
Esta semana coincidió con un exministro devenido en secretario de Salud del gobierno anterior admitiendo que la salud no fue una prioridad para aquél, y la vi a Carla Vizzoti, a Cecilia Nicolini, dos mujeres, atravesando el planeta dese hace un año, negociando, peleando, seguramente en condiciones desiguales, y ganando, ellas, todo ellas, y ahí estaba ese avión… 40 millones de dosis, de vacunas que salvarán vidas, pero para algunos el problema es si se peinan o se visten de tal o cual forma.
Y también pensé en todos/as aquellos/as que se fueron, que no se pudo, que no alcanzó, pensé también en los abrazos que nos perdimos, en las reuniones, en los mates compartidos, y pensé en mis amigos/as, en mis colegas que no dan más en los hospitales (muchos de esos hospitales que no terminó el gobierno anterior, el que admitió no priorizar la salud, y tuvimos que poner en condiciones en tiempo récord).
Pensé un poco en mi vida profesional, en mi derrotero por la vida sanitaria y sentí que siempre había sido coherente, repasé cada momento de mi historia y sentí que, como un manual, todo estaba preparándose para este momento.
Todo eso me pasó por la cabeza, y me emocioné, me enorgullecí de pertenecer a este gobierno. Pero no solo por concepción ideológica, sino también por convicción humana. Porque de este lado estamos quienes nos consideramos peronistas, pero también los y las que consideramos que el/la otro/a nos constituye como personas, que no hay derecho individual que avance sobre el colectivo, que el amor vencerá siempre al odio y que donde hay una necesidad, nacerá un derecho.
Pensé en mis hijes, en mi compañera, en mi familia, en mis amigos/as, pensé que todo tenía una armonía en ese momento, y esa emoción se convirtió en un sentimiento, un sentimiento irrefrenable de amor a la Patria…
(*) Pedro Silberman es médico, docente y decano –en uso de licencia- del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Sur y director de Talento Humano del Ministerio de Salud de la Nación.