"Yo también tengo una historia para contar, una historia muy triste"
Por Colectivo de Medios Populares*
"¿Hasta qué hora van a estar?", pregunta un vecino desde el balcón en una escena casi automática desde el sentido común. "Hasta que sea necesario", le responde una vecina desde la calle arqueando el cuello hacia atrás y con los brazos en jarra. El vecino se mete adentro, cierra las hojas de la ventana, traba fuerte con el postigo y el "plaf" queda resonando en la fachada de enfrente.
Hay una ronda de sillas de plástico que son las que usaron las pibas y pibes hacía un rato para tomar la merienda dispuestas en el medio de la calle Pinzón. El merendero abre las puertas y sale para hablar con los vecinos y vecinas. Hoy, Roxana, Carolina e Ivonne brindan un espacio de contención, de abrazos, sonrisas y lucha para las madres que son víctimas de gatillo fácil, de lo que desde algunos sectores llaman violencia institucional y desde otros represión estatal. Cualquiera sea la manera en que la nombremos, la problemática está allí y las fuerzas del Estado castigan cotidianamente a los pibes y pibas de los barrios populares, mucho más en este contexto de empobrecimiento mayor. Un merendero no es algo para festejar, es el reflejo del hambre del pueblo. Pero este espacio es más que eso: acá las madres luchan por todos y todas.
Carolina, Ivonne y Roxana se abrazan en la vereda y miran a los y las vecinas y vecinos, medios y organizaciones sociales que se acercaron. Foto. Roxana se aleja unos metros para dialogar con una compañera movilera mientras que Carolina nos dice que tenían muchos nervios y expectativas que fueron superadas porque el merendero se llenó de chicos y chicas. "Hay muchos proyectos de hacer actividades, no solo la merienda, también ayudar a las familias mediante asesoramiento jurídico también", narra la mamá de Lucas Cabello.
Se forma una ronda en torno a la ronda de sillas donde las madres a las que la policía les mató a sus hijos se sientan como en un fogón con una pila de libros y fanzines en el medio. "Los hijos de nuestros barrios son los hijos de todos", comenta Natalia Quinto de La Boca Resiste y Propone desde el micrófono. Se presenta el libro "Juan Pablo por Ivonne". Es el relato de la mamá de Juan Pablo Kukoc sobre la vida de su hijo asesinado por el policía Chocobar quien fue recibido por el presidente Macri y la ministra de seguridad Patricia Bullrich avalando y dando comienzo a una línea político represiva y de asesinato que popularmente conocemos como "La Doctrina Chocobar". Ivonne toma el micrófono mientras la tarde baja los párpados en la república popular de La Boca. Toma el micrófono y nos dice que es la mamá de Pablo y que "mi hijo salió a robar y lo mató la policía". Más tarde una vecina pediría la palabra para decir "los pibes no roban, salen a recuperar lo que les fue arrebatado. Lo hacen de una manera que no es la adecuada pero eso no deja de visibilizar que salen a buscar lo que les arrebataron".
Ivonne dice que está nerviosa pero quiere leer una parte de libro que le gusta mucho: "Nosotros no existimos, todo el mundo se olvidó de nosotros. No nos escucha la justicia. No nos escuchan los medios hegemónicos. No nos escucha el gobierno. No nos escuchan los vecinos. Nosotros fuimos los más perjudicados y nos siguen haciendo daño sin parar. Al presidente Macri o a esta señora Bullrich lo único que le pediría es que me escuchen: yo también tengo una verdad, yo también tengo una historia para contar, una historia muy triste. El 8 de diciembre de 2017 el policía Chocobar asesinó por la espalda a mi hijo, un pibe de 18 años que acababa de robar una cámara de fotos. Desde entonces el Estado y los medios hegemónicos de comunicación avalan a Chocobar como un héroe y la política represiva del gobierno de Macri pasó a llamarse la Doctrina Chocobar."
Ivonne se disculpa porque está muy nerviosa. Mientras comenta que va a seguir luchando en las calles por su hijo y por todos los hijos; en la puerta del merendero popular y sobre un mural con el rostro de Nehuen Rodríguez en blanco y negro, una piba apoya la cabeza sobre el antebrazo para contar hasta diez. Ellas juegan a las escondidas. Las calles son el lugar natural de los pibes y pibas para encontrarse. ¿Te acordas?
*Agencia Paco Urondo/La Retaguardia/FM Riachuelo/Sur Capitalino/FM La Caterva/Radio Gráfica.