Gatillo fácil: nueva audiencia del juicio por el asesinato del joven Marcelo Montenegro
Por Colectivo de Medios de Comunicación Populares*
Se llevó a cabo una nueva jornada de debate en el juicio oral contra Emmanuel Alejandro Díaz, Mario Nicolás Medina y Diego Marcelo Calderón, los tres policías imputados como coautores penalmente responsables de homicidio agravado del joven Marcelo Montenegro (21), en la madrugada del 7 de julio de 2012, en el barrio de Villa Lugano. La quinta audiencia tuvo lugar en el Tribunal Oral 30 de la calle Paraguay, ayer, miércoles 18 de abril.
En este marco, un ingeniero especialista en telecomunicaciones, que actualmente también forma parte de la Policía Federal, precisó detalles técnicos y de protocolo sobre el funcionamiento de los móviles de comunicación que usaban los oficiales cuando ocurrió el asesinato del "Pela". Este testimonio era esperado por la querella porque la coartada de la defensa de los policías imputados afirma que hubo un error en las modulaciones del sistema de comunicaciones: las pericias dejaron al descubierto que informaron sólo la persecución al vehículo donde iba Marcelo y no un enfrentamiento con armas, como agregaron después para justificar su accionar. La hipótesis de la querella es que la policía avisó la situación una vez que el auto ya había chocado y se dan cuenta de que Montenegro estaba grave y podía a morir.
Según la explicación del ingeniero el botón de emergencia del radio se presiona cuando hay un enfrentamiento de riesgo de vida, y si está ocupado queda a la espera para ser atendido. Lo que demuestra que si hubo disparos antes del choque la policía debiera haber apretado el botón y no lo hizo. Entonces no hubo enfrentamiento, Montenegro fue acribillado. En esta audiencia declararon cinco testigos, tres de ellos policías que en sus declaraciones dijeron no acordarse de los hechos, como suele ocurrir en los casos donde están implicadas y dan su testimonio las fuerzas de seguridad. También habló un vecino que transitaba con su auto por Piedrabuena y Saraza momentos después de que Marcelo recibiera un balazo de la policía; los efectivos frenaron su marcha para que saliera de testigo y frente al Tribunal sólo describió la escena. La audiencia continúa el miércoles 25 de abril a las 11:30 hs.
Rosa Montenegro, la madre de Marcelo, expresó con contundencia: "No entiendo de tecnicismos pero le pido a Dios que le de sabiduría a los jueces, quiero que se haga justicia por mi hijo". Estuvo acompañada por Roxana Cainzos, mamá de Nehuén Rodríguez (asesinado en 2014 por el policía metropolitano Daniel Castagnasso) y, también por Rosa Bru, la mamá del estudiante desaparecido en democracia Miguel Bru. La familia Montenegro es patrocinada por la Asociación Civil Miguel Bru, con la asistencia de los abogados Nahuel Berguier, Federico Paruolo y Gabriela Carpineti. Interviene la Fiscalía General N° 26 y colabora la Procuraduría de Violencia Institucional.
“Ningún policía vino a decirme ´señora, pasó esto y esto con su hijo`. En la comisaría me decían que no había ningún muerto”. Pero contó a los medios de comunicación populares que la policía llamó a su casa por la noche para saber qué estaba investigando, que fueron a preguntar por ella en su trabajo y que averiguaron todos sus datos. Cuando en 2012 retiró el cuerpo, el certificado de defunción decía que estaba muerto el otro chico. Tuvo que reclamar por la identidad de Marcelo. Así Rosa se dió cuenta de que algo estaba pasando. El día que volvió del entierro y se tiró en la cama, su hija menor que en ese momento tenía un año, se sentó frente a ella y mirando la foto de su hermano le dijo: “Ma, a Pela mató yuta. Pum”.
Desde septiembre pasado la familia Montenegro espera el juicio oral; lo postergaron cinco veces, como suele pasar con los casos de violencia institucional. “Yo estuve preguntando, averiguando, y los chicos no tenían armas. Cuando volvían para el barrio, parece que los quisieron parar, siguieron de largo y chocaron. Los vecinos me contaron que escucharon primero el choque y después los disparos. Testigos yo no tengo porque le tienen miedo a la policía. Eso me bajonea porque todos los que hablan son policías y dicen cosas que no es así. Los pibes me dicen ´nosotros no podemos´ y lo entiendo, sé que los persiguen. Si yo que no ando en nada fui perseguida imagínate los pibitos”.
No puede evitar que la voz se le quiebre, se le haga un nudo de llanto en la garganta cuando trata de explicar su sensación sobre el desarrollo del juicio: “Mirando todo como va, los dejan sueltos y no es justo. Yo quiero que se haga justicia. En casi seis años que estoy dando vueltas por todos lados siempre me cerraron puertas porque es contra la policía”. El maltrato cotidiano a las familias de los pibes de los barrios vulnerables es moneda corriente en las salas y pasillos de Tribunales. “Aunque sea algo chiquito también te pone mal. El miércoles pasado yo estaba sentada en una silla y me hicieron levantar para darle a un policía. Hicieron que me siente a un costado y en este momento me da bronca porque somos todos iguales. Un título o ir a la escuela no te hace más que nadie”. Rosa Montenegro tiene catorce hermanos y cuenta que cuando eran chicos por más que querían ir a la escuela no podían. Vive en la villa Ciudad Oculta de Mataderos y trabaja desde los 14 años como auxiliar en un jardín de infantes del barrio. “Estoy en la lucha para que se sepa la verdad y salga a la luz, porque ellos mienten todo”.
*FM La Caterva, FM Riachuelo, Radio Gráfica, La Retaguardia, Agencia Paco Urondo, Sur Capitalino, La Obrera Colectivo Fotográfico.