“Dar el testimonio” como práctica de escritura colectiva que sana

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“Dar el testimonio” como práctica de escritura colectiva que sana

23 Julio 2016

Este libro editado en el 2010 y escrito entre 2008 y 2009, es el resultado de un encuentro entre dos mujeres: Mariela Ferreira, uruguaya y Carmen Liliana Chona, colombiana. Un encuentro que es la voluntad de manifestar sus dolorosas experiencias de abuso sexual en la infancia con el fin de proponer nuevos modos de mirar esta problemática, con cuidado y respeto hacia un trabajo personal e interior distinto a las “representaciones mediáticas, repetitivas, morbosas y desgarradoras que reproducen la victimización luego de un abuso sexual”. La circulación del libro fue y sigue siendo enriquecedora para los distintos grupos y redes comunitarias que apuestan a una educación y salud sexual integral. Mariela nos cuenta que antes que el libro lo primero que surgió fue la necesidad de sanar. Sanar la historia del abuso. Después de años de búsqueda personal, recorridos por diferentes terapias, tipos y alternativas, se encontró en un campamento con Liliana, otra muchacha que también había sido abusada, “la vida las encontró en ese lugar” y juntas empezaron a desandar la historia del abuso. Comenzaron a compartir libros, escritos, papeles, papeluchos, ambas tenían la costumbre de escribir sus vivencias y cuando se enteraron que las dos tenían una historia igual, comenzaron a compartir sus papeles como las chicas que intercambian figuritas: “En un principio yo no creía que lo mío pudiese tener una forma de escrito, fue Liliana la que realmente me invitó a hacer un libro, pero en lo que siempre estuvimos de acuerdo fue en hacer algo para ayudar a los demás. Por eso, cuando a nosotras nos surgió hacer esto, realmente nos brotó de las tripas hacer algo para ayudar a los demás, a nosotras nos llevó tanto tiempo hacerlo público, fue tan difícil que sabíamos que para las otras compañeras era como querer hacerle la pica , ayudarlas a que hagan la pica y no las descubran. Y bueno si después no salía la forma de un libro o si no podíamos armarlo, nos iba a servir como sanación para nosotras”. El proceso de escritura tuvo diferentes etapas, el momento más intenso de producción fue resuelto en Colombia, se internaron dos meses a escribir en forma conjunta, apostando a sus diferencias culturales e intentando hacer del encuentro un momento de reunión, de paseo, para poder trabajar con intensidad y concentración. Liliana escribía en la computadora y Mariela con lápiz y papel, la experiencia fue enriquecedora pero también dolorosa, una escritura necesariamente física, inevitablemente catártica, genuina como dice Mariela, “Empezamos a escribir de una manera sin parar. Era como que escupíamos y vomitábamos”. Cuando lo terminaron empezó un recorrido de lecturas profesionales y amistosas, y las devoluciones superaban sus expectativas. Hoy, después de seis años ayudaron a un montón de mujeres.

En primera persona

El libro cuenta paralelamente las dos experiencias traumáticas pero se va construyendo una mirada actual sobre la/s niña/s que cada una fue/ron a partir de semblanzas, canciones, poemas. Además el uso de los sueños y las cartas les permiten construir un texto en espejo, que construye un interlocutor respetuoso y amigable que conversa. Como un bálsamo afectivo, se puede vislumbrar el pasaje del material crudo a su puesta en escena en la escritura. Como si ambas autoras/interlocutoras confiaran en el lector que se acerca a este tipo de libro buscando una vivencia, y lo que es más interesante aún, el encuentro con la verdadera intencionalidad del material, en la construcción de las dos experiencias paralelas escritas en primera persona, la interpelación cuidadosa a los que no hablan aún, los que dan vuelta la página, los que creen que su vivencia es única, los que tienen miedo o vergüenza, el número gigantesco de los niños abusados , o de los adultos que fueron niños abusados que mencionan las estadísticas.

La interpelación cuidadosa a hablar se visualiza en la diagramación del libro, al final cierra con algunas hojas rayadas vacías para completar.

El libro también define abuso y explica síntomas para detectar abusos sexuales en niños, y funciona como denuncia brindando herramientas comunitarias y públicas para la defensa del menor en Uruguay. La denuncia nos dice Mariela es fundamental para que no siga sucediendo, al fin desandar el abuso es también sanar al abusador: “La historia en sí con el abusador, o el dolor o la bronca hacia el abusador se fue diluyendo al ir tratando de sanar con el dolor, una de las formas fue tratando de detectar por qué ese abusador terminó ahí, su historia, la historia con mi madre, y la historia de mi madre, porque un día ese abusador fue un bebé, un niño que no tenía maldad, entonces el ir sanando todos estos dolores, la bronca con el abusador pasa a decantar, pasa por sanar lo que está adentro, sólo importa en el momento de acción, que sea haga pública la denuncia y que no lo siga haciendo pero después con respecto al proceso lo que tiene que ver con uno, la idea es que no moleste más”. Un cuaderno para ayudarte expresa la capacidad que se abrió a partir de la escritura de dar otros sentidos a la vida que es propia como proceso, y a la escritura colectiva como libro vivo.

Contacto:

Mariela Ferreira: rutymariela@hotmail.com
Carmen Liliana Chona: lanavirgen@hotmail.com