Barragán en pandemia: aire contra lo impuesto

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Barragán en pandemia: aire contra lo impuesto

21 Junio 2020

Por Boris Katunaric

 

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo es el laburo de un humorista en cuarentena de radio, que tiene que estar en constante contacto con la realidad social y política?

Carlos Barragán: Es una cagada. Hay días que no puedo ir a la radio por esto, por la cuarentena. Creo que el contacto es el mismo aunque uno esté adentro y afuera, yo salgo. No dejé de ir nunca a la radio porque somos prensa, tenemos permiso especial. Pasa que después dejás de ver gente porque con los protocolos vamos menos a la radio, somos menos, algunos salen por teléfono o por esas redes que nunca salen bien.

 

APU: Que además son horribles y se escuchan mal.

C.B.: Sí, se escuchan mal, se entrecortan. Separarse de los otros. Para mí la radio es estar con cuatro o cinco amigos alrededor. Es muy complicado. No tenerlos, no verlos, que estés mediado por un aparato, por una cosa que no sabés cuando deja de andar, si va a andar bien.  La última nos salió horrible, la semana pasada. Nos pusieron unos tabiques de acrílico en el medio de la mesa donde hacemos el programa. O sea te ves pero estás separado. Fue muy perturbador, el programa salió feo. Hay algo ahí que no está bien que funciona a nivel físico.

 

APU: Se pierde un poco la mirada cómplice cuando está intervenida.

C.B.: Todo se empezó a mediar, no quiero hacer de un Zizek pero la pandemia nos trajo mediación. Todo tiene un trámite que antes no tenía, hasta para hacer las compras o entrar a casa está intervenida. Con los barbijos, con los nilón, y no entras derecho sino que tenés que lavarte las manos, sacarte los zapatos y toda la ceremonia, lavar las bolsas. Hay un montón de ceremonias, lo que antes era sencillo como entrar a un negocio y decir llevo esto o llevo lo otro ahora tenés que esperar afuera, en el laburo lo mismo. Generó una cantidad de incomodidades muy molestas.

 

APU: ¿El beneficio de eso son nuevas ideas para hacer humor, divertirse y tomarlo de una manera quizás tragicómica?

C.B.:  Es cómo lo vivo. Si viene Macri y hacés humor con Macri, pasa tal cosa y uno hace humor con lo que está pasando. No es que lo que está pasando te inspira, es como que yo haga mesas hoy hacés mesas con maderas, mañana no hay madera, hay rastis, y bueno hacés mesas con rastis, si hay cartón hago con cartón, no es que el cartón me inspira voy y lo hago.  Además, yo me siento un poco un operario del humor. En ese sentido por supuesto que la cuarentena tiene algo de donde agarrar. Yo hago un sketch con la negra que somos dos médicos horribles que atendemos a Tortonese que tiene una prepaga horrible. Y ahora con la cuarentena lo atendemos por Zoom. Por lo cual se generan unas mierdas tremendas peor que antes. Lo hicimos así por el protocolo de la radio es que yo no fuera entonces es verdad que lo tengo que hacer a distancia, no es chiste, aprovechamos.

 

APU: Son las condiciones que te impone la realidad para laburar.

C.B.: Sí, se mezcla la realidad que es que yo no puedo ir a la radio y lo hacemos por Zoom porque así también lo están haciendo muchos médicos. Es todo una gran mezcla, después los chistes son siempre los mismos. No hay chistes de cuarentena. Uno se ríe de la frustración, de la debilidad, propia o ajena, se ríe del poder. Hay como conceptos, pero siempre estás girando sobre las mismas cosas. Uno siempre pisa sobre terreno conocido. Una va a buscar una idea preconcebida donde darla vuelta y generar humor.

 

APU: Hay situaciones muy angustiantes para todos y todas, el encierro puede ser una, o la falta de contacto con los demás. No poder salir a un bar a tomar una birra puede llegar a ser angustiante ¿Cómo es el humor en esas cosas cotidianas?

C.B.: El humor siempre es aire contra lo impuesto. Una manera de devolverle a las cosas malas algo de lo que las cosas malas te hacen, cuando son impuestas, cuando es el poder. En este caso no es que uno le tira la pandemia el lugar del poder porque es algo que no lo elegiste, que no lo votaste, no es opcional. Entonces así como hacés humor contra la cana, la iglesia o todo lo que está establecido y tiene poder sobre uno (en nuestro casa sabemos quién lo tiene) siempre funciona como escape o revancha frente a lo que te molesta y sobre las cosas que no podés hacer nada. Además creo que el humor te da una especie de comprensión nueva. Siempre pienso en los chistes de Rudy y Paz que con quince palabras explican lo que está pasando y te da como un  “uh, claro” que es una información nueva, y eso lo tenés con un chiste. Tiene esa capacidad de revelar un costado que no estaba visto el humor. Eso se genera con humor, no sé por qué el intelectual no lo hace, o por ahí lo hace pero tenés que leer tres o cuatro carillas para llegar a un chiste. Eso es extraño.