Denuncian que el macrismo echa médicos mientras avanzan epidemias de dengue y zika
Por Trabajadores del Ministerio de Salud de la Nación
Mientras miles de personas se encuentran en situación de alto riesgo de contraer enfermedades relacionadas a las inundaciones a las que se sumó la epidemia de dengue que está afrontando la región, el Ministerio de Salud de la Nación decide despedir a más de 100 trabajadores y mantiene paralizados los operativos territoriales.
Los despidos más sensibles para el combate de la epidemia de dengue se produjeron en las Delegaciones Sanitarias Federales de varias provincias y en las Unidades Sanitarias de zonas críticas como Clorinda (Formosa), Puerto General San Martín (Rosario, Santa Fe) y Entre Ríos, que forman parte de la estructura que el Ministerio de Salud de la Nación tiene para evitar el ingreso al país de probables epidemias. Esas desvinculaciones se suman a otras llevadas adelante en el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable y en la Dirección Nacional de Maternidad e infancia.
Además, la nueva gestión, mantiene paralizados todos los operativos territoriales de salud, tanto en Capital Federal y en Provincia de Buenos Aires, como en los Centros Articuladores de Políticas Sanitarias de la región NEA (con base en Resistencia), Centro (con base en Rosario) y Cuyo (con base en Mendoza).
Hasta el año pasado estos operativos brindaban prestaciones a más de 6.500 personas por mes, sólo en Capital Federal y Gran Buenos Aires, y en un contexto de brote son de gran utilidad tanto para llevar adelante acciones de prevención y descacharrado en conjunto con la población, como para reforzar y descomprimir la atención médica de los distintos niveles jurisdiccionales.
Este trabajo territorial se desarrollaba a través de 37 Unidades Móviles de Atención Primaria de la Salud equipadas con consultorio clínico, oftalmológico, odontológico y diagnóstico por imágenes, con equipos de salud conformados por alrededor de 200 profesionales que llevan adelante un trabajo interdisciplinario.
También en el marco de la epidemia la cartera sanitaria nacional decidió cerrar el vacunatorio de la Unidad Sanitaria de Huergo derivando a la población al Hospital Muñiz y reduciendo así la capacidad de atención.
Huergo recibía alrededor de 500 personas por día, que se vacunaban principalmente contra la fiebre amarilla para viajar a muchos de los países afectados por el brote de dengue. En ese contexto las personas recibían asesoramiento sobre salud del viajero e información sobre las medidas de prevención y los síntomas del dengue, zika y chikungunya.
Además, la Unidad proveía de vacunas de fiebre amarilla a todos las Unidades Sanitarias del país, lo cual genera un problema en la oferta a nivel nacional.
Sin estrategia clara en emergencia sanitaria
De la situación actual, y del abordaje que corresponde en éstas circunstancias donde la demanda de ayuda sanitaria es vital para la salud, preocupa además:
- La falta de una comisión interdisciplinaria para un abordaje de emergencia, teniendo en cuenta la necesidad de soluciones de infraestructura, energía, vivienda, etc., donde la participación de otras áreas del Estado es imprescindible.
- La ausencia de un plan de trabajo articulado con las áreas sanitarias de los gobiernos locales en áreas fronterizas y zonas afectadas linderas.
- La falta de implementación de sensores de detección de fiebre en todos los aeropuertos internacionales y puntos fronterizos claves para detección precoz de casos de probables de dengue, Zika, Chikunguya u otra enfermedad de importancia internacional, que pongan en riesgo la salud de toda la población.
- La falta de campañas de comunicación activas tanto locales como en medios masivos, y la falta de difusión de manera clara y oportuna acerca de la situación actual de cada provincia y el número de casos afectados.