Daniel Casablanca: “La ciencia ficción es una visión apocalíptica del mundo futuro”
Foto: Fazzari fotografías
Por Silvina Gianibelli
Daniel Casablanca (actor, director y docente de teatro) dirige Casi humano, el unipersonal de Rodrigo Bello, sobre el Trabajo Digital Esclavo y un futuro distópico. Una obra creada en una instancia previa a la situación actual y que hoy se revela como parte de nuestra vida cotidiana. Se transmitirá los domingos 14 y 21 de junio a las 18:00h, con la participación en vivo del director. Entradas a través de www.comedia.com.ar
Agencia Paco Urondo: ¿Cuál fue la génesis de Casi humano y cuáles las circunstancias de su nacimiento?
Daniel Casablanca: La génesis fue el deseo de Rodrigo Bello, co-autor y protagonista, de llevar adelante un proyecto propio unipersonal que implicaba un gran desafío para él, con tanto trayecto recorrido de manera grupal con Improcrash, y hacerlo conmigo como director. Sin temática previa, sólo como semilla germinal, el tema de dialogar o tener un vínculo con una máquina, computadora, siri.
APU: ¿Por qué la ciencia ficción fue el punto de vista estético de la obra?
D.C.: A partir de tener este disparador y algunas imágenes que Rodri fue aportando de lo que quería hablar de las redes y el contacto de cada persona con ellas, aparecían repetidamente imágenes de la naturaleza. Fue entonces que aparecieron, recurrentemente, imágenes de la naturaleza como mundo perdido frente a un mundo tecnológico.
Imaginamos a un hombre encerrado en una pequeñísima y despojada habitación donde vive, trabaja, pasa sus días, y su único interlocutor es una computadora que le va diciendo todo lo que debe hacer. El lenguaje que surgía era un capítulo de Black Mirror, una ciencia ficción tan cercana y posible que da miedo.
APU: ¿Cuáles fueron los riesgos más inesperados del proceso de creación?
D.C.: Eso mismo, lo inesperado de todo proceso de creación, el salto al vacío que significa empezar de cero todo un proceso de espectáculo, creación, actuación, escritura, vestuario puesta en escena, etc. Ciento por ciento un proceso de creación colectiva. Esto es posible porque, con Rodri, tenemos mucho camino juntos como exalumno de la escuela, como colaborador en las clases, lo siento como un discípulo, lo es, y desde esa confianza mutua es que pudimos asumir este desafío con alegría y cariño.
APU: ¿Coincidís que la ciencia ficción tiene un rasgo de premonición?
D.C.: Sí, en general la ciencia ficción es una visión apocalíptica del mundo futuro, cercano o lejano, son pocos los ejemplos que te muestran una ciencia ficción donde todo es mejor.
APU: ¿Cómo surge la necesidad de atravesar la alienación de Fileto, el personaje en su propio encierro?
D.C.: Bueno, creo que acá sí estuvo la premonición de lo que iba a suceder, cuando creamos un discurso donde Fileto vive encerrado en una pequeña habitación, donde le pasan un alimento al estilo astronauta, donde trata de trabajar mucho y sumar puntos para poder contactarse con la familia a través de pequeños mensajes escritos. Hoy vivimos encerrados en nuestras casas vinculándonos exclusivamente a través de los aparatos tecnológicos, tratando de acumular puntos para pagar los servicios básicos, y rememorando un paseo por un parque como un tesoro aferrado a la memoria sensorial, tratando de no perder el aroma, la textura, el aire que ahí respiramos.
APU: ¿Cuál es el devenir de Mónica en la vida de Fileto?
D.C.: Hay una curva dramática, tanto para el personaje como para el espectador, que al principio ve a Mónica como una aliada, una voz amable, maternal, servicial y que en el transcurso del espectáculo se irá desenmascarando su verdadero rol de jefa, la imagen de ese sistema totalmente autoritario, donde el personaje se encontrará tratado como un número, completamente deshumanizado y en la medida que no cumpla con sus objetivos podrá ser descartado.
APU: ¿Cuál es la revelación poética imprescindible del personaje?
D.C.: El recuperar la memoria de un pasado cercano que este mundo moderno le intenta borrar y que a través de unas fotos de la infancia abrirá la ventana a una opción de vida diferente. Es decir, la recuperación de la memoria como arma de rebelión a la esclavitud del nuevo sistema. Un ejemplo, ¿podemos hoy revelarnos y apagar el teléfono celular por una semana?¿Y recuperar otras formas de comunicación? De eso estamos hablando. Esa pequeña habitación donde está encerrado el personaje es quizás equivalente al celular donde estamos encerrados todos el día tratando de "gustear" y de ser “gusteados”.
APU: Sin dudas ha sido una experiencia fuerte y revolucionaria, ¿cómo la viven hoy en este momento de pandemia?
D.C.: Vivimos hoy con la certeza de que esa ciencia ficción que propusimos como cercana hoy está más cerca aún.
APU: ¿Existe algún temor luego de atravesar este momento histórico, luego de haberse adelantado a estas instancias de aislamiento e incertidumbre?
D.C.: Creo que el temor es la velocidad, el vértigo que producen los cambios de la forma de vida cotidiana, que más allá de la pandemia como “accidente” está dando un paso gigante hacia una nueva “normalidad de vida futura“ que desconocemos, donde todo lo conocido podría quedar antiguo u obsoleto.
APU: ¿Qué le dirías al público que conoce al actor desde el mundo de la impro?
D.C.: Para quienes lleguen a Casi humano por conocerlo a Rodri en Improcrash, haciendo impro o stand up o por su actividad en las redes, van a encontrarse con una interpretación mucho más profunda, sensible, llena de emoción, también con humor y con la destreza de transitar bellamente los textos de Calderón de la Barca, Pessoa, Shakespeare, desde la locura del encierro del personaje y tratando de seguir siendo Casi humano.