Familiares de víctimas de la AMIA: "Para la DAIA, el encubrimiento no existió"
Por Memoria Activa
La querella unificada de la AMIA y la DAIA concluyó hoy su alegato en el juicio por los delitos cometidos en torno a la investigación del atentado a la AMIA por trece imputados, la mayoría de ellos funcionarios, quienes tenían la responsabilidad y el deber de brindar verdad y justicia a las víctimas y a la sociedad e hicieron todo lo contrario.
Este armado encubridor es el que los familiares venimos denunciando hace mucho tiempo, es lo que a su vez dictaminó en su sentencia del juicio por el atentado el Tribunal Oral Federal 3 (2001-2004), fallo ejemplar para las víctimas y para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, confirmado luego, en lo sustancial, por la Corte Suprema de Justicia. Y es lo que la dirigencia comunitaria judía, sentada en la última fila de la sala de audiencias, se negó a admitir y pretendió esconder haciendo un análisis a las claras sesgado y descontextualizado de la prueba, en un pacto -para las víctimas vergonzoso y doloroso- con los encubridores.
Frente a ello, las instituciones que falsamente se alegan la representatividad de la comunidad judía argentina, le expresaron a los jueces del Tribunal Oral Federal 2 que continúan afirmando, tal como lo hacen hace años, que no existió encubrimiento alguno por parte de los acusados y que si bien se cometieron irregularidades, éstas no forman parte de ningún armado arquitectónico.
A su vez, criticaron la imputación en este juicio al ex presidente de la DAIA Rubén Beraja por considerarla una manera de ensuciar a la comunidad judía (¿Beraja es la comunidad judía?), dando a entender que la acusación contra el imputado, quien participó del armado encubridor, tendría una impronta antisemita.
Con notable orfandad de argumentos, la querella AMIA/DAIA omitió mencionar que su (¿ex?) presidente traicionó los intereses que representaba y a las víctimas del atentado e incluso se benefició económicamente.
Además, el abogado que leyó el alegato y que dejó claro que lo hacía por “expresas instrucciones” de sus mandantes, sostuvo ,en línea con el ministro de Justicia y a modo de apoyo a los encubridores, que los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia no cometieron delito alguno: “Esta querella unificada sigue creyendo en su inocencia”.
También dejaron afuera de los pedidos de pena a los imputados que, según el resto de las querellas y la fiscalía, participaron de la maniobra ilegal de pago con 400 mil dólares del Estado a Carlos Telleldín para que diera una versión falsa de los hechos en el marco de la causa AMIA e involucrara a policías bonaerenses con el ataque terrorista.
Para justificar su pedido de absolución a los acusados por el pago ilegal, dijeron que lo consideran un delito no reprochable penalmente por un supuesto actuar con buena fe. Será que se rigen por un código penal interno de la DAIA, el cual considera por legítimo y de “buena fe” que funcionarios estatales coordinen, negocien y paguen una declaración en el marco de una causa judicial, cuando tenían a su alcance recursos legales como un decreto de recompensa que evitaron usar deliberadamente.
En este sentido, pidieron se absuelva por el delito de peculado al ex agente de inteligencia Patricio Finnen, a Carlos Telleldín, a su ex pareja Ana Boragni, al abogado Víctor Stinfale, al ex magistrado Juan José Galeano y a Hugo Anzorreguy, entonces titular de la SIDE.
Las penas que sí pidieron
El pedido de penas de prisión lo realizaron, por lo tanto, solamente por los delitos cometidos en torno al desvío de la “pista siria”, que vinculaba con el atentado a una persona cercana al ex presidente Carlos Menem.
Para el entonces mandatario, las instituciones judías pidieron una condena de 4 años de prisión, misma cantidad que requirieron para Anzorreguy.
Por otra parte, la AMIA y la DAIA pidieron se lo condene a 3 años de prisión al ex juez Juan José Galeano, quien llevó adelante la investigación y lideró la maniobra encubridora.
Finalmente, pidieron 3 años para el ex subsecretario de inteligencia Juan Anchezar, y lo mismo para los ex comisarios Carlos Castañeda y Jorge Palacios.
Antes de terminar, la querella insistió en que tiene la “certeza” de que una “conspiración” encubridora del atentado “no ocurrió” e interpeló al tribunal para que “no dude en dictar condenas pero también absoluciones”.