La construcción de la identidad montonera
Por Juan Ciucci
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo surgió el libro y por qué el interés por las revistas montoneras?
Daniela Slipak : El proyecto empezó a partir de estudios sobre el kirchnerismo; después, interesada por la acusación de setentismo, empecé a trabajar con documentos más viejos con los que me enganché. Independientemente de lo personal, evidentemente los 70 están circulando de diversas maneras y eso, seguramente, incidió en mi elección. Más allá de las discusiones actuales que pueden haber llevado a la elección de ese objeto, mi idea no es enmarcarme en ninguno de los clivajes actuales sobre el tema, sino restituir la importancia histórica que tienen para mí las revistas.
APU: En ese marco, el desafío es construir una identidad o ver qué identidad construían estas publicaciones.
DS: Eso también se explica por cuestiones individuales que tienen que ver con mis estudios. Vengo trabajando desde que era estudiante con el concepto de “identidad política”, y también se enmarca en mi trabajo dentro de un equipo donde hacemos sociología política e identidad política; por eso mi libro juega en un ámbito de historiografía, pero también toma algunas herramientas de teoría política, y tiene una reflexión dentro de la sociología política. Es decir, se mueve en varias disciplinas. En el grupo en el que trabajo hace años cada uno estudia, fundamentalmente, distintas ideologías políticas del siglo XX: distintos periodos del peronismo, socialismo, radicalismo. La pregunta teórica viene, entonces, más que nada por eso.
APU: Referís a una entrevista muy conocida, pero no recuerdo que hubiese un trabajo tan detallado sobre ella, como la investigación puntual.
DS: Hay una dimensión estratégica en la elección del objeto de estudio. Salvo el libro de Ricardo Grassi, que salió cuando este estaba en edición y no lo pudimos incluir para la discusión, no existía otra investigación al respecto en el largo derrotero que encontré sobre las revistas; había un trabajo sobre Cristianismo y revolución, un libro, más algunos artículos también, pero no había trabajos sobre la serie de El descamisado y Evita Montonera, y tampoco sobre las revistas de estas dos disidencias que yo tomo, y menos aún sobre las disidencias particularmente en sí mismas. De allí el vacío para estudiar la prensa legal o ilegal, y las representaciones que se movilizaban en esa prensa hasta el momento no habían sido muy abordados. También ahora salió un libro sobre La Lealtad, que antes tampoco había nada sobre esa disidencia, pero bueno, salió todo junto.
APU: Hay todo un espíritu de época que recupera estos temas
DS: Exactamente, están circulando esos años y lo celebro. Me parece que está bueno que aparezcan distintas lecturas sobre un pasado sumamente complejo, y supongo que mi libro también es parte de esas lecturas con un interés social que tenemos sobre esa época, mezclado con otras decisiones individuales que he tomado arbitrariamente sobre mi formación.
APU: Me interesaba la discusión que se da en torno a Montoneros, de su estilo militarista y demás, que recuperas en las publicaciones como previas, y que no había en ese momento de quiebre.
DS: Lo que busco es empezar a discutir esa lectura que contribuye a simplificar la situación; creo que no es justa con la densidad que tiene ese momento. Es, además, una lectura que circuló mucho, que aparece en varios libros, y que me parece que no ayuda a comprender un momento en el cual creo que desde el principio se pensó la política ligada al imaginario bélico, al ejército, a las armas, que eso también era una política.
Desde luego, desestimo cualquier tipo de diferenciación entre política o violencia. Me parece que las cosas estuvieron más mezcladas desde un inicio y que eso dio sentido al grupo desde un comienzo. Eso no significa que a mediados de los 70 esta militarización que supuso que muchos militantes se encuadraran, dado un escenario sumamente represivo en ese entonces, ese encuadramiento y todo lo que vino después no se explica como un desvío o una torsión completa de los esquemas y las representaciones originales, sino que se entronca bastante bien con esas primeras percepciones; de hecho, Montoneros aparece en la escena pública con un asesinato. Comprender, entonces, la situación en términos de un desvío ayuda a simplificar un escenario que fue bastante más complejo.
