“Los últimos doce años han sido de gran avance en políticas sanitarias”
Por Diego Kenis
Medios tan disímiles como Página/12 y Clarín reprodujeron el sábado previo a las elecciones generales un documento firmado por el Foro que nuclea a las Facultades y Escuelas de Medicina Públicas de todo el país y destinado a las autoridades que asuman la conducción del Estado el próximo 10 de diciembre.
Nacido en 2011, el Foro ofreció al futuro presidente y sus ministros un repaso por los principios rectores de la entidad, sus ejes centrales de acción y los objetivos que la guían. Sus postulados se proponen el “bien común”, rechazan el “mercantilismo de la salud” y defienden la calidad institucional como ligada al compromiso de “transformar la educación” de los futuros médicos, observando el carácter social de la profesión y garantizando la universalidad del acceso a los conocimientos.
El médico Pedro Silberman preside el Foro desde septiembre del año pasado, y AGENCIA PACO URONDO conversó con él para conocer más respecto de la agenda de la entidad, sus principios y la evaluación sobre las últimas gestiones en la cartera de Salud pública. Decano del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca, Silberman es el autor de un ambicioso proyecto que busca llevar la enseñanza de la Medicina a ciudades y pueblos pequeños de la región sudoeste bonaerense para evitar el desarraigo estudiantil y formar nuevos profesionales comprometidos con sus entornos de origen.
AGENCIA PACO URONDO: El primero de los principios del Foro rechaza el “mercantilismo de la salud”. ¿A qué se refieren con ello?
Pedro Silberman: En líneas generales podemos identificar dos posicionamientos posibles, en permanente tensión, desde un marco político e ideológico.
El primero es el que sostiene que la salud es un derecho humano, y que es el Estado el principal responsable de garantizarlo.
El otro, es la perspectiva de mercado, donde la salud es un bien negociable, donde la calidad y cantidad de cuidados a los que se puede acceder están determinadas por la capacidad de pago.
La salud, en este último modelo está entendida como una responsabilidad individual, librada a las fuerzas de un mercado que siempre es injusto, pero más aún en la salud, y relegando al Estado a una acción de subsidiador de la pobreza, asistiendo con planes básicos para contención social de los ciudadanos más vulnerables del país.
De esto hay una larga trayectoria donde se pueden visualizar estas disputas, los ‘90 donde el mercado tomó un mayor protagonismo en el campo de la salud, y los últimos años donde el Estado marcó la agenda de la salud con una mejora sustancial de los indicadores vitales del país, como el descenso de la mortalidad infantil, el aumento de la cobertura de vacunas, y las mayores expectativas de vida, entre otros.
El Foro se posiciona claramente en la formación de médicos desde una perspectiva de derecho, intentando promover en los estudiantes un espíritu solidario con la sociedad, no sólo porque es ella quien sostiene a la Universidad Pública, sino porque considera que la salud es un derecho social fundamental. Favorecemos la mirada de la disciplina como una profesión que no solo puede ejercerse liberalmente para apropiarse de una parte del mercado de la salud, sino que puede ejercerse centrada en el derecho a las personas y encontrando en el Estado un lugar posible para desarrollarse y ser protagonistas de la construcción de una organización sanitaria al servicio de los derechos de la ciudadanía.
APU: ¿Cuál es la evaluación que realiza de estos últimos doce años en materia de salud?
PS: Los últimos doce años han sido de gran avance en las políticas sanitarias. Sin entrar en otros conceptos que hacen a la salud, como la infraestructura, la vivienda, el trabajo o el acceso a la educación.
Se implementó un aumento presupuestario considerable en salud, de casi diez veces, y un aumento en las Universidades, sobre todo en Medicina, en términos de docentes, administrativos, recursos físicos y tecnológicos considerables. Han habido políticas muy importantes como el aumento de seis a diecinueve vacunas en el Calendario, el equipamiento tecnológico en los hospitales, la creación de otros nuevos, los programas de formación y capacitación para el primer nivel de atención, la ley de equipos de salud y la de salud mental, la política de medicamentos, fundamentalmente la de producción pública, etcétera.
Por ello, considero que si bien faltarían muchas cuestiones por mejorar y muchas otras para discutir, los avances son innegables y la presencia del Estado en la agenda sanitaria y de la agenda sanitaria en las políticas del Estado son importantes y muy positivas.
APU: Desde la constitución del Foro y en particular desde su asunción de la presidencia, ¿qué nivel de recepción han tenido en las distintas esferas de gobierno?
PS: Todas muy buenas, tanto en el Ministerio de Salud, como en el de Educación, fundamentalmente en la Secretaría de Políticas Universitarias, donde se han comprometido a la financiación del Observatorio Interuniversitario de Carreras de Medicina, el intercambio de estudiantes del último año entre las carreras, entre otras iniciativas. Hemos participado en las decisiones y discusiones de ambos Ministerios en cuestiones de desarrollo e implementación de políticas asistenciales como de formación y de investigación. Hemos compartido mesas de debates sanitarios en las reuniones del Consejo Federal de Salud (COFESA) y en la confección e implementación de programas del Ministerio como del PAMI, entre otros. Pero también el Foro ha sido un catalizador y amalgamador del trabajo entre las facultades, lo que antes era impensado. Hoy es un grupo muy cohesionado que no solo no compite entre sí sino que colabora en las dificultades y comparte las potencialidades de cada carrera.
