La resindicalización de la militancia (¡albricias!)
Por José Cornejo. Foto de Luciana Sousa.
El bailecito de Mauricio Macri en el balcón de la Casa Rosada comenzó con el rompimiento del campo popular, el desencuentro entre el gobierno kirchnerista y el hasta entonces sector más dinámico del movimiento obrero organizado. Entre los escarceos de Cristina Fernández de Kirchner con el entonces titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, y el discurso elitista de Hugo Moyano obsesionado con el impuesto a las ganancias, se abrió la verdadera grieta.
Los militantes kirchneristas herederos del tronco peronista vivimos este periodo con perplejidad y fastidio. El discurso alfonsinista iba permeando nuestra fuerza política mientras en el campo sindical revivía la ortodoxia recalcitrante de los Barrionuevo, Venegas o Zanola. El viejo gorilismo clasemediero versus el sindicalismo patoteril. ¡Por supuesto que la patronal iba a hacerse un picnic con este desmadre!
Pero la clase con mayor conciencia de sí misma iba a poner las cosas en su lugar. Primero, poniendo un presidente. Y segundo, poniendo a la renta del capital como eje ordenador. Así que al campo popular le tocó la erosión de su poder adquisitivo, cuando no el simple despido.
A las organizaciones sindicales, con distinta velocidad de lucidez les tocó salir a la calle. Por lo inmediato del ajuste, fueron los estatales los que quedaron en la primera línea de fuego. Corresponde reconocerle a ATE haber sido la punta de lanza contra el gobierno patronal, en especial a su seccional porteña. Pero no ha sido el único. Esta semana la Bancaria le ha propinado una derrota en toda la línea al titular del BCRA. Federico Sturzenegger no solo tuvo que reincorporar a todos los despedidos y pagarle el salario como si hubieran trabajado con asistencia perfecta. Firmó una paritaria de 33% retroactiva a enero. Muy LTA.
Pero lo más maravilloso de la movilización sindical fue como siempre, el mestizaje. Sobre todo en ATE pero también en UPCN había compañeros de La Cámpora y de todo el arco militante. El mismo secretario general de La Cámpora se había expedido en varios medios a favor de la movilización. La humilde Agencia Paco Urondo tuvo compañeros en Cerveceros, ATILRA (lecheros), SITRAJU (Judiciales), CTERA, además de los dos colosos estatales.
Así como el general Juan Carlos Onganía lanzó a los universitarios a los brazos de sus hermanos obreros fabriles, ¿y si el empresario Mauricio Macri restaña las heridas?