Sería interesante historizar esa lectura del desvío y creo que es posible hacerlo —aunque no lo hago en el libro—; lo que sí muestro es que las disidencias se apartaron de la organización con esta lectura, diciendo: ustedes ahora se militarizaron, antes no había nada de esto, entonces ahora nos vamos. Pero si uno revisa los documentos iniciales ve que todo está mucho más mezclado y que la política como tal se concebía dentro de ese imaginario, y que las actividades de superficie que se pensaron, se pensaron como actividades para la guerra revolucionaria y el ejército popular. Esto no era una idea original de Montoneros, sino que se explica en un marco en el cual ciertas transformaciones del Marxismo, la teoría foquista, una larga historia de violencia política en el país ayudó a que esto surgiera así, aunque creo que no lo determinó; es decir, tiendo a pensar que los actores no son obligados al actuar, sino que también deciden una situación, y este grupo eligió eso, condicionados por otros relatos, pero hubo una decisión política.
APU: Aparecía aquí con la cuestión del marxismo, cuando se juntan con FAR.
DS: Buena parte de la Lealtad, cuando se fue, sentenció que la llegada de la FAR, de los faroles, había traído el marxismo leninismo a la organización, y que a partir de ello se había producido un desvío; ese es el relato fundante si se quiere de esa disidencia. Lo que intento mostrar es que no hubo un cambio radical, que llegó el marxismo leninismo y entonces se desvío todo, sino que me parece que buena parte de ese proyecto imbricaba política, violencia y lo militar desde el inicio. Entenderlo de esa manera tiende a oscurecer el fenómeno, simplificándolo como dos etapas que se suceden y se anulan entre sí.
APU: Respecto a las disidencias como las partes menos estudiadas, ¿cómo fue encontrar las revistas Puro Pueblo y demás, supongo bastante más difícil, y cómo fue trabajar con esos archivos?
DS: En el momento en el que empecé la investigación saqué las fotos de algunas de esas revistas vía un contacto, pero después las revistas digitalizadas se subieron al Topo Blindado, que es un espacio súper interesante porque con enorme generosidad cuelgan todo para que todos lo veamos; en el momento en que arranqué me valí de lo que aparece en el Cedinci (Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas en Argentina) y de algunas fotos que había sacado vía contacto y archivo personal de algún entrevistado, que generosamente me lo facilitó. El proceso de construcción histórica de la disidencia fue muchísimo más difícil que el de Montoneros porque el de este último ya había sido reconstruido varias veces, aunque de diferentes maneras, pero sobre la disidencia hay muy poco; recién ahora salió el libro de La Lealtad, y sobre los Sabinos hay algunos articulitos en Lucha Armada, que también me entrevisté con algunos de sus protagonistas. Esto requirió un proceso de reconstrucción histórica más arduo que con Montoneros, sobre el que ya había mucho material.
En paralelo a esta rememoración permanente de los 70, creo que todas las revistas a las que hace ocho años saqué meticulosamente las fotos fuera de foco, están colgadas en Ruinas Digitales, en Topo blindado, y son de acceso público.
APU: Parte de eso tiene algún punto de análisis de cómo se piensa la prensa, en cómo las organizaciones políticas pensaban la utilización de la prensa.
