Macri lo hizo: cayó la demanda de comida y medicamentos
La Universidad Nacional de Avellaneda realizó un estudio en el que indica qué en los últimos doce meses, los alimentos aumentaron casi un 90 por ciento. Este valor casi duplica la inflación general del 50 por ciento que se registró en el mismo periodo interanual.
El relevamiento del Observatorio de Políticas Públicas de dicha Universidad detalló que de octubre 2018 a octubre 2019, los alimentos que más subieron fueron el queso sardo (90,3 por ciento), la manteca (87,8 por ciento), el yogur firme (87,7 por ciento), el dulce de leche (75,2 por ciento), la yerba (63,4 por ciento) y el pollo (60,2 por ciento).
"En el Gran Buenos Aires, de 59 productos relevados, 34 crecieron por encima de la inflación promedio, es decir, más de la mitad de los productos de la canasta básica", detalló el documento de la UNDAV. Estos precios dan a conocer que según el haber mínimo que percibe un jubilado, el 87 por ciento de su ingreso a comprar comida de la canasta básica. Del mismo modo, la canasta básica alimentaria representa el 72 por ciento de sus ingresos.
Esta evolución de los precios se transfirió no solo en la disminución de productos alimenticios, sino que en muchos casos estos se encuentran sobrepoblados de grasas.
Por otro lado, la Universidad Católica Argentina junto con la Defensoría del Pueblo Bonaerense indicaron que 2 de cada 10 hogares de la Ciudad y el Conurbano dejaron de ir al médico y/o recortaron la compra de medicamentos. Solo entre el 2017 y 2018, cuando no se había dado el crecimiento exponencial inflacionario, el 28,7 por ciento ya había expresado que al menos había recortado una consulta médica.
Mientras que el recorte se registró más en el Conurbano, los grupos que menos accedieron fueron los varones (36,5 por ciento) y los jóvenes de 18 a 24 años (38,9 por ciento).
Del mismo modo, los síntomas de problemas psicológicos subieron y entre 2017 y 2018 el incremento fue del 18,6 al 22,4%. Donde más se percibió fue entre los sectores más pobres (35,6%), los trabajadores marginales (34,5%), y en el conurbano sur (23,2%)