Hospital Garrahan en alerta
Por GRUPO DE TRABAJADORES DEL GARRAHAN EN DEFENSA DEL HOSPITAL
En los últimos meses la comunidad hospitalaria ha salido a defender al Hospital Garrahan frente al recorte de presupuesto que implementó el Gobierno de la Ciudad en los últimos dos años. Se realizaron dos abrazos multitudinarios, conferencias de prensa, charlas con legisladores de todos los partidos políticos. Concurrimos a la legislatura para explicar para qué necesitamos el presupuesto solicitado. El resultado fue un recorte de $350 millones promovido por el poder ejecutivo de la Ciudad en el presupuesto para el 2016, sin explicación que lo justifique.
Ahora nos encontramos ante un peligro mayor. El Hospital funciona bajo la ley SAMIC que define la autarquía con el financiamiento de dos jurisdicciones. Los decretos reglamentarios mantienen a nuestra Institución en la órbita de Ciudad de Buenos Aires y en la Nación con idénticos aportes presupuestarios. Funcionarios de la nueva gestión, ahora del mismo signo político en ambas jurisdicciones, insinúan lo que es un secreto a voces: la idea de transferir al Garrahan al ámbito de la Nación y además terminar con la autarquía que establece la ley SAMIC.
¿Qué alcances tiene la autarquía? ¿Permite hacer cualquier cosa sin control?
Por supuesto que no. La reglamentación de la ley dispone que el Hospital esté dirigido por un Consejo de Administración constituido por dos representantes de cada jurisdicción que conforman la máxima autoridad hospitalaria. Nada puede decidirse sin el acuerdo de los consejeros. Además la Auditoría General de la Ciudad y de la Nación realizan auditorías periódicas.
¿Qué significa que nuestra institución sea autárquica?
La respuesta es simple. La autarquía ha permitido la posibilidad en el año 2014 dar respuesta a 500.000 consultas ambulatorias, 25.000 egresos, 12.000 cirugías, 140 trasplantes, atender más del 30% de los niños con cáncer y más del 50% de cirugías cardíacas complejas . Asimismo esta estructura también permitió desarrollar proyectos institucionales como: trasplantes, remodelación de terapias, modernización de laboratorio, ampliación de quirófanos, construcción del Centro Oncológico,Desarrollo en Docencia e Investigación,Centro de simulación, referencia y contrarreferencia, entre otros avances, sin trabas burocráticas innecesarias como las que padecen, por ejemplo, los hospitales municipales, donde lleva años el recorrido entre la toma de decisiones y el desarrollo de las acciones (por ej.: incorporación de nuevas tecnologías, nuevo personal, etc). Ninguno de estos proyectos se hubieran desarrollado si el Hospital no tuviera un presupuesto acorde y se administrara con la autarquía que se origina en la ley SAMIC. La autarquía junto al horario prolongado son la base de nuestro Modelo Hospitalario. El cese de la autarquía ocasionaría un daño irreparable en el funcionamiento del Hospital y en la atención de los niños.
Entonces ¿Por qué no estamos dispuestos a resignar la autarquía?
Porque tanto el desfinanciamiento como la pérdida de autarquía de nuestro Hospital ponen en riesgo el nivel de excelencia, los logros y el avance en proyectos necesarios para brindar la mejor atención a los niños de la Argentina que así lo requieran.