Alicia Ciara presenta su nuevo disco: “Late el sol, late la luna”
Por Victoria Palacios | Foto: Alejandra López
Por decisión de la autora, el artículo contiene lenguaje inclusivo.
El disco Late el sol, late la luna se destaca por su concepto poético, la profundidad de sus letras, su lirismo musical y los arreglos delicados que contiene. Reúne diez canciones originales en un recorrido sonoro y espiritual por diferentes estilos de la música popular latinoamericana. Como síntesis de su proyecto, describe: “El hilo es intangible, invisible, y latiendo rítmicamente nos une a todos los seres de este universo. Gracias a él somos trama. Nada escapa de su pulsar: amor y miedo, vida y muerte, sombra y luz; todos aspectos de una sola energía vital”.
La idea esencial del latido está expresada, en lo rítmico, la percusión tiene para ello un rol fundamental y, por otro lado, en la predominancia de armónicos graves y su relación con la tierra, la raíz. Asimismo, las cuerdas, ante todo el contrabajo y el cello, también describen lo que subyace y lo que pulsa en dicho latido. Así, las canciones abren el diálogo entre sonoridades de culturas e instrumentos diversos, sin límites ni estructuras impuestas por los géneros.
La impronta de Daniel Maza y Leando Marquesano, arregladores y artistas que son parte del álbum suman un gran protagonismo. Del mismo modo sucedió con cada músico y música que participó, aportando su propio color y sonoridad. El criterio artístico y profesional del Ingeniero de sonido, Ariel Gato, posibilitó la unificación de los diversos paisajes sonoros para que las canciones logren una identidad propia.
AGENCIA PACO URONDO: El disco nos invita a participar de una fiesta de los sentidos, a sumergirnos en un proceso corporal celebratorio de la naturaleza, ¿cómo se relaciona este recorrido que proponés como cantautora y tu actividad como docente?
Alicia Ciara: Bueno, antes que nada quiero decirte que me llena de alegría tu apreciación porque es una lectura clara de lo que aspiro a transmitir.
El hecho de cantar es, antes que nada, pura sensualidad. Y estamos poco acostumbradxs a vivir las experiencias sensuales/ sensoriales con libertad y capacidad de disfrute. Dicen que nadie puede dar lo que no tiene y, en lo personal, tuve que desandar mucha instrucción represiva de mi niñez y adolescencia para poder vincularme con mi sonido con alegría, y celebrarlo. Lo que más me ayudó en este sentido fue aprender a reconocerme, no como una admiradora de la naturaleza sino como parte de ella. Hacia ahí voy con mis clases para otrxs, también.
APU: ¿Qué cantautoras contribuyeron en tu recorrido como compositora y docente?
A.C.: La persona con quien más he aprendido de arte y de música es Iris Guiñazú; mi ser música de hoy, tiene mucho que ver con los más de diez años que compartimos en su estudio.
Con respecto a cantautoras que me han influido desde pequeña, hasta la actualidad: María Elena Walsh -¡claro!-, Eladia Blázquez, Marisa Monte (Brasil), Pura Fe (indígena activista- EEUU), Joni Mitchell.
APU: Como una ceremonia. Late el sol, Late la luna abre con un canto a Iemanjá en "Reina de flores", valorizando una espiritualidad de impronta afrolatinoamericana, que adquiere ritmo y altura en "Dice el cielo" y "Late". ¿Qué características colectivas te conmueven especialmente en relación con la música y esta espiritualidad?
A.C.: La celebración de lo sagrado femenino y de lo diverso echa raíces en el canto y en la danza, en todas las etnias del mundo. Esto de vivir en Buenos Aires me hace extrañar eso que nunca tuve, al menos en esta existencia. Y me hace bien pensar a mi comunidad así: como una tribu cantora y corajuda. La negritud me atrae desde siempre y suele acudir a mis sueños, a mi ensoñación y a mi inspiración en lo cotidiano y en el plano artístico.
APU: Además del arte de tapa, cada canción tiene su arte, así como las piezas digitales, ¿cómo fue su proceso de realización?, ¿qué buscaron destacar?
A.C.: Esa maravilla se dio gracias al encuentro con Germán Quiroga; un joven artista y fotógrafo mendocino. Simplemente ocurrió la magia de entrar en contacto con un ser que abraza el arte propio y el de otrxs con inmenso respeto y amor. Como todo lo que nace genuinamente, nos fuimos sorprendiendo y creando en simultáneo. Iba una propuesta mía y venía otra de él; iba una imagen y volvía convertida en collage... y así fue. Las piezas artísticas de Germán potenciaron la identidad de cada canción, dentro del álbum.
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El disco completo Late el sol, late la luna se puede escuchar en Spotify https://cutt.ly/fmy3TVP y en YouTube: https://cutt.ly/kmy3m42