"La ciencia y tecnología son las herramientas para escribir nuestra propia historia"
Por Ignacio Jawtuschenko
Con el telón de fondo de la inédita crisis que vive el sistema científico y tecnológico nacional y los desafíos que tiene por delante el próximo gobierno a partir del 10 de diciembre expusieron Fernando Peirano, economista especializado en desarrollo y ex subsecretario de politica científica, Carlos Gianella coordinador de equipos de Innovación y Ciencia del Instituto Cafiero, el diputado nacional del FpV y expresidente del Conicet Roberto Salvarezza y Ana Franchi investigadora principal del Conicet. Estuvieron presentes autoridades de la universidad, docentes, investigadores, dirigentes sindicales, representantes de cámaras empresarias y el candidato a intendente local por el Frente de Todos, Edgardo Depetri.
“Nuestra ciencia y tecnología son las herramientas para escribir nuestra propia historia” afirmó Peirano, y se refirió a que el gobierno de Macri llevó al sector a una crisis inédita en la que “además de lo presupuestario, se puso en duda la idea de seguir haciendo ciencia y tecnología en la Argentina”. Por eso propuso que además de la recomposición presupuestaria se requiere una profunda renovación de conceptos: “Tenemos esas «islas» que nos llenan de orgullo”, dijo en referencia a sectores como la industria satelital, nuclear, de radares o del software, “pero no alcanzan a mover el amperímetro, no tenemos un sistema tecnológico integrado”, remarcó Peirano. Como ejemplo mencionó que en el país existen alrededor de 180 mil empresas, pero las que son innovadoras en tecnología no pasan del 10 por ciento. Es decir faltan políticas de innovación.
Peirano remarcó que para esa necesaria dinamización del sistema productivo falta un sistema tecnológico articulado, sin el cual es muy difícil que los conocimientos pasen del laboratorio a la industria y al resto de la sociedad. Pymes, cooperativas, empresas públicas, empresas mixtas, centros tecnológicos, son los necesarios “traductores” de la actividad de los investigadores hacia la sociedad: “No puede haber sector «innovador» sin diversidad de actores”, sintetizó. “Es muy poco un INVAP: debemos crear varios INVAP, y para eso hay que abrir el debate y sumar a todos los que quieran crear conocimiento”. Un eventual futuro Ministerio de Ciencia y Tecnología del nuevo gobierno debería tener un nuevo rol articulador “para asegurar que no se esté reinventado la rueda”, pero “todos los ministerios” deberán tener una participación activa en el sistema de ciencia y tecnología. “Incluso si nos va bien, en el sentido de que se logra la tan necesaria recuperación económica, nos vamos a tener que enfrentar con obstáculos conocidos”,dijo y destacó que “reaparecerán las restricciones externas, los cuellos de botella, y el sistema de ciencia y tecnología deberá remontar esos obstáculos”.
Carlos Gianella coincidió en que los argentinos “somos buenos en la creación de conocimiento, los trabajos de nuestros científicos son valorados en todo el mundo, pero no hemos logrado que ese conocimiento se ponga en marcha para solucionar los problemas sociales, ambientales y productivos de la sociedad, impactar sobre el PBI y las exportaciones industriales y la creación de empleo”. Ante la posibilidad de un próximo gobierno de Alberto Fernández, señaló “los equipos de ciencia y tecnología no la van a tener fácil, pero van a tener la convicción de que habrá un Estado que podrá a la ciencia y la tecnología en un lugar central en la producción y el desarrollo”.
“El sector agropecuario es competitivo”, señaló Gianella, “pero no puede ser nuestra única fuente de divisas, sobre todo porque no es una gran generadora de empleo”. Sumando todas las actividades económicas asociadas, el sector agrario apenas puede brindar empleo para el 50 por ciento de la población argentina”, estimó. La política del gobierno de Macri hizo todo para silenciar y empeorar esta realidad: “No les interesa el desarrollo de la ciencia ni la tecnología y creen que se la puede comprar”. Ignoran que los países que cuentan con un desarrollo basado en el conocimiento adoptan una política muy diferente”, dijo.
