“Encontrarme con Batalla Cultural fue como una especie de oasis en un desierto”
Por Maia Vargas
La primera vez que me di cuenta de la existencia de Batalla Cultural fue un día en que estaba en la estación de trenes de Olivos, mi barrio. Mientras esperaba el tren, miraba ese patio y me di cuenta que estaban pintando la bandera de Palestina en una de las paredes. Me arrimé a preguntar porqué lo hacían y me contaron que esa misma tarde iba el ex embajador a plantar un olivo e inaugurar una placa en honor al día de la tierra en Palestina, 30 de marzo. Fue mucha la felicidad de darme cuenta que a dos cuadras de mi casa existía un Centro Cultural donde había cultura alternativa y movida militante. Les pregunté si podía armar un ciclo de cine palestino y me dijeron que sí.
Hoy ese lugar está clausurado por ser "kirchnerista", aunque el Ministro de Cultura y los medios de comunicación difundan que "vendían o consumían drogas", con la idea de que cualquier excusa es válida para justificar un violento desalojo con la policía bonaerense sin identificar y de paso asustar un poco más a la población.
Olivos es un barrio que, poco a poco, se está convirtiendo en un mini Puerto Madero. Vivo a una cuadra del muelle, el cuál aun funciona como espacio de resistencia, allí muchos pescadores pasan las mañanas y tardes con paciencia. Pero este espacio está siendo rodeado, cada vez hay más mega-torres en construcción. En la Avenida Libertador hay algunos restaurantes o bares y a unas 5 cuadras un centro comercial donde está el supermercado y un cine con películas comerciales que nunca me interesan. Lo público se vuelve cada vez más privado. Así parece que irá pasando con todo en los años por venir del gobierno macrista.
Cada vez que quería "hacer algo por el barrio" terminaba yendo a Batalla Cultural. Fui a cenar con amigos, más adelante me hice socia de la biblioteca y saqué Los detectives salvajes de Bolaño, allí también me compré plantas para mi balcón ya que en el fondo tienen un vivero. Muchas noches jugué al ping pong o metegol y un jueves llegué por casualidad y tuve la sorpresa de encontrarme con el Tatá Cedrón, mítico músico peronista y tanguero, haciendo, junto a muchos otros musicxs una cantata escrita por Juan Gelman, en homenaje a los Fusilados de Trelew. Fue muy grande la emoción de poder ver ese espectáculo que estaban haciendo en Capital Federal y que tenía pensado ir a ver... y acá lo hacían de forma totalmente gratuita y abierta. Por esta razón, encontrarme con Batalla Cultural fue como una especie de oasis en un desierto, especialmente para los que vivimos muchos años en Capital y estamos acostumbrados a hacer "cosas culturales". Y especialmente para quienes nos mudamos a provincia deseando dejar de estar y depender de su oferta cultural, y los largos viajes en colectivos.
No puedo decir que me sorprenda que el macrismo haya clausurado a los golpes este centro cultural barrial. Es una política que viene llevando a cabo en Capital desde sus inicios en la gestión, aunque con formas de violencia más o menos solapadas (recordemos lo que sucedió con la Sala Alberdi). Sí me sorprende que a tan pocos días de haber asumido Eugenia Vidal como gobernadora y Mauricio Macri como presidente (Jorge Macri es el tercer personaje responsable en este asunto, intendente de Vicente López desde hace 4 años) estén haciendo abiertamente todo lo que están haciendo. Este es un ejemplo más entre varios, que me toca de cerca, pero que se encadena con las medidas económicas explícitamente neoliberales, además de sacar un DNU para crear una Secretaría de Comunicación, incluyendo en ella al AFSCA y dándole al titular sus facultades, violando de esa manera la Ley de Medios, además de sacar las retenciones al campo, etc, etc, etc. La lucha va a ser más profunda y difícil de lo que imaginamos!