Primer paro contra Milei: ¿Cuál es la estrategia de la CGT?
En la previa del paro del 24 de enero, la CGT viene realizando diversas convocatorias. Entre ellas, un plenario de regionales de todo el país que tuvo lugar el 10 de enero en Azopardo. Se fijaron allí algunas líneas de acción que seguirá el movimiento obrero argentino, hoy cabeza de la resistencia al gobierno libertario de Milei.
Al paro general se le añade una movilización, que tendrá correlato en cada provincia del país. Cada acción territorial, según lo definido en el encuentro, será conducida por las diversas regionales. En paralelo, se mantiene firme la presentación judicial que la Confederación General del Trabajo realizó con el objetivo de frenar el artículo cuatro del mega DNU impuesto por el gobierno.
El mencionado encuentro, además, reunió a 70 regionales de todo el país, (que van desde Tierra del Fuego a Misiones). Fueron más de 20 los representantes que tomaron la palabra. Por primera vez, en mucho tiempo, representantes sindicales que no suelen tener voz y tampoco micrófono en los grandes medios de comunicación, expusieron su parecer y fueron atentamente escuchados por la conducción de la central.
Quienes participaron caracterizan como histórico el encuentro. Cabe destacar que no es común que la conducción de la CGT convoque a las regionales, ya que las mismas no poseen una línea de pensamiento que, en el pasado, se haya visto reflejada en las decisiones asumidas por el espacio.
El único agrupamiento sindical que, desde el 2016 a la fecha, siempre recostó su discurso y su práctica alrededor de la legitimidad que, argumentaba, le daban las bases y la concepción de dichas regionales, fue la Corriente Federal de Trabajadores, un espacio al interior de CGT que tuvo una activa participación en la resistencia organizada al gobierno de Mauricio Macri.
En el plenario, gran parte del marco conceptual que sostuvo históricamente la Corriente Federal (que cuenta en sus filas al actual Ministro de Trabajo Bonaerense, Walter Correa, a Héctor Amichetti de Gráficos o a Vanesa Siley, de Judiciales, por nombrar algunos) encontró no solo eco sino una confirmación de sus postulados históricos.
Es importante analizar la capacidad de reacción de CGT, el viraje de la conducción a la hora de pensar una etapa de resistencia, y la capacidad política que está mostrando al lograr vehiculizar su línea en diversos bloques legilsativos (se reunió con radicales e incluso con el Frente de Izquierda, además de hacerlo con el peronismo no kirchnerista). La CGT también consiguió articular instancias de defensa de causas que no son estrictamente gremiales (el 16 de enero convocó a una reunión con diferentes representantes de la cultura con el fin de canalizar sus reclamos y dar un ámbito para que la cultura encuentre una contención política a sus planteos).
Las acciones callejeras, las medidas de fuerza y las presentaciones judiciales, a su vez, son respaldadas por los legisladores del movimiento obrero que hoy ocupan bancas en el Congreso (la acción está coordinada con un interesante grado de planificación).
Durante años muchas voces reclamaban o pedían a la CGT un paro, un plan de lucha, o que recupere la centralidad en el debate nacional. Algunas desde afuera de la central, otras desde adentro. Es importante remarcar que, cuando el gigante que es el movimiento obrero organizado se articula correctamente, su potencia es abrumadora. Lo que marca que el sujeto histórico continúa siendo la clase obrera.
La potencia institucional, combinada con la capacidad movilizadora y (tal vez su as de espadas) la potestad de afectar, en caso de ser necesario, el margen de ganancia de los sectores dominantes del país, convierten al espacio en un protagonista más que deseado frente al escenario de un peronismo desunido, desmembrado en miles de internas que, si quiere volver a gobernar, deberá tomar nota de las formas y el fondo que motivan a la CGT a impulsar esta etapa de la lucha del pueblo argentino.
Sin duda el gran logro de espacios como la Corriente Federal, es no haber rechazado jamás la herramienta y haber dado la discusión al interior del espacio, nutriéndola con la línea histórica de lucha que esa casa de trabajadores históricamente representó en la Argentina. Sólo allí podrán encontrarse algunos de los ejes que vertebren una posible reconstrucción de un movimiento nacional con base en la producción y el trabajo.
Durante años muchas voces reclamaban o podían a la CGT un paro, un plan de lucha, o que recupere la centralidad en el debate nacional. Muchas desde afuera de la central, otras desde adentro. Es importante remarcar que, cuando el gigante que es el movimiento obrero organizado se articula correctamente, su potencia es abrumadora. Lo que marca que el sujeto histórico continúa siendo la clase obrera.