Jorge Julio López: el hombre que desapareció dos veces

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    Jorge Julio López
DOCUMENTAL

Jorge Julio López: el hombre que desapareció dos veces

18 Septiembre 2025

Tras varias funciones platenses, a principios de octubre López, el hombre que desapareció dos veces llega al Cine Gaumont. El documental, dirigido por Jorge Leandro Colás, propone reconstruir una de las historias de injusticia de nuestra democracia: la doble desaparición del militante Jorge Julio López, sobreviviente de la dictadura y testigo contra Miguel Etchecolatz. De octubre de 1976 a septiembre de 2006, la obra desentierra hipótesis y discursos, con mayor o menor repercusión mediática, a partir de testimonios corales. Las funciones serán de jueves a miércoles a las 18:30 hs en el Cine Municipal Select, de La Plata -a excepción del domingo, que irá a las 18 hs-, y el jueves 2 de octubre en Gaumont

A lo largo de poco más de una hora, Colás, también responsable del guion junto a Tomás De Leone, construye un verdadero documental contra el silencio. Casi veinte años después, la herida sigue abierta: ¿Dónde está Jorge Julio López? El foco vuelve a estar puesto en el entramado -entre justicia, policía y política- que permitió, por acción y omisión, su desaparición y posterior encubrimiento en las primeras horas de la investigación. Tres décadas entre una y otra, posiblemente los mismos perpetradores.

La familia sigue buscando respuestas y justicia, con Rubén López, el hijo, como principal exponente del documental, al que se suman diversos testimonios. Por un lado, Guadalupe Godoy y Myriam Bregman, abogadas querellantes en el proceso contra Etchecolatz, en el que el militante había declarado, y Carlos Rozanski, a cargo de aquel juicio. Por otro, Felipe Solá, gobernador bonaerense por aquel entonces, que intenta explicar las razones del proceder de la fuerza. También aportan las periodistas Adriana Meyer y Luciana Rosende, entre otros letrados y ex funcionarios.

López, el hombre que desapareció dos veces busca poner en agenda el caso en el contexto político particular que atravesamos. “Nos parece interesante que cuente específicamente desde este presente”, afirma el director rionegrino. Al mismo tiempo, destaca la importancia de la pieza como registro y valor cultural para la construcción de memoria.

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El caso

El primero de los juicios de lesa humanidad reabiertos fue el de la causa contra Miguel Etchecolatz, ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense y mano derecha del jefe policial provincial, Ramón Camps, durante la dictadura. En ella declararía, durante la instrucción en 2005 y el juicio oral en 2006, Jorge Julio López, militante peronista y albañil.  

Casi tres meses después era el día de los alegatos, pero el 18 de septiembre es recordado por la segunda desaparición de Julio López. La última persona que lo vio fue Abel Horacio Ponce, expolicía y vecino. Al día siguiente, el Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata, presidido por Rozanski, acompañado por Norberto Lorenzo y Horacio Insaurralde, condenó a Etchecolatz a reclusión perpetua por crímenes de lesa humanidad. La lectura de la sentencia se interrumpió por una lluvia de pintura roja, que alcanzó al represor antes de que se retirara entre gritos de “asesino”. Era su tercera condena por delitos durante la dictadura. 

El Juzgado Federal N°1 de La Plata, a cargo de Manuel Blanco, hasta su muerte en 2014, fue el asignado para investigar la desaparición de López. Durante los primeros meses, la causa fue caratulada como desaparición simple y la Policía Bonaerense fue la encargada de la investigación. Organismos de derechos humanos denunciaron la participación de miembros activos o retirados de dicha fuerza. En mayo de 2008 se cambió la carátula a desaparición forzada y la Bonaerense fue apartada. La sospecha se incrementó en octubre de 2014 cuando Etchecolatz fue condenado por delitos cometidos en el centro clandestino de detención La Cacha. Durante la lectura de sentencia, un fotógrafo capturó como el represor sostenía un papel donde se leía escrito a mano "Jorge Julio López" y, desde otro ángulo, “secuestrar”.  

En 2020, la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de La Plata comenzó el entrecruzamiento de más de cinco millones de llamadas telefónicas y el cotejo de varios cuerpos NN. A pesar de las sospechas sobre el entorno de Etchecolatz, policías que fueron sus subordinados y un sector del Servicio Penitenciario Bonaerense, la causa está en un punto muerto hace años sin pruebas concretas. Tras la desaparición en 2006, el Ministerio de Justicia creó el Programa Verdad y Justicia, destinado al seguimiento del proceso de Memoria, Verdad y Justicia en su conjunto.    

Luego casi veinte años, la definición que alguna vez mencionara Adriana Calvo, referente de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, es la que más se adecua: “La causa por la desaparición forzada de Julio López es un monumento a la impunidad”.