La vuelta del radioteatro a Bahía Blanca y la región
Por Diego Kenis
De la locura homicida del fundacional coronel Ramón Estomba al genocidio que comandó el general Adel Vilas: desde el último domingo 9, la radio cooperativa LU3 comparte con sus oyentes una serie de radioteatros íntegramente elaborados por artistas y técnicos locales para contar la historia de Bahía Blanca escapando al discurso oficial que la enclaustró en las páginas del diario La Nueva Provincia por toda referencia.
La noticia supone la recuperación de un espacio artístico de expresión y de otro físico, el imponente auditorio que LU3, que en 1994 se transformó en una de las primeras empresas recuperadas, posee en su edificio de la segunda cuadra de calle Lamadrid, hogar de la infancia de Eduardo Mallea.
La serie Historias en el aire: Episodios históricos y leyendas de la Bahía Blanca hizo su estreno con “Estomba”, una versión de la obra teatral “Teoría general sobre el enemigo”, del reconocido escritor bahiense Mario Ortiz. Este domingo 16 será el turno de “Sucedió en la Escuelita”, edificado a partir del relato testimonial “La Escuelita”, de Alicia Partnoy, sobreviviente del centro clandestino homónimo. Luego llegarán “Eternamente a las 4:30” (una ficción inspirada en la historia de la actriz cubana Carolina Beltri, que vivió los últimos días de su vida en la Bahía Blanca de 1919), “Pretérita e Imperfecta” (basada en textos de “Cómo era Bahía Blanca en el futuro. Visiones del porvenir en la prensa del siglo XIX”, de Omar Chauvié) y “1859. El último malón” (inspirada en los hechos del 19 y 20 de mayo de 1859).
Cada capítulo puede escucharse los domingos a las 22 horas, en el 1080 de AM o vía internet en www.lu3ondas.com. El material, que estará disponible como archivo en la web, será distribuido en forma gratuita a escuelas y bibliotecas.
APU dialogó con la actriz, locutora y docente Belén López y el actor, director y escritor Ángel Dantagnan, impulsores del proyecto que busca “alentar a que haya muchas historias contadas desde el radioteatro en la ciudad, y que se pueda extender a otras localidades con la misma modalidad”.
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo surge este proyecto y a qué apunta?
Belén López: Surge en el año 2012, cuando comenzamos a trabajar en LU3, conduciendo la mañana. En ese entonces conocimos la radio por dentro, a su gente y si bien conocíamos sus antecedentes como propulsora de los radioteatros, al conocer la historia radial (tuvo su compañía durante años dirigida por Hector Mauré, “El monarca de la alegría”, que no sólo transmitía, sino que además, recorría la región con puestas en escena de los radioteatros), empezamos a pensar y planificar ese sueño que tenemos como actores y traemos desde chicos, vinculando las dos actividades: la radio y el teatro.
Ángel Dantagnan: Cuando entramos por primera vez al Auditorio, por entonces utilizado como depósito, (el director e histórico periodista radial bahiense) Alberto Mac Dougall nos contó que allí se realizaban los raditoteatros con público y las audiciones en vivo, donde se presentaron artistas de la ciudad y nacionales, como Atahualpa Yupanqui, Alberto Castillo, Sandro u Horacio Guarany. Nos pareció que poner en valor y hacer funcionar de nuevo este Auditorio es recuperar parte de la historia de la ciudad y de la radio de la que hoy formamos parte.
APU: ¿Cómo se ha llevado a cabo?
AD: Desde el año 2012 funciona en el Ministerio de Cultura un programa llamado Puntos de Cultura, enmarcado en el Plan Nacional de Igualdad Cultural, cuyo objetivo es abrir instancias culturales e interconectarlas para lograr un proyecto común. No es sólo un subsidio, sino un plan de contención y sostén para los trabajadores de la cultura, entendida como el trabajo que realiza una comunidad para fortalecerse y construir identidad. Por aquel entonces nos acercó la información (el poeta y docente universitario) Sergio Raimondi, quien era director del Instituto Cultural.
BL: Puntos de Cultura se entiende como una política cultural comunitaria y fomenta diversas expresiones populares. Lo que hace básicamente es facilitar herramientas para desarrollar una producción cultural en el lugar en el que habitás. Por eso llega a sociedades de fomento, merenderos, bibliotecas, organizaciones sociales, y cooperativas de trabajo como es el caso de la radio, entre tantos otros.
AD: Nuestro proyecto constó de dos etapas. Una, la recuperación edilicia del Auditorio, que comprendió la compra de equipamiento. La otra, la realización de un ciclo de radioteatros por artistas locales, grabados en el auditorio una vez equipado.
