Fabio Lacolla: “El amor es nómade y va transitando diferentes escenarios haciéndote creer que se quedará ahí para siempre”
Por Inés Busquets
Ensayar es habitar el error sin la amenaza de una catástrofe.
El ensayo amoroso, Fabio Lacolla
Fabio Lacolla es psicoanalista, músico y escritor. Autor de El zapping dramático y otras salas (Ediciones Psicogonia, 2005), El libro del éxito (Ediciones B, 2008), Amores tóxicos (Galerna, 2015), Estar en banda (Galerna, 2018) y El ensayo amoroso (Galerna, 2018) conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre el amor, la pandemia y los procesos creativos.
El motor del mundo, la temática universal, el punto de coincidencia de todas las religiones del mundo. ¿Hay tantas miradas del amor como personas en el mundo? Sí, eso vuelve cada voz única, singular y maravillosa.
Al amor en tiempos de redes y tecnología, se sumó la peste y el aislamiento, aun así se reinventa y persiste.
Un gran diálogo ateniense como El banquete de Platón; la palabra y el lenguaje fragmentado en Fragmentos de un discurso amoroso de Roland Barthes; el análisis, la autocrítica, la actualidad y las distintas expresiones en El ensayo amoroso de Fabio Lacolla y tantos otros títulos dedicados a pensar el amor.
¿No será acaso lo incierto lo único verdadero que acontece en el amor? ¿El paso del tiempo y el espíritu de la época producen una mutación del amor que los amantes no perciben? ¿Qué parámetros determinan cuando se manifiesta el amor? Son algunos de los interrogantes que se pregunta Fabio en El ensayo amoroso.
La espera, la paciencia, los celos, la neurosis, la convivencia, el ego, las separaciones, el miedo a la pérdida, el desgaste, todo lo que puede abarcar un vínculo con la capacidad del escritor para desacralizarlo y situarlo allí donde lo experimentamos todos los días de nuestras vidas.
“En los territorios amorosos, es más lo que se desaprende que lo que se conoce empíricamente. Cada otro es un mundo, y cada mundo tiene sus propios modos de comunicación qué hay que ir descifrando.”
Un ensayo, un error y un universo que se abre para habitar lo sublime.
AGENCIA PACO URONDO: Para un tema universal, una pregunta universal: ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?
Fabio Lacolla: Hablamos de lo indecible, de un sentimiento poliglota que va mutando permanentemente y encima es tartamudo. El amor, en su máxima expresión, es nómade y va transitando diferentes escenarios haciéndote creer que se quedará ahí para siempre, sin embargo, no hay nada más lejos del amor que el “para siempre”. Cuando hablo de escenarios me refiero a las diferentes transformaciones que tiene el amor: el amor romántico, el fraterno, el parental, el egocéntrico, etc.
APU: El amor y el arte son esos conceptos abiertos con múltiples sentidos, sin embargo, son el motor del mundo: ¿Tu rol de psicólogo y la escucha permanente de experiencias influyeron en la formación de este ensayo?
F.L.: No tanto, siempre fui una especie de antropólogo voyerista, desde chico me gusta observar y procesar eso que observo. Si bien en el ámbito del consultorio uno de los temas recurrentes tiene que ver con lo vincular, te diría que la escucha analítica es un recurso más como podría ser una novela, una canción o una charla con amigos. Por supuesto está también mi propio tránsito por los vínculos amorosos, aunque eso en mis libros no aparece. Tengo un problemita con la autorreferencia, casi nada de lo que está en mis libros tiene que ver conmigo, teniendo a mano la ficción hablar de uno mismo no es otra cosa que un despliegue narcisista que a nadie le importa. Para ombliguista ya tenemos al propio amor, que no tiene nada que ver con el amor propio.
APU: En el libro preguntás: ¿El amor se analiza? Yo te pregunto: ¿Es el motivo más recurrente de análisis, o es el único quizá detrás de todos los demás?
F.L.: Los pacientes llegan por diferentes motivos que a lo largo del análisis van cambiando. Pero en definitiva todo redunda en cómo nos relacionamos con el otro, aunque el otro sea una ilusión. Cada quien internaliza sus configuraciones vinculares como puede y eso en sí mismo ya es un malentendido. Tal vez se trate de averiguar esa codificación del otro que hace la propia neurosis.
APU: Hablemos de las distintas formas del amor o mejor dicho de entablar vínculos, mencionás las cartas, el WhatsApp. ¿El amor se sostiene en la distancia?
