El salón de los rechazados
Por Gabriela Margarita Canteros
En la historia del arte los salones de rechazados, los contrasalones, tienen una larga trayectoria: ¿qué es el arte?, ¿cuáles son sus límites? Los límites de las instituciones culturales son los limites artísticos, lo esencial de todo quizás sea plantear ese interrogante y la asociación Hebequer está funcionando para ampliar ese concepto y no restringirlo a los espacios de élite, ya consagrados.
Un salón contrasalón, amplía necesariamente los límites conservadores a los cuales está acostumbrado el Salón Nacional de Artes Visuales. Este importante contrasalón con 130 obras y artistas; plantea el antecedente de una nueva época, más inclusiva, democrática y donde hay apertura para mayor participación de todos y todas. Prima lo colectivo, se antepone y contrapone a las políticas excluyentes del modelo de ajuste a la Cultura de Cambiemos.
Más de un centenar de obras de diferentes expresiones, estilos y manifestaciones organizadas en contra de las reglas actuales del Salón Nacional. Su primera presentación formal fue un concurso federal creado en 1910, dentro del marco de los festejos por el Centenario de la Independencia. A lo largo de su historia se constituyó como un lugar de encuentro y crecimiento del pensamiento estético-no alejado de críticas- y siempre generador de disidencias. Pensado a su vez como reflejo del sentir de los artistas, con mucho debate de propuestas, de la mano del oficio y la formación; esa lúcida historia del salón original queda hoy desplazada.
El evento se realiza y puede visitarse en la sede de la Central porteña Avenida Independencia 766, en un espacio especialmente acondicionado para la exhibición.