Lilia Saavedra: “Se hizo Justicia por Lucas González”
La violencia Institucional es racismo. Es ejercida por diversas instituciones del Estado, que impacta selectiva y discrecionalmente sobre determinado sector de la sociedad, también se concreta cuando las distintas fuerzas de seguridad del estado que reprimen, torturan, secuestran y asesinan, que no son casos aislados, existen practicas sistemáticas dirigidas por lo general contra los jóvenes negros, pobres y de barrios populares.
Se trata de una violencia con perfilamiento racial, invisibilizada, naturalizada y pocas veces discutida, son practicas violatorias a los Derechos humanos que, por gravedad extensión y su masividad afecta la vigencia plena del estado democrático de derecho.
Debemos considerar que todavía no se ha logrado políticas que permitan articular los recursos necesarios para dar una respuesta eficaz a tan complejo problema, todo eso enmarcado en un proceso que pongan los derechos humanos como prioridad absoluta en el accionar de las fuerzas de seguridad del estado, este punto resulta crucial y necesaria una ley contra la violencia institucional dónde incluya el perfilamiento racial ya que gran parte de las dificultades se encuentran la disparidad de criterios que distintas instituciones intervinientes sostienen alrededor de este flagelo que es el racismo.
Este es el reclamo que vengo haciendo y exigiendo hace 24 años porque a mi hijo lo asesinó un gendarme que antes de disparar y apuntándole a la cabeza le dijo “No te metas negro de mierda” en circunstancia que el Cabo de gendarmería Juan Sebastián Acosta golpeaba a un adolescente que se encontraba en situación de calle y mi hijo Sugus salió a defender y exigir los derechos. Acosta lo fusiló de un tiro en la cara, el 6 de junio de 1999 desde ese momento salí a luchar por justicia con la herramientas que nos da la democracia y comencé a hablar del perfilamiento racial que tenían en ese momento los asesinatos que cometía las fuerzas de seguridad del estado.
Es necesario celebrar el fallo condenatorio por el asesinato del joven Lucas González, dónde en ese juicio se haya incluido el odio racial como agravante, este fallo traerá a los padres, familiares y amigo de Lucas un poco de sosiego a tanto dolor inconmensurable que es la muerte de un hijo, dónde también sentará precedente y esperanza que los próximos juicios a realizar por esta temática.
Tengamos en cuenta que es la primera vez que se logra condenar por odio racial. Se me viene a la cabeza el asesinato de Fernando Baez Sosa, que también fue un crimen racial, los abogados y la justicia no lo tuvieron en cuenta ese agravante. Insisto que es necesario y urgente realizar una ley contra la violencia institucional con perfilamiento racial, es una herramienta necesaria que nos otorga la democracia para defender y exigir nuestros derechos, deseamos un mundo sin violencia ni racismo.