José Pérez Vargas presenta "Alienación", su nuevo disco

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    Jose Perez Vargas

José Pérez Vargas presenta "Alienación", su nuevo disco

15 Junio 2025

José Pérez Vargas, bajista y contrabajista chileno, presenta su segundo disco el sábado 5 de julio a las 20.30 h en Prez, Anchorena 1347, CABA.

"Alienación" es un álbum doble donde el músico nacido en Peralillo interpreta versiones acústicas y eléctricas de composiciones propias junto a grandes músicos locales: Carlos Michelini, Matías Formica, Lucio Balduini, Tomás Aracri, Tobías Brukman, Mayra Dómine, René Gatica, Paula Guillén.

La trayectoria musical de Pérez Vargas, residente porteño desde 2004, está marcada por una fuerte influencia del jazz en todas sus vertientes, así como del rock progresivo de los años setenta y las últimas composiciones de Violeta Parra.

Bajista, compositor, docente, en 2022 José editó su primer disco solista, Kosen-Rufu. Siempre en constante búsqueda de nuevos sonidos, en 2025 regresa con Alienación, disco doble que presentará en vivo. 

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AGENCIA PACO URONDO: ¿Por qué el nombre del disco?

José Pérez Vargas: El título Alienación surge de una sensación constante de extrañamiento, tanto hacia uno mismo como hacia el entorno. Vivimos en un mundo que nos fragmenta, que nos acelera, que nos exige rendir sin pausa, y muchas veces eso genera un desfasaje entre lo que somos y lo que hacemos, entre lo que sentimos y lo que mostramos. Alienación social, musical, parental, política tanto en Chile como también Argentina y ni hablar del mundo con las grandes potencias generando guerras para vender armas. Matanzas de niños  inocentes y la ONU no interviene.

Aunque las composiciones sean instrumentales, siento que la música tiene un poder expresivo tan profundo que muchas veces dice más que las palabras. Cada tema del disco es como un paisaje emocional o una escena mental que intento traducir en sonido y dándole la mayor expresividad posible para desahogarme, disfrutar y compartir cada composición.

APU: ¿Te considerás un músico migrante? ¿Cómo pensás que influye en tu música el escenario que te rodea?

J.P.V.: Sí, sin duda me siento un músico migrante. Esa experiencia de haberme desplazado, de haber reconstruido una vida en otro país, me marcó profundamente. No sólo en lo personal, sino también en mi forma de entender la música. En Chile tuve una base sólida, una formación académica que me dio herramientas. En Argentina encontré el acercamiento más profundo al jazz, al cruce de lenguajes. Esa mezcla fue fundamental para encontrar mi propia voz.

La música que hago no está desligada de lo que pasa a mi alrededor. El contexto social y político me atraviesa, me afecta. A veces de forma directa, otras de manera más sutil. En momentos de crisis o injusticia, por ejemplo, aparece cierta tensión en las composiciones, una necesidad de decir algo, aunque no haya letra. Y al mismo tiempo, lo geográfico y cultural también se cuela: los ritmos, las armonías, las dinámicas grupales al tocar. Todo eso va conformando una identidad musical migrante, híbrida que va integrándose.

APU: ¿Por qué decidiste hacer una versión acústica y eléctrica de los mismos temas? ¿Hay relación entre el concepto de “alienación” y tu idea de brindar dos maneras de interpretar cada composición del disco?

J.P.V.: Hacer versiones acústicas y eléctricas fue una decisión artística que surgió casi como una necesidad de contraste. Quise ver cómo mutaban las piezas al cambiar el contexto sonoro, los instrumentos, los climas. La versión eléctrica la quise hacer ya que soy bajista eléctrico y quería tocar algunos solos en el bajo, que es mi instrumento principal. La acústica, en cambio, abre espacio para la respiración, para lo íntimo, lo orgánico y el contrabajo lo adapté a esto.

En términos de proceso fue un gran desafío, pero también una oportunidad para dialogar con distintos músicos, con diferentes estéticas. Algunas piezas tomaron nuevos caminos en su forma acústica, incluso sorprendentes para mí.

Y sí, hay una relación con la idea de alienación. Mostrar dos caras de una misma obra es también hablar de la multiplicidad de lo que somos. A veces nos mostramos de una forma, otras veces de otra, y ambas son auténticas. También hay algo de desdoblamiento, de traducción: como si la música misma se sintiera extranjera en su propia piel y buscara otra forma de decirse. Esa dualidad, esa tensión entre versiones, refleja muy bien el concepto general del disco.