"Me lo mataron": nueve años sin Jonathan Kiki Lezcano
Por Colectivo de Medios de Comunicación Popular*
Visitar la “Casita de Kiki” en la Villa 20 de Lugano es siempre movilizador. Puede que sea para asistir a alguna de las múltiples actividades que allí se realizan: el comedor El Enano, el apoyo escolar para les pibes del barrio, el acompañamiento a familiares de víctimas de violencia institucional, talleres de educación popular, etc. Pero es sin dudas especial hacerlo cuando realizan el festival cultural que recuerda a los jóvenes Jonathan “Kiki” Lezcano y Ezequiel Blanco, asesinados por el policía federal Daniel Veyga, el 8 de julio de 2009.
Desde temprano les militantes de la Casita, junto con familiares, amigas/os y vecinas/os preparan las calles del barrio para recibir a quienes se arriman a compartir una tarde de memoria, donde se sigue buscando verdad y justicia. Desde la participación de un grupo de payasas/os al espacio de juegos para les pibes, desde la radio abierta a las bandas sonando en el escenario, desde la muestra fotográfica a la parrilla con precios populares; son muchas las actividades que se realizan con el fin de construir entre todas y todos el acompañamiento necesario para que sea este, también, un día de alegría. Es que tanto Angélica, la mamá de Kiki, como cada una/o de sus hermanas/os llevan esa memoria adelante como un ejemplo de lucha por lo que pasó, pero con un fuerte compromiso por lo que está por venir. Así nació esta Casita, que en estos años de malaria económica ha sumado una nueva actividad para el barrio: un comedor popular.
El Festival es también una oportunidad para que familiares de víctimas de violencia institucional se acerquen a contar su caso, y a organizarse para buscar justicia. Un camino que no es para nada sencillo, especialmente para quienes menos tienen. Eso lo vive día a día Angélica, que tras esperar 8 años un juicio, tuvo que escuchar cómo el Tribunal Oral Criminal Número 16 sobreseía al asesino de su hijo. Esta lucha, que sigue abierta, la impulsa a acompañar a todas esas madres que se acercan a la Casita, y que encuentran en el Poder Judicial más trabas que ayuda. Allí la vimos en Tribunales, junto a Roxana Cainzos, por ejemplo, cuando el caso de Nehuen Rodríguez llegó al juicio oral. Y así la vemos en cada marcha, cada acto donde pueda sumar su palabra y su experiencia de organización.
En la tarde del domingo 8 de julio de este 2018 se vivió un momento especialmente emotivo. Fue cuando se conformó una ronda de madres y familiares frente al escenario, contaron sus casos y reclamaron al unísono justicia por las pibas y los pibes asesinados por las fuerzas de seguridad. En sus voces estuvieron nuevamente presentes Marcos Acuña, Jonatan Herrera, Nehuen Rodríguez, Omar Cigarán, Pablo César Reynaga, Fabián Gorosito, Pablo “Paly” Alcorta, Marco Antonio Nuñez. Nombres de un exterminio silencioso, y de un dolor que se transforma en lucha en las barriadas populares. Escuchar de tantas bocas el terrible “me lo mataron”, sentir su falta en carne propia. Juntas/os invitaron a sumarse a la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil y la represión del Estado, que se realizará el 27/8 a las 16 horas de Congreso a Plaza de Mayo. La marcha también será en Tucumán, Rosario, Mar del Plata, Neuquén, Bariloche, Córdoba, Mendoza, San Juan y Santiago del Estero.
“Quería agradecer de corazón a corazón a los familiares, decirles que estamos juntas”, dijo al cierre Angélica. “Nos paramos en el dolor y seguimos con amor, para que a otras madres no les pase”, agregó emocionada. Un ejemplo de lucha que nos impulsa hacia un camino de justicia, que sólo se logrará organizadas/os. Porque como dijo Angélica: “Tenemos que hacernos visibles, porque somos los invisibles para aquellos que están en el poder”.
*FM La Caterva, FM Riachuelo, La Retaguardia, Agencia Paco Urondo, Sur Capitalino, ANCAP