“Fue el primer acto de persecución política bajo el mandato del nuevo gobierno”
Por Santiago Asorey
Durante el día de ayer se conocieron las denuncias mediáticas por un desalojo violento y persecución a militantes políticos en el Centro de Artes “Batalla Cultural”, Unidad Básica de la Secretaria de Cultura del Frente para la Victoria (FpV), ubicada en Sturiza 557 en la localidad de Vicente López. Las denuncias mediáticas apuntaron directamente por la represión al intendente Jorge Macri, primo del principal referente del PRO.
Apenas pasaron un par de días de la asunción del Presidente de la Nación, Mauricio Macri y de la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal y ya se conocieron las primeras denuncias mediáticas por “persecución política e ideológica”. Según los testimonios del hecho una decena de efectivos de la policía bonaerense clausuró el centro cultural después de golpear, arrastrar, e insultar a las personas que estaban en el lugar.
“Nadie me lo contó. Yo estuve ahí. Con espanto y horror asistí anoche al pasado, como en una sesión de espiritismo, al regreso de un tiempo pretérito y salvaje. Con inusitada violencia, a bordo de diez patrulleros, decenas de policías de la Seccional Primera de Policía de Olivos, clausuraron el Centro de Artes Batalla Cultural”, denunció en las redes sociales el relator deportivo de radio, Walter Saavedra.
“Fue, creo, el primer acto de persecución política e ideológica bajo el mandato del nuevo gobierno, a escasas horas de asumir. Chicas de 20 años arrastradas de los pelos, pateadas en el suelo y varios pibes detenidos y molidos a golpes dentro de la Seccional. Comenzó la caza de brujas. El macarthismo, otra vez en superficie”, agregó Saavedra.
Tanto la concejal Julieta Martínez Moltó como Gustavo Matías, responsable político del Centro Cultural y dirigente de La Cámpora, recibieron golpes y maltratos físicos. El dirigente fue esposado y trasladado hasta la comisaria donde fue golpeado nuevamente. En dialogó con la prensa afirmó que “cuando nos golpeaban se reían y nos decían que nosotros no existíamos más, que éramos sus favoritos para pegarnos.” “A uno de los compañeros lo metieron en una cocina y le pusieron una bolsa negra en la cabeza. Me hace acordar a las peores épocas de la Argentina”, agregó a la prensa el dirigente político.
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