El conocimiento es poder y Gianella lo describió con detalle: “Para las tecnologías estratégicas y sensibles no hay cursos ni espacios de intercambio: si una nación no «aprende», no tiene posibilidad de participar en los ámbitos de discusión, y las empresas que las desarrollan tampoco se las ceden a otras: sólo las venden cuando ya son obsoletas”. Por eso es vital un rol que hoy el Estado argentino no está cumpliendo: “Nadie puede pensar”, dijo, “que en países como Alemania, Estados Unidos y Japón el Estado no interviene” con políticas para el desarrollo. Las provincias y los municipios, señaló, también cuentan con recursos para incorporar tecnología al desarrollo local: “hay que articular lo que ya existe”, sostuvo Gianella.
“Los municipios, las provincias, las empresas, tienen que usar a la ciencia para resolver sus problemas desde el conocimiento”, coincidió Roberto Salvarezza.“No hay ciencia «útil» o «inútil», desafió, “son los científicos los que están comprometidos o no, y lo que se requiere es una formación para el compromiso”, remarcó. Salvarezza destacó el rol de los centros de vinculación y transferencia y destacó que Alberto Fernández prometió volver a poner a los centros de investigación de pie. Puso énfasis en que la caída de la actividad científica impacta en el nivel de actividad, y citó el ejemplo de los trabajadores de la UOCRA y la UOM por la parálisis del plan nuclear y la tercera central en la localidad bonaerense de Zárate y el cierre de empresas en Bariloche por el freno al desarrollo de Arsat.
“Con 3 investigadores cada mil habitantes, dijo Savarezza, la Argentina es el país con mayor proporción de científicos en America Latina. Esto es una ventaja que debemos aprovechar y articular con el conjunto de la sociedad. Y para eso es clave también fortalecer la educación técnica, y las universidades.”
Conocimiento para el desarrollo
La reactivación del sistema nacional de producción pública de medicamentos fue uno de los temas salientes, expuesto por Ana Franchi, quien es además presidenta de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología. “Hubo gobiernos que sufrieron golpes de Estado por hablar de producción pública de medicamentos”, recordó, en referencia al gobierno de Arturo Illia en la década del ’60. “Además de ser una cuestión de soberanía, gran parte de los 14 mil millones de pesos necesarios para cubrir las necesidades de medicamentos que la gente necesita podrían reducirse sustancialmente”, aseguró.
La industria farmacéutica argentina, que emplea en forma directa a 40 mil personas y a un total de 120 mil contando las actividades asociadas, puede cumplir un importante papel, no sólo en la transferencia de conocimientos: además de la producción local de vacunas como factor de soberanía económica y sanitaria, “enfermedades como el síndrome urémico hemolítico, el mal de los rastrojos o las enfermedades huérfanas de baja prevalencia son problemas de salud locales para los que los grandes laboratorios internacionales no van a ofrecer soluciones”, destacó Franchi, para quien resolver esos problemas, dadas las capacidades con que nuestro país cuenta, “sólo es cuestión de decisión política”.
“Cada posibilidad de fortalecer la deliberación pública debe ser aprovechada, y esta es una gran oportunidad”, expresó en la apertura de la mesa redonda el vicerrector de la UNLa, Nerio Neirotti. Después de las exposiciones, varios representantes de organizaciones sociales y de instituciones públicas platearon sus inquietudes y preguntas. Edgardo Depetri, candidato a intendente de Lanús por el Frente de Todos, destacó la necesidad de trabajar específicamente para fortalecer la salud con el sistema nacional de producción de medicamentos: “Hoy hay un Estado que ha abandonado a la gente, y nuestro problema es el hambre; no me cabe en la cabeza que no podamos fabricar nuestros propios medicamentos y dárselos a la gente que los necesita”.
Por su parte Peirano se refirió también al documento programático sobre Ciencia y Tecnología elaborado por el Frente de Todos, en cuya elaboración está la suma del trabajo 1.800 referentes y trabajadores del sector. Y Planteó un objetivo práctico para el nuevo diseño institucional: multiplicar el acompañamiento del Estado a las PyMES para lograr pasar de 1 mil empresas asistidas a 15 mil por año. “No sólo en lo tecnológico, sino poder brindar apoyo en cuanto a métodos productivos, de gestión de recursos humanos”, dijo. Al cierre Peirano planteó una diferencia entre la idea de "porvenir" y la de “futuro”. “Al futuro lo asumimos de manera activa como partícipes de una construcción colectiva, porque sabemos que sino, el mercado replica las asimetrías existentes. Esta idea de futuro debe apoyarse necesariamente en más ciencia y más tecnología, que permitan ampliar nuestros márgenes de desarrollo, recuperar la soberanía, y volver a escribir el guion de nuestra historia”, concluyó.