PROCUVIN denunció inacción policial durante la toma y destrozos en Tiempo Argentino
La Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN) formalizó en las últimas horas una presentación judicial ante el Juzgado Criminal de Instrucción 7 para que se investigue la inacción de efectivos de la Policía Federal que presenciaron la toma del edificio en que funcionan la radio América y el diario cooperativo Tiempo Argentino por parte de una patota encabezada en la madrugada del lunes 4 por Mariano Martínez Rojas, el supuesto nuevo dueño grupo mediático que desde diciembre no paga los salarios de sus periodistas.
De este modo, la PROCUVIN recogió el relato de los propios trabajadores de la cooperativa “Por más Tiempo”, que se presentaron ante la Dirección General de Acceso a la Justicia. Encabezados por el presidente de la Cooperativa, Javier Borelli, los trabajadores testificaron que “uno o dos patrulleros” se acercaron al lugar tras una denuncia telefónica al 911, pero no hicieron movimiento alguno por detener el delito en curso, que incluyó agresiones físicas a tres trabajadores –uno de ellos, con discapacidad motriz- y la destrucción del lugar, sus muebles y archivos.
La denuncia, que quedó a cargo del juez Omar Peralta, subraya que los policías “no hicieron uso de ninguna de las facultades previstas” en las normativas vigentes “ante la posible comisión de un delito de acción pública” que se consumaba ante sus ojos.
El texto de PROCUVIN, firmado por su titular Miguel Palazzani y el responsable de su área de Violencia Policial Maximiliano Medina, puntualiza además la violación del artículo 184 del Código Procesal Penal, que obliga a los efectivos a “cuidar que los rastros materiales que hubiere dejado el delito sean conservados y que el estado de las cosas no se modifique hasta que lo disponga la autoridad”, e impedir que “ninguna de las personas que se hallaren en el lugar del hecho o sus adyacencias se aparten de aquél ni se comuniquen entre sí”.
El mismo artículo obliga a las fuerzas policiales a “aprehender a los presuntos culpables” del delito que presencian, con los que en cambio negociaron primero y dejaron ir después de concluida la toma de Tiempo Argentino. “Aparentemente, según uno de los testigos, esta negociación fue efectuada a instancias de una fiscal que estaba interviniendo ante este suceso”, dice el texto de la denuncia, que solicita entre las medidas de prueba conocer los nombres de los uniformados que participaron del operativo y si efectivamente se comunicaron con algún magistrado durante su desarrollo.
Palazzani y Medina marcaron además que el accionar de la patota, con el aporte de la inacción policial denunciada, no produjo sólo las agresiones físicas que padecieron los tres trabajadores que se encontraban en el edificio y los destrozos en las instalaciones y muebles, sino que lesionó “el derecho en el que se asienta nuestro propio sistema democrático: el de la libertad de expresión, no sólo de los miembros de la Cooperativa sino también de sus lectores, quienes ven afectado su derecho a la información”.
Ante la participación de la Policía Federal en el hecho, la PROCUVIN solicitó que una fuerza distinta sea la encargada de la custodia de la sede de la Cooperativa mediante la cual los trabajadores de Tiempo Argentino recuperaron la empresa, vaciada por Sergio Szpolski en los primeros días de este año. El Ministerio de Seguridad puso a la Prefectura Naval a cargo del edificio.
Ayer, la ex presidenta Cristina Fernández visitó el lugar y se solidarizó con los trabajadores por el atentado sufrido. “Es inédito porque no recuerdo desde la venida de la democracia la irrupción de patotas de esas características, nada más ni nada menos que en la redacción de un diario”, opinó la ex mandataria. En cambio, el actual presidente Mauricio Macri equiparó el ataque del último lunes con la recuperación de la empresa por parte de la Cooperativa. “Me alegra que la Justicia esté interviniendo, como también la Justicia intervino antes para pedir el desalojo del edificio. O sea, está mal cualquier tipo de usurpación”, dijo a Clarín en Berlín.