Gatillo fácil: la policía fusiló a un cooperativista por la espalda
Por Marianela Nappi de La Campaña Nacional Contra la Violencia Institucional
Diego Rivadero, trabajador municipal y padre de cuatro hijos, estaba jugando en la canchita del barrio cuando vio entrar por uno de los pasillos a un Fiat Siena a toda velocidad. Dos personas se bajaron del auto y comenzaron a correr. Detrás de estos, un patrullero de la policía que, según cuenta la versión oficial, “confundió” a Rivadero con uno de los jóvenes que entraron con el auto presuntamente robado, justificando la balacera y la ejecución policial de Rivadero.
“La gente nos cuenta que después de dispararle lo esposaron, le tiraron dos armas y le pegaron dos tiros más para decir que era un enfrentamiento”, remarca Carmen Echegaray, tía de Diego.
Durante el resto del fin de semana, la familia rearmó el rompecabezas de las distintas versiones de lo sucedido. Todas coincidían en lo mismo: le dispararon tres veces en primera instancia, dos veces ya estando en el piso. “Esposado, le pegaron en el piso, y la gente le gritaba que cómo había hecho eso, y la policía se agarraba la cabeza y gritaba”. Varios de los vecinos que salieron a la calle inmediatamente después de los disparos, reconocieron a la sargenta de la Comisaría Nº 3 de Avellaneda, quien “en total ya tiene tres muertes”, tal como contó a Radio Gráfica, Mario Manrique, hermano de Daniel.
En este sentido, tanto Carmen como Mario aseguran que si bien existen muchos testigos “cuando se trata de la policía, tienen miedo”. La investigación es llevada adelante por la Unidad Fiscal Nº 3 de Avellaneda, a cargo de Elbio Laborde.
La versión oficial
Echegaray insiste en destacar cómo asesinaron a su sobrino ya que “los medios lo quieren hacer pasar como un barra brava y un delincuente, y no todos los que viven en una villa son delincuentes. Mi sobrino era un trabajador, un cooperativista”.
Las fuentes policiales hacen circular distintas versiones sobre un enfrentamiento entre la barra brava de San Telmo y la policía. El caso adquiere relevancia al formar parte de la cobertura en medios como OLÉ, en el marco de la suspensión del partido de la B metropolitana San Telmo – Armenio, porque no estaba garantizada la seguridad del estadio. A las 11 de la mañana, la policía a cargo del operativo de control, envió comunicado al club para informarles que no prestarían servicio. El diario deportivo del Grupo Clarín destaca con indignación que ya se había abonado una suma de $38.720 para el operativo securitario. La justificación de las fuerzas habría sido que “temían nuevos enfrentamientos entre barras mientras se desarrollaba el partido”.