BL: Nosotros presentamos esta propuesta a la Cooperativa de Trabajo Ondas del Sur, que es la cooperativa de la radio, y trabajamos en equipo para presentar el proyecto en Puntos de Cultura. Después de un tiempo de esperar, fue aprobado, y pusimos en funcionamiento toda la maquinaria para que esté listo. El subsidio fue entregado a fines del 2015 y desde ahí estuvimos trabajando hasta lograr el objetivo: auditorio equipado y radioteatros en el aire.
APU: ¿Qué significa para un actor la recuperación del radioteatro?
BL: Como posibilidad de expresión es un género que, al igual que el teatro, abre mil formas de contar historias, de trabajar la creatividad, de imaginar diversidad de escenarios posibles. Es un género que permite meterse en la casa del oyente, tal como lo propone la radio, y a su vez vivir distintas vidas, ponerte en la piel de distintos personajes, como lo propone el teatro. Es ponerle cuerpo a la voz. Por otra parte, el oyente cumple un rol activo ya que su imaginación se estimula y recrea su propio escenario, le pone un vestuario, construye su propia puesta en escena a partir de lo que escucha e imagina.
AD: Nuestra profesión es muy dispar. Es decir, no siempre hay “trabajo de actor”. Generar la posibilidad de una fuente de trabajo, de recuperarla, cuando actualmente en la ciudad no tengo conocimiento de actores de radioteatro rentados, me parece muy positivo y auspicioso. Nos hace soñar en un futuro en el que las radios locales tengan sus compañías de radioteatro, como era en otras épocas.
APU: ¿Cómo fue el trabajo de escritura de guiones y de producción?
AD: Una parte fundamental del proyecto presentado en Puntos de Cultura era el contenido del ciclo de radioteatros: no queríamos contar historias por contar, sino, justamente, que tuvieran que ver con esta ciudad, con recrear su historia a través de ficciones. Nos pusimos a trabajar junto a Martina Fontanella, que forma parte de la producción, en elegir qué historias, mitos, leyendas de Bahía contar y cómo.
BL: Algunas historias estaban definidas desde el principio, como la de “La Escuelita”, y otras hubo que acotarlas, definirlas. Sabíamos que queríamos hablar de la fundación de Bahía Blanca, de los hechos ocurridos en 1859, conocidos como “el último malón”, pero no sabíamos cómo. Esto nos llevó a pensar en escritores locales. ¿Quiénes han trabajado estas temáticas? Por suerte, Bahía tiene artistas maravillosos y generosos como los escritores Mario Ortiz, Omar Chauvié y Alicia Partnoy, que nos brindaron sus textos.
Investigamos en la Biblioteca Rivadavia para documentarnos, asistimos a charlas y debates sobre temas que nos sirvieron para redactar. Por ejemplo, la charla del Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social, que nos aportó mucho para el guión de “1859, el último malón” o la presentación de libros de familiares de Alicia Partnoy, donde pudimos charlar con ella y grabó parte de su propio texto.
AD: De todo ese “combo” surgieron las cinco historias, algunas ya tenían sus personajes, otros los creamos, pensamos los elencos, y tuvimos como premisa no sólo ceñirnos a actores, sino también invitar a músicos, periodistas, cantantes, para trabajar en conjunto, y que formen parte del juego teatral. Se conformaron equipos heterogéneos, y esto generó una sinergia de trabajo muy fructífera que dio como resultado cinco historias de las que estamos orgullosos.
APU: Al cabo de esta nueva experiencia de escribir y dirigir, ¿qué nexos expresivos creen que unen a la radio, el teatro o la actuación y la historia?
BL: Volviendo a lo que decíamos de Puntos de Cultura, las historias tienen que ver con la construcción de una identidad. Las historias que contamos se corren del lugar de la “historia oficial” de la ciudad y proponen una mirada distinta de esta Bahía Blanca, que como dice uno de los personajes “a veces es amigable y otras…” Encontramos en la ficción un motor para contar otra Bahía Blanca más sufrida, a veces fría, silenciada y silenciosa, pero que busca gritar otros lados de la historia.
AD: Poder valernos de la ficción para mirar y remirar nuestra historia, nos hace valorar una vez más el poder del arte como herramienta de construcción de identidad. Realizar este trabajo, colectivo como todo trabajo teatral, pero que en el que en este caso también juega un papel sumamente importante la parte tecnológica y la parte técnica –me refiero a nuestros operadores, que trabajaron codo a codo con nosotros-, nos hace pensar, decía, en esto que muchas veces decimos bromeando: “¿Y si nos miramos a los ojos y nos proponemos modificar lo que se da por sentado?”. Nosotros lo intentamos a través de las posibilidades expresivas que nos da el radioteatro.