DS: Uno de los entrevistados me subrayó mucho la importancia de la prensa para la organización. Un poco discutiendo, cuestión que me parece muy relevante, quizás una excesiva concentración a la hora de analizar estos fenómenos en las acciones armadas, en las armas y en la violencia fáctica. Uno de los entrevistados remarcó la importancia que para tener un proyecto político había que tener un proyecto de prensa, es decir, había que establecer relatos sobre aquello que se estaba haciendo, que esos relatos eran decisivos dada la heterogeneidad que tenía el grupo cuando se empezó a pensar este proyecto, porque Montoneros recibió afluentes desde distintos tipos de lados, y entonces lo que pude encontrar es que ese proyecto de prensa fue una manera de establecer una voz oficial que homogeneice esa diversidad de afluentes que había tenido Montoneros, y además de manera vertiginosa. Más allá de lo que me haya dicho este entrevistado, la prensa es fundamental porque, además, las representaciones, las escenificaciones, los símbolos que circulan alrededor de un grupo y que lo fundan, son importantes y tienen una estrecha relación con esas acciones.
La idea del libro, apartándome de esos estudios que se enfocan en la acción armada, que era evidentemente fundamental, es entrar a esa acción por otro lado, por el lado de las representaciones, las escenas, las imágenes que fundaban la identidad. Por eso, entonces, es que me muevo a partir de la pregunta por la identidad.Por ejemplo, respecto al tema de los ajusticiamientos, no hay un recuento obsesivo de la cantidad de ajusticiamientos en el libro porque me interesaba llegar a ellos a través de la escenificación de esos ajusticiamientos, más que del hecho del asesinato en sí mismo.
Mi interés, además, es abordar algunas de las disidencias para mostrar las diferencias con la prensa de la organización porque más allá de que ciertos símbolos hayan circulado fuertemente, no todos armaban ese relato fundante de la misma manera, y por eso creo que se merecen restituir esa densidad en vez de agruparlas bajo un mote que muchas veces aparece, como el de “izquierda peronista”.
APU: Considero que es medio problemática esto de la idea fundante, de las máscaras, que es una invención de la historia que se constituye, más allá de que todo grupo humano la necesita.
DS: Me parece que las tradiciones siempre se van construyendo retrospectivamente; las tradiciones no son legados que los actores reciben pasivamente, y replican, y además me parece que nadie es dueño de la tradición, ni siquiera Perón en este caso. Me parece, entonces, que cada grupo, más o menos amplío, cada generación, cada espacio, para constituirse políticamente realiza esta historia, pero esta historia no necesariamente es una deformación porque si no, uno pensaría que hay una historia; me parece que son distintas voces que se van construyendo en tensión y que toda identidad política requiere una lectura particular sobre el pasado, que hace a su identidad.
APU: Cómo pensaste esta investigación, teniendo en cuenta que estamos en un periodo en el que este tema se está recuperando mucho, pero todavía está en conflicto con espacios que lo combaten ideológicamente.
DS: En principio celebro que haya muchas voces sobre ese pasado porque hace bien al debate. Quisiera recuperar el interés histórico que tiene el libro, es decir, no pretendo posicionarme en un clivaje kirchnerista o antikirchnerista, sino que intento salir de ese clivaje. Intento restituir el interés histórico que tiene el libro con herramientas particulares que tienen que ver, más que nada, con la teoría política, de la sociología política.
APU: ¿Qué encontraste en estas revistas qué te haya interesado particularmente?
DS: En Cristianismo y revolución me sorprendieron los distintos esquemas sobre la violencia que había en tensión, sobre si la violencia tenía un sentido reactivo, instrumental. Luego, en El Descamisado, una cuestión que me llamó la atención es descubrir que el peronismo clásico también estaba reinventado en esas revistas porque, en general, se piensa que ese mote de “izquierda peronista”, o ciertos grupos que reivindicaron el peronismo y abogaban por una revolución, parten de la época de la resistencia peronista. Luego, también, cierta disputa con Perón y ciertas ondulaciones con la famosa teoría del cerco, que no la encontré tan acabadamente, sino que convivió con un montón de críticas a Perón, no solo desde que se fueron —o los echaron— de la Plaza. Y también, una manera distinta de pensar el pueblo y el peronismo como tal.
Slipak, Daniela, Las revistas montoneras. Cómo la organización construyó su identidad a través de sus publicaciones, Bs. As, Siglo XXI, 2015.