APU: ¿Considera que existe riesgo de que prime un mercantilismo en el área a partir del 10 de diciembre, en cada escenario posible?
PS: Dependerá el posicionamiento que se tome en la tensión que te expresé antes en el campo de la salud, la visión de la salud como un derecho en tensión con la visión de la salud como una responsabilidad individual librada al mercado. Esa disputa es la que deberá resolver el próximo presidente: cuál será el direccionamiento se verá en sus políticas de gobierno, no solo en salud específicamente, sino también en las demás áreas, como vivienda, infraestructura, o trabajo.
APU: ¿Qué políticas o programas concretos permitirían alcanzar los principios expuestos, como la universalidad en el acceso a aprendizajes o el ejercicio de la Medicina desde una perspectiva social?
PS: Una política claramente definida de base en la atención primaria y en la producción pública de medicamentos incluiría en concreto medidas que permitirían pensar en un acceso universal, siempre considerando que hay esferas que son determinantes para el acceso y que no corresponden directamente a salud. En cuanto a los aprendizajes, creo que una política de ingreso a Medicina donde se pueda incluir sectores sociales que no han podido acceder y un campo laboral donde el Estado sea el principal efector y regulador haría seguramente a un ejercicio de la medicina comprometido socialmente, con una impronta ético política centrada en el ciudadano y sus derechos.
APU: Indica el Foro estar comprometido en “transformar la educación”. ¿Hacia dónde considera que debe ir la formación de los futuros profesionales de la salud?
PS: La formación debe ir hacia una mirada integral del proceso salud- enfermedad- atención- cuidado, donde se incluya la determinación social, aquellos mecanismos de desgaste individual, de producción y consumo en particular y condiciones ambientales y jurídicas en general. El nuevo médico será un profesional que formará parte de un equipo de salud, que con su saber completará y enriquecerá el abordaje sanitario, donde ya sin excusas no podrá ser más unidisciplinario. La complejidad del proceso salud- enfermedad- atención- cuidado requiere que las diferentes disciplinas complementen y enriquezcan sus saberes para dar un abordaje conjunto y dejar, definitivamente, la mirada fragmentada y alienante de una persona transformada en partes orgánicas separadas. Los nuevos médicos deberían estar comprometidos con esta mirada y tener herramientas para ejecutarlas.
APU: Puntualiza también el Foro la necesidad de establecer “áreas prioritarias”, implementar políticas para favorecer la radicación de programas en “regiones desfavorecidas” y promover la “investigación traslacional”. ¿En qué consisten estos ejes y cómo pueden alcanzarse?
PS: Las regiones desfavorecidas en nuestro país no están sólo en provincias alejadas del nivel central, sino también en regiones cercanas a grandes ciudades de las provincias centrales. Esto significa que las grandes ciudades han cooptado la práctica de los profesionales con una consecuencia o una estrategia que favorece la híper especialización y la sobreoferta. Existe una aceptable relación médico/habitante, pero su distribución geográfica y de especialidades responde a lógicas del mercado, lo cual hace muy difícil solucionar problemas ajenos a éste.
Igualmente es un escenario de análisis muy complejo. Lo que las Universidades pueden aportar a esta situación son, entre otras, políticas de ingreso de ciudadanos de estas regiones y la posibilidad de que se formen tanto en el grado como en el posgrado cercano a sus regiones de origen para evitar el desarraigo total, políticas educativas donde favorezcan la formación en Medicina con mayor anclaje comunitario, y fundamentalmente una formación interdisciplinaria y de calidad.
En cuanto a la investigación traslacional tiene que ver con la asociación de los investigadores clínicos con los básicos en problemáticas de salud concretas y aplicables aprovechando la experiencia diferente y complementaria de ambos.
APU: ¿Cuán fuerte siguen siendo las corporaciones médicas o la industria farmacéutica, y en qué medida se oponen a los postulados y objetivos del Foro?
PS: El problema de base a discutir con el complejo médico industrial y la industria farmacéutica es la renta. Es inadmisible que en aspectos tan sensibles como los medicamentos se manejen márgenes de ganancia de especulación y usura. La pregunta para la sociedad es si tiene que existir renta en estas áreas. O, para ponerlo en otros términos, ¿es ética la plusvalía sobre el sufrimiento de las personas?
Nada tiene que hacer la industria, que tiene un objetivo comercial, en las Universidades ni en los congresos profesionales. Es casi una relación corrupta, que debe regularse claramente para evitar las complicidades en las indicaciones o preferencias de medicamentos o insumos médicos.
(Foto: diario Época)