F.L.: Mi abuela decía: “amor de lejos, amor de pendejos”. Los amores a distancias son amores transitorios que sólo se alimentan de esa internalización de la que hablábamos recién. Tal vez esa distancia sea la excusa para escribir una carta de amor, y para hacerlo se necesitan dos condiciones: ausencia y distancia. Una carta es la excusa que tenemos para decirnos cosas a nosotros mismos, por lo tanto, la potencia radica en el instante previo a cada párrafo donde late la palabra disparada por una emoción; sea de dolor, de añoranza o de expectativas futuras. El Whatsapp es síntesis, mientras que la carta es extensión. La misma diferencia que hay entre una canción y un cuento. El mal uso de las aplicaciones generan confusiones disfrazadas de certezas. La calidad es el desempañador de la cantidad, por eso el mal uso de una aplicación confunde abundancia con infinito y, en cuestiones amorosas, deberíamos ir liberándonos del “para siempre”. Así que, volviendo a tu pregunta el único amor que se sostiene a la distancia es el amor ideal, mientras que el único amor que se sostiene en la cercanía es el amor que flota la vida cotidiana.
APU: Viniendo a lo contextual: ¿Cómo se reinventa el amor en tiempos de pandemia? Con respecto al deseo, la distancia, las separaciones y hasta inclusive la presencia permanente. Y ante tanta incertidumbre ¿cómo se maneja el futuro, los planes y los proyectos en pareja que suelen ser la que las sostienen?
F.L.: No lo sé. El aislamiento, en cualquier contexto, puede llegar a ser delirante. Es difícil aventurarse sin una aventura concreta. El futuro queda del otro lado del rio y todavía no sabemos cómo vamos a cruzar. Dependemos de su caudal para recién ahí evaluar si cruzamos o no. La palabra muerte se está empezando a naturalizar y, por lo tanto, también el concepto. El deseo tuvo una rotura de ligamentos cruzados y en ese cruce la palabra no llega, los libros no llegan, ahí en la incertidumbre del vacío no llega ningún bondi. La paciencia siempre fue un acto de amor y la espera un ovillo de lana para que hagas una bufanda y te cuelgues del tiempo. Sin embargo, hoy si no afilamos bien las ruedas de la paciencia y no sabemos esperar nos convertimos en nuestro propio virus. En el libro El optimismo cruel, Lauren Berlant desarrolla la idea de la creación de un impasse como un espacio de desplazamiento interno que aniquile jerarquías, tiranías y claridades. Berlant dice que “alcanzar la prosperidad consiste en abandonar lo singular por lo general y, adoptar distintas formas de intimidad con lo extraño”.
APU: El capitalismo fomenta cada vez más el individualismo: ¿Cómo influye esto en la vida de a dos?
F.L.: Decía Pedro Orgambide en Un amor imprudente que la vida en común es un diálogo de solitarios que temen estar solos. Por eso en El ensayo amoroso desarrollo el concepto de vida propia. Si ya sabemos que el capitalismo viene por nosotros por lo menos que nos agarre fortalecidos. La vida de a dos debería ser una consecuencia de la vida propia. Individualismo es otra cosa, lo individual es el veneno capitalista que se opone a la idea que nadie se salva solo. Sin vida propia la vida en común es una fotocopia.
APU: Tenés una carrera muy versátil, la música, la psicología, la escritura, la poesía... ¿Cuál es el punto de encuentro entre todas las disciplinas?
F.L.: Estoy tentado de decirte el fútbol, pero no lo voy a hacer porque los hinchas de San Lorenzo somos humildes y bien educados. Pero hay algo que atraviesa todos esos frentes que es la creatividad. Yo asocio lo creativo con lo espontáneo como una forma de conservar el espíritu crítico bien nietzscheano. Siempre voy a estar en contra, aunque a veces no me salga y sea un perfecto cliché. Cuestionar la vida desde el arte o desde la ciencia me mantiene despabilado.
APU: Contame en qué proyecto estás: ¿Escribiendo? ¿Haciendo vivos de IG?
F.L.: Durante la pandemia pasé por varios estados de contacto con la creación. Terminé mi primer libro de poesía que se llama Palmas, tengo una novela ahí que va tomando forma pero que va a necesitar de mucho tiempo. Disfruto de su ausencia cuando no puedo escribir. Desde lo musical estamos maqueteando con la banda de la que formo parte como bajista lo que sería el primer disco. Decidimos arrancar de cero y no usar el nombre que veníamos usando, ahora somos El maldito. En relación a los vivos de IG, en concreto no hice ninguno, pero si participé de muchos donde fui invitado. Hicimos un ciclo con Pablo Montiel que se llamó Psicología Urbana, otro con Mariela Peña Deconstruyendo verbos y otro con Carolina Di Bella Liberar al amor. Mientras tanto como psicólogo atiendo on line y disfruto de la vida uterina.