Carta fraternal al querido Coco Martínez
Por Luisa Calcumil
Querido Coco Martinez, hoy que se le realiza este homenaje, a mí se me ha ocurrido conversar mano a mano con Usted ya que fue el modo que espontáneamente surgió desde el primer momento que vio mi trabajo, como si fuésemos vecinos, compañeros, criados en el mismo barrio. Usted ya trajo el mate, bien preparado, el agua a punto. En seguida el entusiasmo, la pasión por lo que hacemos, sin frases rebuscadas, sí hablando con acierto y pasión de este oficio del actor/actriz. Yo había trabajado apenas en un par de obras y tuve la osadía de abordar un texto dramático que escribiera Maite Aranzabal, dramaturga y actriz también, como nosotros, de Río Negro. Al poco rato ya estábamos los dos en el espacio, descalzos entrenando, distintas técnicas, no sólo corporales, vocales, textos, que nos identificaban con el teatro popular. ¿Se acuerda? Y en esas jornadas las palabras Verdadera Historia, Ética, Oficio, labor, pasión y compromiso. La actitud de estar atentos, inquietos por lo que sucede en nuestro tiempo y espacio. Atentos con nuestra gente y alertas con quienes no son nuestra gente. ¿Sabe Coco? aprendí mucho de Usted. ¿Sabe Coco? La historia se vuelve a repetir... hemos retrocedido... otra vez el hambre, la injusticia, la muerte, la inequidad gestada por los ricos. Pero si la cruza por ahí a la Violetita Parra, dígale, cuéntele que "El ni un paso atrás" está volviendo como furioso y decido latido popular. Gracias Coco por incluirme en el gran elenco Neuquino y Rionegrino con el que presentamos "La Cantanta de Santa María de Iquique" que dirigió con tanto acierto y pasión aquí en el Sur. Abrazo perdurable.