Crimen en San Miguel del Monte: "La Policía sigue matando pibes y pibas en nuestro país"
Por Micaela Rodríguez
Entre roscas, especulaciones y climas triunfalistas la Policía sigue matando pibes y pibas en nuestro país. Pero la policía es solo el último eslabón de una cadena de corrupción, ineptitud y lógicas políticas puestas al servicio siempre de la muerte y la tortura.
Casos de los más variados de violencia institucional y gatillo fácil ocurren y vienen ocurriendo históricamente en cualquier municipio de cualquier provincia de nuestro país. Sin distinción de sello político gobernante.
En algunos hay más vía libre que en otros, porque la falta de control sobre las fuerzas de seguridad nunca es falta de control sino un "dejar hacer" de las autoridades y en otros casos directamente es la forma que los funcionarios de alto o medio rango le piden a esas fuerzas que adopten.
Buscando la "biografía política" de la intendenta de San Miguel del Monte Sandra Mayol, lugar donde la policía acaba de asesinar a sangre fría a 4 jóvenes (casi niños) que solo cometieron el delito de salir a dar una vuelta en auto por la laguna de su pueblo, vemos que su familia fue propietaria de una de las fábricas de lácteos más importantes de la región. Estudió Abogacía en la Universidad Nacional de Buenos Aires y que en el 2005 accedió al Honorable Concejo Deliberante de la mano del Frente Para la Victoria.
• En el 2007 se pasó a Unión PRO.
• En el 2011 fue candidata a Jefa Comunal por Unión PRO.
• En el 2013 fue electa Concejal por el Frente Renovador y finalmente ganó las elecciones de 2015 por Unidos por Una Nueva Alternativa con el 49,79 % de los votos.
Claramente toda una privilegiada que lejos de acceder a la política por una motivación ideológica lo hizo por medio de su posición "dominante" en su pueblo o región. Su ir y venir por sellos partidarios la alejan aún más de lo que para muchos y muchas de nosotros y nosotras se considera una "militante".
Casos como el de Mayol hay miles, diría tristemente que son los más en la política clásica liberal y burguesa.
Padres de uno de las jóvenes (casi niños) asesinados por la policía dijo en cámara que en su pueblo es como si "hubiesen vuelto los milicos" por las formas en que se manejan las fuerzas, las torturas a las y los adolescentes y las prácticas corruptas y arbitrarias.
Si bien está claro que en los últimos años con Macri en el gobierno y una ministra de seguridad que dice abiertamente que "el que quiere andar armado ande armado" y que premia a policías que asesinan por la espalda no resulta extraño que estos casos se hayan profundizado. Pero sabemos que nunca dejaron de ocurrir. Ni siquiera durante el kirchnerismo, un gobierno que manejaba un discurso mucho más progresista a la hora de hablar de políticas de seguridad. Discurso que en la mayoría de los casos podía materializarse en términos de súper estructura, por ejemplo en materia de movilización social (en pleno centro de la capital al menos) pero que difícilmente permeaba en distritos del conurbano y provincias del interior del país. Sin caer en compararlo con lo que vivimos ahora pero sin ser ingenuos tampoco.
La responsabilidad por cada muerte en manos de la policía debe recaer en todos los funcionarios que no quisieron, o no pudieron por ineficacia evitarlas. Pero sin volver a caer en la ingenuidad sabemos que el que no puede es porque no quiere, y porque prioriza sus negocios espurios, y sus manejos corruptos y en eso tampoco hay sello político que quede al margen. Porque la corrupción es transversal a cualquier espacio político, y cuanto más abajo en la cadena del estado nos vamos más transversal se vuelve.
En un año de poses, fotos e intereses no podemos dejar a un costado estas discusiones. Si bien sabemos que tristemente rosca pareciera que mata ideología, mata feminismo y mata todo lo que no huela a coyuntura electoral y carreras por el poder al menos deseo que las nuevas generaciones, los que todavía creemos que la política debe ser la herramienta de los pueblos para lograr su definitiva libertad y felicidad, y no una carrera hacia conquista de egos individuales, podamos estar por encima de la coyuntura y el reparto aun imaginario de lugares en listas y ministerios.
Ni un pibe y ni una piba menos. Gobierne quien gobierne.