Radiografía sindical ante la reforma laboral
Por Lucía Ferreri Ochoa
Tal como adelantó días atrás el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, se espera que el macrismo convoque a sesiones extraordinarias en febrero próximo para que el Congreso trate la reforma laboral.
Un elemento clave a la hora de decidir el tratamiento de la medida fue el apoyo obtenido de parte del triunvirato de la CGT. Esto fue posible tras una negociación entre el sector mayoritario de la central sindical y la cartera de trabajo, en la cual el Ejecutivo desestimó puntos como la creación de un "banco de horas" anual que estipulaba una cantidad de horas a cubrir anuales y eliminaba las horas extras. El acuerdo entre el oficialismo y la principal central obrera generó una reconfiguración del panorama sindical peronista, profundizando las diferencias con los sectores disidentes liderados por Pablo Moyano y por Sergio Palazzo (la Corriente Federal), que se acercaron a las dos CTA, al sindicalismo de izquierda y a las organizaciones sociales.
El nacimiento de este nuevo actor político-sindical se vio condensado en un encuentro de noviembre pasado en el predio de los farmacéuticos en Luján, convocado por la Corriente Federal de Trabajadores. Allí, numerosos actores participaron del mitin encabezado por el bancario Palazzo y manifestaron un contundente rechazo al intento de avance sobre los derechos laborales.
“Estaremos unidos con la Corriente Federal de Trabajadores y las dos CTA para oponernos a la pérdida de los derechos de los Trabajadores Argentinos”, afirmó Pablo Moyano en esa oportunidad.
En ese sentido, el dirigente se comprometió “desde la secretaria gremial de la CGT junto a muchos gremios que están en la CGT a acompañar la movilización en contra de la reforma laboral”.
Al término de la reunión, se difundió un documento titulado "Soberanía de las Corporaciones o soberanía nacional en defensa de los derechos de los trabajadores" en el cual denunciaron la negociación entre el macrismo y el triunvirato, en la cual, si bien fueron eliminados algunos puntos del proyecto, se mantuvo la dirección de la reforma.
¿Se aprueba?
Un actor clave de cara al tratamiento de la ley es Guillermo Pereyra, líder del sindicato petrolero de Neuquén -uno de los más poderoso del país-, quien a su vez es senador nacional por el Movimiento Popular Neuquino y preside la Comisión de Energía de la Cámara alta. Durante el último mes y medio se reunió con Mauricio Macri tres veces y hasta el momento el gobierno no logró obtener su apoyo, ya que Pereyra pretende aplazar la discusión de la reforma.
Dentro de la CGT conducida por el triunvirato tampoco es unánime la postura frente a la medida: el titular del gremio de Canillitas, Omar Plaini, aseguró que "nunca una reforma laboral favoreció a los trabajadores" y manifestó su rechazo a la medida. "No la vamos a aceptar de ninguna manera porque es retrotraerse décadas y décadas con la pérdida de derechos de los trabajadores", agregó el diputado. Además, en las últimas semanas se dio el distanciamiento de la UOM, gremio clave en la central peronista. El sindicato de metalúrgicos pidió una "actitud más firme" contra el gobierno de Cambiemos.
Este punto, sumado a la falta de contundencia del apoyo del triunvirato -desde el Vaticano, Héctor Daer, se desmarcó del acuerdo con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca- desencadenó la postergación del tratamiento por parte del bloque peronista conducido por Miguel Angel Pichetto.
De esta forma, el panorama de cara al nuevo período legislativo es incierto y se esperan movimientos dentro del sindicalismo. La principal incógnita gira en torno al rol que jugará Moyano dentro de la CGT y con la Corriente Federal de Trabajadores. Por otra parte, el gobierno tiene menos de dos meses para reforzar su alianza con los líderes del triunvirato y asegurar su apoyo antes del llamado a sesiones extraordinarias.